Aprendimos que era bueno dejar una huella en el mundo para alcanzar lo que conocemos como trascendencia: que cuando no estemos, aún se sienta nuestra presencia. Pero la huella que las generaciones actuales estamos dejando en el mundo es más que evidente, y no para bien. Nuestro día a día contamina y deja una huella profunda en el planeta Tierra. Si analizamos detenidamente ese rastro, nos daremos cuenta de una realidad innegable: estamos comprometiendo los recursos naturales de las futuras generaciones.

"Como consumidores y ciudadanos, tenemos el poder de impulsar cambios sostenibles y responsables en todos los aspectos de nuestras vidas"

ana de santos

Podemos negarlo, patalear, decir que se lo inventan, pero al final no hace falta ser ingeniero para darnos cuenta de que no es sostenible acumular basura y contaminantes en un medioambiente finito, en ambos sentidos. No podemos enviar la basura al espacio, ni los desechos desaparecen por arte de magia de la biosfera. Se quedan, permanecen.

Hasta aquí el discurso habitual que el lector ya habrá oído y leído de mil formas diferentes, y no sin cierto mensaje de culpabilidad o dramatismo subyacente. Pues no es la línea de activismo cercana y positiva de la siempre sonriente y carismática Ana de Santos. Ella es una reconocida periodista y activista en temas de sostenibilidad ambiental, social y económica. En 2023 ha fundado Oxígeno Azul, con el que visibiliza y protege los océanos y su ecosistema. Ella apuesta por todos y cada uno de nosotros, desde nuestro día a día. Desde esas cosas, esas pequeñas cosas, que diría el cantautor. 

Ayer mismo presentó su libro Vivir sin huella, que por fin aclara qué es la huella humana en el entorno y cuántas caras tiene. También es un tratado sobre cómo conseguir cambiar el clima del planeta eliminando nuestro rastro, el malo. Y desde la más absoluta cotidianeidad. 

Pregunta.- ¿Realmente somos tan poderosos?

Respuesta.- Por supuesto. Y todos somos necesarios. No se trata solamente de que las grandes corporaciones hagan cambios en la forma en que funcionan, sino que está demostrado que el poder que tenemos las personas en nuestro día a día es de una enorme importancia. Un día, y otro día, y otro día, en el caso de una persona, y otra y otra, dejan una huella imborrable en el medio ambiente. Propongo pequeños cambios que la mitiguen. Además, como consumidores, jugamos un papel crucial en impulsar la sostenibilidad. Nuestro dinero es como nuestro voto: donde lo gastamos indica lo que valoramos. En el supermercado, por ejemplo, somos cada vez más los que compramos productos ecológicos y locales, lo que reduce nuestra huella ambiental. Sin embargo, es esencial mantener la coherencia en nuestras acciones: no tiene sentido comprar productos ecológicos envueltos en exceso de plástico. La idea es extender esta mentalidad consciente más allá de nuestras casas y supermercados. Podemos impulsar cambios en otros sectores, como la vida nocturna y nuestro lugar de trabajo. Como consumidores y ciudadanos, tenemos el poder de impulsar cambios sostenibles y responsables en todos los aspectos de nuestras vidas.

P.- ¿Nosotros, el público en general, somos realmente conscientes de lo que es dejar huella en el medio ambiente?

R.- Hay mucha información, pero también mucha confusión. En parte, por la falta de comprensión sobre lo que realmente significan estas huellas. Primero, la huella de CO2 es probablemente la más conocida. Se refiere a la cantidad de dióxido de carbono que generamos a través de nuestras acciones, como conducir un automóvil o usar electricidad generada por combustibles fósiles. La huella hídrica se refiere a la cantidad de agua que consumimos y contaminamos, no solo directamente, como a través de nuestra bebida y ducha, sino también indirectamente, como el agua que se utiliza para cultivar los alimentos que comemos o fabricar los productos que compramos. ¿Sabías que cada vez que comemos un pimiento o un filete estamos devorando una cantidad enorme de agua? La necesaria para que ese alimento se desarrolle. Y por último, está la huella de residuos, que se refiere a la cantidad de basura que generamos, a menudo en forma de plásticos no biodegradables que terminan en nuestros océanos y vertederos. Hay otra más, la huella química, que está siendo investigada actualmente, y se refiere a los efectos de los productos químicos que usamos, especialmente en la agricultura, y cómo pueden dañar el medio ambiente y nuestra salud. Mi libro proporciona más de 250 ideas sencillas para ayudar a las personas a entender y reducir su huella ecológica en su vida diaria.

