Los gatos fueron domesticados hace más de 9.000 años. Y desde entonces los seres humanos los han introducido en todas las regiones del planeta -excepto en la Antártida-, incluidas cientos de islas. Estos felinos, que son carnívoros invasores, se han convertido en una de las especies más numerosas del mundo... y han alterado por completo muchos de los ecosistemas en los que viven, afectando por completo a la biodiversidad.

Para evaluar la amenaza potencial que suponen estos animales, un grupo de científicos liderados por el biólogo Christopher Lepczyk, profesor en la Universidad de Auburn (Alabama, EE.UU), ha decidido realizar una evaluación exhaustiva de la dieta de los gatos. Se trata de la síntesis global más completa hasta la fecha, y quizás la más detallada hasta el momento de cualquier especie. Sus conclusiones han sido publicadas este martes en la revista Nature Communications. Y son alarmantes.

"Los gatos propagan nuevas enfermedades a otras especies, incluidas los seres humanos; compiten con los felinos autóctonos y otros mesodepredadores; amenazan la integridad genética de los felinos salvajes; depredan la fauna autóctona y han llevado a muchas especies a la extinción. Como resultado de todo esto, los gatos en libertad (aquellos con o sin dueño con acceso al exterior) se encuentran entre las especies invasoras más problemáticas del mundo", recogen los autores.

Según los datos que han recopilado, los gatos consumen al menos 2.084 especies distintas en todo el mundo. Entre ellas su dieta incluye alrededor del 9% de las aves, el 6% de los mamíferos y el 4% de los reptiles conocidos. El 97% de las especies que consumen tienen menos de 5 kg de masa corporal adulta, aunque también consumen especies mucho mayores. Pero los investigadores consideran que sus estimaciones son "conservadoras", así que estas cifras podrían ser mucho mayores.

Pero además los gatos se alimentan de muchos animales en peligro de extinción. Y es que el 17% de las más de 2.000 especies que forman parte de la dieta de estos felinos están clasificadas como casi amenazadas, amenazadas o extinguidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El porcentaje de especies cuya conservación suscitaba preocupación era, eso sí, mucho mayor en las islas (25%) que en los continentes (9%). Pero, de nuevo, estas cifras podrían ser mayores, porque muchas de las especies identificadas por los investigadores no han sido catalogadas por la UICN, sobre todo de insectos.

De las especies individuales depredadas o carroñeadas por los gatos, las aves eran las más comunes (47,07%); seguidas de los reptiles (22,22%); mamíferos (20,68%); insectos (5,71%); anfibios (2,74%) y otros (1,58%). Y las presas registradas con más frecuencia fueron ratones domésticos (29.64%), el consejo europeo (21,39%), la rata negra (13,88%), el gorrión común (10,88%), y la rata parda (10,13%).

Depredador y carroñero

"Se han llevado a cabo análisis dietéticos de gatos en todo el mundo
desde hace más de 100 años.
Pero hasta donde sabemos, no ha habido ningún intento global previo de documentar exhaustivamente las especies consumidas por los gatos", aseguran los autores, que además se muestran convencidos de que las especies más consumidas por los felinos en cada región tienen que ver con la distribución y la abundancia de las presas en cada zona, en lugar de con preferencia dietética.

"Un atributo que ha permitido a los gatos ser invasores exitosos es su dieta generalista. Son depredadores oportunistas y carnívoros obligados, que pueden sobrevivir con agua preformada y metabólica durante meses. Además, han evolucionado para sobrevivir sólo con tejido animal y tienen un conjunto de adaptaciones nutricionales específicas como carnívoros. En concreto, tienen una capacidad limitada para regular las enzimas del metabolismo de los aminoácidos, y una incapacidad para utilizar material vegetal para conversión en aminoácidos y vitaminas", explican los autores del estudio.

Esto significa, según explican, que aunque los gatos consumen material vegetal, dependen de una dieta rica en energética mediante el consumo de proteínas. Como resultado de estas necesidades fisiológicas y atributos de comportamiento, los gatos pueden depredar y consumir como carroña una gran variedad de animales.

Precisamente el hecho de que hurguen en los cadáveres de los animales y en los desperdicios que dejan las personas es lo que les permite explotar estos recursos y sobrevivir en una amplia gama de ecosistemas, potencialmente en densidades incluso mayores a las actuales. Sin embargo, comer carroña no podrá ser nunca su principal fuente de alimentación debido a sus elevadas necesidades energéticas.