Fin al culebrón. Sam Altman, que fue despedido de manera fulminante el pasado viernes como CEO de OpenAI, regresará para liderar a la compañía de referencia en el sector de la inteligencia artificial (IA). Se trata del último giro de guion de este terremoto, que ha sacudido Silicon Valley en los últimos cinco días como ningún otro.
Lo ha confirmado la propia compañía a través de un mensaje en la red social X, anteriormente Twitter: "Hemos llegado a un principio de acuerdo para que Sam Altman regrese a OpenAI como director ejecutivo con una nueva junta, formada por Bret Taylor (presidente), Larry Summers y Adam D'Angelo. Estamos trabajando para definir los detalles. Muchas gracias por su paciencia".
Solo cinco minutos después ha sido el propio Altman quien se ha manifestado con otro mensaje en la misma plataforma: "Amo a OpenAI y todo lo que he hecho en los últimos días ha sido para mantener unido a este equipo y a su misión. Cuando decidí unirme a Microsoft el domingo por la tarde estaba claro que ese era el mejor camino para mí y el equipo. Con el apoyo de la nueva junta directiva y de Satya Nadella -CEO de Microsoft- espero volver a OpenAI y aprovechar nuestra sólida colaboración".
De esta manera, OpenAI ha tenido que ceder a las presiones de 700 de sus 770 trabajadores, que este lunes habían firmado un comunicado conjunto donde exigían la dimisión de la junta de administración y la reincorporación inmediata de Altman. De lo contrario, amenazaban con fichar por Microsoft, que había confirmado que tenía espacio para acogerlos a todos y que los recibiría con los brazos abiertos. Algo que, según numerosos expertos, podría haber significado el colapso de OpenAI como empresa.
La noticia llega después de que Microsoft anunciara que había fichado a Altman para liderar un "nuevo equipo de investigación avanzada en IA". Cabe recordar que el vínculo las dos empresas es muy estrecho: Microsoft es el principal inversor de OpenAI, con el 49% de las acciones, y utiliza su tecnología en sus productos. Pero parecía que con ese movimiento Microsoft se aseguraba el liderato dentro del sector de la IA en los próximos años, ya fuera colaborando con Altman a través de OpenAI o contando con él en su compañía.
También se ha confirmado que regresará a OpenAI Greg Brockman, que el pasado viernes había sido apartado como presidente de la junta directiva (aunque no despedido de la empresa) y que, tras la salida de Altman de la compañía, había decidido seguir sus pasos y fichar también por Microsoft. El propio Brockman ha colgado dos mensajes en redes sociales donde avisa de que volverán al trabajo hoy mismo, adjuntando una foto acompañado de parte del equipo de OpenAI para celebrar que "están de vuelta".
Este terremoto comenzó el pasado viernes, cuando OpenAI emitió un escueto comunicado en el que informaba, por sorpresa, del despido de Altman. La junta directiva de la compañía consideró que no había sido "sincero", por lo que ya no confiaban en su "capacidad para seguir dirigiendo OpenAI". A lo largo del fin de semana diversos medios informaron de que Altman estaba negociando su vuelta, y él mismo colgó una foto en las oficinas de la compañía. Pero este lunes, con la confirmación de su fichaje por Microsoft, parecía que esa posibilidad de alejaba.
Sin embargo, en las últimas horas Satya Nadella había abierto la puerta al regreso de Altman a OpenAI, que ahora se ha confirmado. Y el CEO se Microsot se ha mostrado satisfecho: "Nos alientan los cambios en el tablero de OpenAI. Creemos que este es un primer paso esencial en el camino hacia una gobernanza más estable, mejor informada y eficaz. Sam, Greg y yo hemos hablado y acordado que tienen un papel clave que desempeñar junto con el equipo de liderazgo de OpenAI para garantizar que la empresa continúe prosperando y desarrollando su misión. Esperamos aprovechar nuestra sólida asociación y ofrecer el valor de esta próxima generación de IA a nuestros clientes y socios".
Ahora sí, parece que se puede dar por concluido uno de los episodios más confusos de la historia de Silicon Valley. No entraba en los planes que un gigante como OpenAI, conocido en todo el mundo por desarrollar ChatGPT, la tecnología del momento, despidiera a su CEO. Y menos aún, que lo hiciera por videollamada, sin avisar a sus inversores y sin ofrecer explicaciones claras de los motivos. Pero la presión de sus trabajadores ha conseguido que la empresa de marcha atrás antes de ver seriamente comprometido su futuro.
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