El turismo espacial, solo al alcance de los bolsillos más caprichosos, ha sumado este jueves un nuevo hito. Virgin Galactic, filial del emporio del magnate británico Richard Branson, ha inaugurado su servicio comercial desde Nuevo México para “saciar la curiosidad por el cosmos”. A bordo del cohete, han viajado dos coroneles del ejército italiano y un ingeniero aeroespacial del Consejo Nacional de Investigación italiano en una misión de 90 minutos, bautizada como Galactic 01, que tiene como objetivo firmar trece experimentos científicos.

El avión de doble fuselaje que transportaba el cohete de la misión Galactic 01 ha despegado pasadas las 17:30 hora local española desde Nuevo México (Estados Unidos), cuatro años después de que la compañía rubricara un contrato con la fuerza aérea y el instituto de investigación de Italia para enviar a tres de sus funcionarios al espacio suborbital, a unos 80 kilómetros del suelo. “Benvenuti, Welcome”, ha celebrado la conductora de la retransmisión que ha seguido los últimos preparativos del viaje. Han acompañado a los tres italianos su entrenador en Virgin Galactic y los dos pilotos del avión.

Misión del ejército italiano

Virgin se suma así a la carrera por el turismo espacial que protagonizan el Blue Origin de Jeff Bezos y el SpaceX de Elon Musk y que compiten por ofrecer a grandes fortunas la aventura de observar la curvatura de la Tierra desde el espacio o experimentar la microgravedad. El éxito del proyecto piloto allana ahora el camino a los planes de la compañía, con un segundo vuelo comercial el próximo agosto y a partir de entonces con misiones mensuales. La firma de Branson asegura contar ya con una abultada lista de espera de pasajeros: hasta 800 clientes que han desembolsado unos 250.000 dólares por pasaje (unos 230.000 euros). Los billetes llevan más de una década vendidos. Hace dos años reabrió la venta de los pasajes al precio de 450.000 dólares.

El precio de los billetes alcanza los 450.000 dólares

La misión ha comenzado con el despegue del avión VMS Eve, que ha transportado el Unity. Poco después, se ha separado de la nave nodriza de doble fuselaje a una altitud de 15,2 kilómetros. Ha sido entonces cuando, tras encender el motor del vehículo, el cohete ha sido propulsado a entre 80 y 89 kilómetros de altura. Durante unos minutos, con el motor apagado, la tripulación ha podido experimentar la ingravidez antes de iniciar el retorno y aterrizaje. Uno de los miembros del equipo italiano ha desplegado una enseña italiana para celebrar el hito.

Los investigadores italianos han recogido datos biométricos, han medido el rendimiento cognitivo y registrado cómo se mezclan ciertos líquidos y sólidos en condiciones de microgravedad. En el caso del coronel italiano Walter Villadei, el trayecto también ha servido como formación para una futura misión a la Estación Espacial Internacional.

Uno de los instantes del lanzamiento del Galactic 01.
Uno de los instantes del lanzamiento del Galactic 01.

Inversión multimillonaria

Con cerca de veinte años de andadura, Virgin Galactic alimenta una carrera costosa. Con un valor bursátil que supera los 1.230 millones de dólares, la empresa anunció hace una semana haber abordado con éxito una ampliación de capital de 300 millones de dólares a través de una oferta de acciones ordinaria. A finales del primer trimestre, contaba con 874 millones de dólares en efectivo.

Su plan es captar otros 400 millones de dólares para financiar el desarrollo y ampliación de su flota de naves espaciales, una de sus flaquezas. Actualmente dispone de un avión de transporte, VMS Eve, y una nave espacial, VSS Unity, capaz de realizar vuelos con la frecuencia de hasta una vez al mes. La compañía trabaja en una clase de aviones bautizada como Delta, que estarían disponibles hasta 2026 pero que permitirían incrementar notablemente los viajes hasta los 400 anuales. La previa del lanzamiento había disparado las acciones, con un incremento del 9,2%, pero tras su aterrizaje caían un 10%.