P.- A veces resulta complicado ser ecológico en el día a día. ¿No puede provocar un poco de hastío en la gente tener que estar siempre vigilando para contaminar lo menos posible?

"Todos somos humanos y a veces cometemos errores. En lugar de sentirnos culpables deberíamos concentrarnos en lo que podemos hacer después"

ana de santos

R.- Lo que propongo es hacer pequeños cambios que no son complicados. Por ejemplo, cada vez que eliges un vaso en lugar de una botella de plástico, estás haciendo una pequeña pero significativa elección que reduce tu huella ecológica. Al igual que solicitas tu filete poco hecho o tu ensalada con un aliño específico, también puedes expresar tus preferencias ecológicas. Si pides agua, trae tu propia botella reutilizable y pídela para llenarla. Así, estás evitando el uso de una botella de plástico que terminará en un vertedero o, en el peor de los casos, en nuestros océanos. No obstante, todos somos humanos y a veces cometemos errores o nos encontramos en situaciones donde no tenemos otra opción que aceptar una botella de plástico. En tales casos, no debemos caer en la ecoansiedad. En lugar de sentirnos culpables, deberíamos concentrarnos en lo que podemos hacer después, como asegurarnos de que la botella de plástico se recicle de manera adecuada. Lo importante aquí es hacer pequeños cambios en nuestras vidas diarias y ser conscientes de nuestras acciones y decisiones. Cada pequeño acto cuenta y juntos, estos pequeños cambios pueden generar un impacto significativo en nuestro planeta.

P.- ¿Hay otras actividades “normales” que podríamos cambiar fácilmente y no somos conscientes de su impacto?

R.- Claro, te sorprendería saber cuántas actividades cotidianas contribuyen a nuestras huellas ambientales de maneras que no podrías imaginar. Por ejemplo, ¿sabías que ver una película o serie en Netflix, HBO, Amazon Prime, o cualquier servicio de streaming, genera emisiones de CO2? ¿Cómo es eso posible? Bueno, estos servicios requieren de centros de datos, que consumen cantidades significativas de electricidad. Aunque somos cada vez más conscientes de usar energía renovable, aún se generan emisiones de CO2 al suministrar la energía que necesita un centro de datos. Pero aquí hay un pequeño truco que puedes hacer para reducir estas emisiones: conecta tu dispositivo directamente a la red con un cable en lugar de usar wifi. Este simple cambio puede ayudar a reducir la cantidad de energía utilizada y, por tanto, disminuir las emisiones de CO2. No te estoy diciendo que dejes de ver tus series o películas favoritas. Al contrario, te animo a que sigas disfrutando de ellas, pero de una manera más consciente y sostenible.

P.- Me está resultando de lo más interesante. ¿Algún ejemplo más en nuestra vida cotidiana?

El plástico en sí mismo no es el problema, sino el uso excesivo y desechable que hacemos de él

ana de santos

R.- Claro, en nuestro trabajo, los correos electrónicos innecesarios también tienen una huella de carbono. Es bueno para todos eliminar suscripciones innecesarias y hacer limpieza en tu bandeja de entrada. En cuanto vayas al baño, fíjate en los productos que tienes. ¿Son todos necesarios? Existen alternativas sostenibles, como los envases reutilizables o la cosmética sólida, que requieren menos agua para su producción y tienen menos impacto en el medio ambiente. A la hora de vestirte, puedes comenzar a sentir el "placer de repetir ropa". No tiene nada de malo usar una prenda que te gusta varias veces. Además, puedes considerar la economía circular, es decir, comprar ropa de segunda mano o alquilar para ocasiones especiales. En cuanto a los productos de un solo uso, es esencial reducir estos productos, especialmente los de plástico. El plástico en sí mismo no es el problema, sino el uso excesivo y desechable que hacemos de él. Intenta elegir opciones reutilizables y asegúrate de reciclar correctamente. La fruta, siempre mejor de proximidad. En España tenemos unas huertas estupendas. Y es importante que seamos conscientes de que vivimos en un mundo cambiante. Lo que es sostenible hoy puede que no lo sea mañana. Tenemos que estar dispuestos a adaptarnos y cambiar con los tiempos. La sostenibilidad es un camino en constante evolución.