Una bomba sensorial, imprevisible y espontánea. No Matarás, el segundo largometraje de David Victori (El pacto, 2018), sumerge al espectador en el universo de Daniel -Mario Casas-, un bonachón que se enfrenta a todo tipo de peripecias en una noche de locura, pesadilla y desenfreno que lo transforma por completo.

Un «proceso maravilloso» en el que Mario Casas ha «construido un personaje a través de la improvisación», y que, además, le ha permitido «volar en comparación con otros proyectos más técnicos». En No Matarás, pudo jugar con la sorpresa.

En No Matarás pude improvisar y dejarme llevar

MARIO CASAS

Para Milena Smit, cuyo estreno ante las camáras la ha consolidado como la gran revelación de este thriller de Victori, «ha sido una suerte empezar en este mundo con un actor con la trayectoria de Mario y un director que da el espacio y los juguetes para que hiciéramos lo que nos diera la gana».

Personificando a Mila, la conversión más impura de Daniel, Smit es un cóctel molotov de seguridad, sexualidad y peligro: una combinación que lleva al personaje de Casas por el camino de la amargura. «Al no ser actriz construimos el personaje en base a mis antecedentes, vida y emociones», señala Milena, que admite no saber quién es quien: «Milena es Mila, Mila es Milena, hay mucho de las dos en ambas».

Construimos el personaje de Mila en base a mi vida y emociones

MILENA SMIT

Para David Victori, encontrar la horma que le diera forma a su zapato no fue tan simple. Mila se resistía a ser encontrada entre las diversas actrices que pasaron por el casting. Fue por medio de Instagram, tras ver el perfil de Milena, cuando el director catalán encontró la chispa que buscaba, pues «era un personaje muy complejo sobre el que pivota toda la historia» y que necesitaba ser «genuino».

«La dificultad de Mila es que tiene energías contradictorias, por un lado te atrae como un imán, pero luego es un agujero negro», admite Victori.

Milena Smit y Mario Casas durante la presentación de la película No matarás, en la tercera jornada del Festival de Cine de Sitges.

No Matarás es «la colisión entre dos galaxias diferentes» que se desarrolla en una Barcelona lúgubre y fría, personificada en el barrio de Poble Nou. La segunda película de David Victori «tuvo la ambición de ser completamente inmersiva» pues al director le apasiona «el cine que es muy sensorial y activo, y en el que vives en primera persona el viaje con el personaje».

No Matarás es una experiencia completamente inmersiva

DAVID VICTORI

Uno de los elementos clave del thriller del catalán es la improvisación: desde la introducción de elementos que los actores no esperan hasta decidir el final de la película «el día que la rodamos». Victori apuesta por la incertidumbre.

Por ello, «todo se vuelve real», señala Mario Casas, que conoció por primera vez a los actores en el momento en el que entraban en escena. «He estado minando su camino todo el rato para que no pudieran actuar desde la memoria, sino desde el presente», explica Victori, que además generaba «circunstancias nuevas para ellos» en el rodaje.

De izquierda a derecha: el cantante Macaco, Milena Smit, Fernando Valdivieso, David Victori, Elisabeth Larena y Mario Casas en el Festival de Sitges presentando No Matarás.

En No Matarás, Victori ha encontrado «una sensación de libertad a nivel creativo» que surgió a raíz de una duda existencial en la que se preguntó si sería capaz de quitarle la vida a alguien. Una respuesta que prefiere que el espectador encuentre durante el visionado del filme.

«Mi peor pesadilla sería que me pasase lo que le ocurre a Dani en la película», admite Mario Casas, que luego corrige e indica que, desde que es pequeño, su verdadera zozobra «es que siempre me persigue el Arnold Schwarzenegger de Depredador». Milena, en cambio, prefiere no encontrarse «a Mila y Ray -Fernando Valdivieso- en la vida real».

Como en No Matarás, hay tentaciones que es mejor no probar.