No nos fijamos en ellos, no están en los titulares cuando hablamos de cambio climático porque no son osos polares afectados por el deshielo ártico, ni pingüinos afectados por los cambios del los ecosistemas antárticos, ni koalas arrasados por los incendios incontrolables de Australia. Pero los insectos que nos rodean tienen mucho que decirnos sobre el cambio climático. Son indicadores vivos de cómo está cambiando el clima y nuestro entorno. Mientras nosotros nos ponemos aire acondicionado o ponemos toldos en nuestras casas cuando llega el calor ellos desaparecen o se desplazan. 

La plataforma de ciencia ciudadana Biodiversidad Virtual, dispone para consulta pública de una gran base de datos de dos millones y medio de fotos georeferenciadas de insectos desde el año 2002. Esto es, imágenes con las coordenadas geográficas de donde fueron tomada por alguno de los 3.946 voluntarios o ciudadanos que las toma y las sube a la plataforma por su web o por la app (BV Móvil). 

Coenonympha pamphilus, también conocida como ocelada común, níspola o ninfa de Linneo.

“A través de la plataforma  Biodiversidad Virtual se pueden estudiar muchos cambios en la distribución o dinámicas de especies que han entrado o que han ido modificando su comportamiento en los últimos años por el cambio climático”, explica Diego Gil, biólogo y zoólogo de la Universidad Complutense que estudia las especies invasoras y cómo les afecta a los insectos el calentamiento global. Cuando Gil era estudiante ya era usuario de esta plataforma y ahora es uno de los vocales de la asociación sin ánimo de lucro -Fotografía y Biodiversidad- que usa la web Biodiversidad Virtual como herramienta.

“Estamos observando introducciones, colonizaciones, migraciones de especies africanas que se están introduciendo en la península Ibérica que son habituales de zonas más cálidas y que los últimos años han podido entrar porque la temperatura se parece mucho a las de las zonas donde han vivido antes”, explica.

Distribución de la 'Coenonympha pamphilus', en el mapa se ve cómo ha desaparecido de las zonas áridas (en amarillo).

Una de las introducciones más fulgurantes que han encontrado, y todavía trabajan en su estudio los usuarios de la plataforma, es la Libélula de Kirby (Trithemis kirbyi), que ha dado un salto hacia la península ibérica y ha seguido introduciéndose hasta superar los Pirineos. “Entró en 2007 y ahora está en Francia, esto lo hemos podido constatar por la plataforma y se puede ver, año a año, por los registros fotográficos de esta libélula que es muy fácil de observar y fotografiar”. Este detalle es importante porque los mosquitos no son tan fáciles de capturar con una cámara o un móvil y hay menos registros.

En la plataforma en la que se pueden usar mapas del Instituto Geográfico Nacional para visualizar las especies por el territorio se puede constatar cómo la temperatura ha acabado con la presencia de algunos insectos. 

Es el caso de la mariposa Coenonympha pamphilus que es muy común en toda España y ya no hay ejemplares de ella en zonas en las que antes estaba. “Por ejemplo, la aridez y la sequedad de las zonas de levante como Murcia y Alicante observamos cómo va cambiando y que muchos insectos directamente desaparecen de estas zonas y es el caso de esta mariposa”, explica Gil. Sabemos que existía en este área porque hay registros previos al 2000 de su presencia en otras bases de datos y publicaciones”.

'Parnassius apollo'.

Mariposas que suben montañas

Otro ejemplo de cómo la biodiversidad se ve afectada por el cambio climático lo tenemos en la mariposa Apolo (Parnassius apollo) que como las plantas de las que se alimentan necesitan mucho humedad y el cambio climático afecta a esta planta pues la mariposa va a donde su alimento.

 “Como la vegetación se desplaza hacia la mayor altitud buscando las mejores condiciones, la mariposa va persiguiendo esas plantas, pero va llegar un momento en el que no van a poder subir más porque las plantas no pueden resistir más en esas zonas por el calor por lo tanto desaparecerán”. 

Estos tres insectos son una pequeña muestra de la información por extraer de los insectos de España acumulada en la web Biodiversidad Virtual por la ciencia ciudadana. "Un ejército de naturalistas que recorren cada rincón de la naturaleza aportando datos de biodiversidad se convierten también en monitores del calentamiento global", como los describe Jose Manuel Sesma, presidente de Fotografía y Biodiversidad.

“Queda mucho por estudiar de la base de datos, no hemos explotado ni un 5%, cada vez que busco un insecto me encuentro otros tantos muy interesantes con información relevante”, asegura Diego Gil reivindicando el papel de los insectos en la biodiversidad y en el estudio del calentamiento global. “Nadie se para a mirar a los insectos”, concluye.