En 2007 la Mars Odyssey de la NASA descubrió sobre la superficie de Marte unos orificios que correspondía a cuevas que daban acceso a áreas subterráneas del planeta rojo. Tim Titus, del Centro de Investigaciones Geológicas de Estados Unidos aseguró entonces que. "las cuevas podrían haber proporcionado un nicho protegido para vida en el pasado o en el presente o podrían constituir un refugio para los seres humanos en el futuro". A la vista de las poderosas tormentas marcianas como la de este verano que cubrió por completo el planeta y terminó con la misión del rover Opportunity, si alguna vez los humanos tocan Marte las cuevas marcianas serán unas aliadas para los terrícolas.

Sobre este necesidad que se van a encontrar los humanos en algún momento de la conquista del espacio una empresa, Astroland, ha creado una experiencia científico turística para recrear en una cueva del municipo cántabro de Arredondo las condiciones de vida del planeta rojo. En concreto, las condiciones de vida de una misión científica en una cueva de Marte.

“El ambiente marciano es muy hostil con bajas temperaturas, fuertes vientos y una elevada radiación estelar, con lo cual, lo más compatible con la vida humana es instalarse en los tubos de lava o bajo la superficie marciana. En este sentido, estas cuevas cántabras son la localización perfecta con mayores similitudes para los ensayos”, explica David Ceballos, CEO de Astroland.

Como la experiencia es inmersiva no todo el mundo está capacitado para poder vivirla, hay que reunir una serie de condiciones físicas. La actividad de la cueva empezará en junio y lo hará con sólo un grupo de diez personas, a las que a lo largo de 2019 sólo se podrán sumar otras 90 en sucesivas “misiones”.

Para recrear la experiencia se ha creado una estación a más de 1,5 kilómetros de profundidad. Las instalaciones son estructuras efímeras y no infringen daños a la cueva, el proyecto ha superado los test de impacto ambiental. Pero antes de instalarse en esa estación los viajeros habrán de pasar un entrenamiento específico para afrontar la estancia.

Los viajeros que hagan este singular viaje estarán viviendo una experiencia que sólo se puede vivir en la NASA y en la ESA. La agencia norteamericana tiene en marcha su proyecto Hi-Seas, que es un aislamiento en una estación similar a la cántabra, situada en el cráter de un volcán de Hawai. Por su parte la Agencia Espacial Europea tiene un proyecto similar conocido como Pangea.

La arquitectura efímera del proyecto no afecta a la cueva

Formación específica

Los expedicionarios recibirán un programa de formación previo que incluye conocimientos de coaching y liderazgo, escalada y espeleología, formación en planes de emergencia o cultivos hidropónicos, entre otros. Cada misión estará monitorizada las 24 horas del día desde lo que han bautizado como el Astroland Space Center, compuesta por 5 pabellones en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria. Eso sía la comunicación con el exterior tendrá un retraso de 8 minutos, que es lo que tardaría la comunicación Tierra-Marte.

La misión durará varios días y los enviados a la cueva marciana deberás cumplir una serie de tareas diarias como hacer crecer las plantas, tomar muestras y otras funciones de carácter científico. Si un participante decide abandonar la misión se ha definido un protocolo: “lo primero que se tiene que dirigir es al Capitán de la misión en el interior, este se comunicará con el Centro de Control y en conjunto evaluarán la situación y adoptarán las medidas necesarias para contener el riesgo, si esto no es suficiente se activa el plan de emergencias y desde el exterior y por personal especializado se procederá a la evacuación en último extremo”, explican desde Astroland.

La misión a este Marte cántabro no es para todo el mundo, es un reto personal y físico que requiere, además de unas características personales, los 10.000 euros del billete.