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El plan de Carlos III para no palidecer ante Isabel II en su coronación

Mantener la tradición mientras se busca modernidad es el reto del nuevo rey, que lleva toda la vida esperando su turno

Carlos III de Reino Unido y la reina Isabel II

Carmen Vivas

Este sábado 6 de mayo Reino Unido está de enhorabuena, porque coronan a su nuevo rey. Después de ser proclamado en septiembre, solo dos días después de la muerte de Isabel II, Carlos III dará el último paso para convertirse en un monarca a pleno derecho. Han sido meses de organización y especulaciones, pero no parecen haber conseguido igualar cuando están a punto de cumplirse 70 años de la última vez que las islas británicas vivieron un evento así.

El 2 de junio de 1953, Isabel II se sentó en la abadía de Westminster dieciséis años después de que lo hiciera su padre, y cuando habían pasado dieciocho meses de su muerte. Su abuela acababa de fallecer también, pero dejó como última voluntad que nada cambiara en los planes. La nueva reina tenía 26 años y no había sido educada para ejercer este papel. La expectación que generaba subió de nivel cuando se supo que el espectacular acto sería televisado.

A pesar de que Carlos no es el monarca más querido, ya se nota el ambiente en las calles
A pesar de que Carlos no es el monarca más querido, ya se nota el ambiente en las calles EFE

No todos los países con monarquía tienen actos como el de Reino Unido para hacer oficial el comienzo de un nuevo monarca. De hecho, España no cuenta con un evento así. Pero los británicos cuentan con esta herramienta de publicidad que, pese a las críticas que han existido en los últimos años contra la institución, nunca les ha salido rana. La propia Familia Real sabe que los artificios, lujos, pomba y boato de esta clase de jornadas favorece al cuento de hadas que venden y que les funciona.

¿Quién paga y cuánto se gana con la coronación?

A Reino Unido le interesa también a nivel económico, porque los curiosos y turistas que visiten Londres en estos días se gastarán dinero para formar parte de este histórico momento.

Sin embargo, lejos quedan las cifras que otros eventos royal consiguieron, como la boda de Meghan y Harry o, previamente, la de Guillermo y Kate. Lo cierto es que Carlos III no es un monarca querido ni esperado, ni mucho menos lo es Camilla, cuya fama fama aún la persigue. Los medios ya señalan que los tres días de celebración en la capital de Inglaterra costarán 100 millones de libras a los británicos. Unos 113 millones de euros.

Las celebraciones del pasado año por el Jubileo de Platino de Isabel II trajeron a 2.6 millones nuevos de personas a Londres, aseguran expertos en el turismo inglés, y se espera que en esta ocasión ocurra algo parecido. Sin embargo, medios especializados como Fortune dudan que pueda servir para dar un empuje a la economía británica a más largo plazo.

A los 74 años, Carlos accede al trono
A los 74 años, Carlos accede al trono EFE

Según Brand Finance, la Familia Real británica produce un ingreso de 500 millones de libras al año en Reino Unido, que se equilibra con los 350 millones que cuesta mantenerla. Sin embargo, la cantidad ha bajado a un tercio desde 2017, seis años en los que se han sucedido nuevos y cada vez más escabrosos escándalos. Si bien la boda de Meghan y Harry parecía una oportunidad de modernizarse para los Windsor, no ha podido camuflar escándalos como el del príncipe Andrés o el del racismo entre sus filas.

La solución del rey Carlos III

Ante esta bajada de interés en la Familia Real británica, la solución de Carlos III ha sido clara. El nuevo monarca apuesta por la modernización, pero sigue tirando de las tradiciones para esa sensación de continuidad que reforzará con un "abaratamiento" de la coronación.

Desde hace años se sabe que Carlos III quiere reducir el gasto y extravagancia de la monarquía, al considerar que perjudica a la institución. Por eso, se dice que su plan de aquí a diez años es ir reduciendo el papel de la Familia Real en la institución. Pero también hay planes para la propia coronación.

Tiempos más cortos

De entrada, partimos por el tiempo que durará el acto de la coronación en la abadía de Westminster. Consciente de que los tiempos han cambiado, ya no serán tres horas interminables como ocurrió en 1953. Ahora se habla de que será algo más larga que 60 minutos, pero no mucho más.

La coronación incluirá cambios pero también tradiciones milenarias
La coronación incluirá cambios pero también tradiciones milenarias EFE

Pero por supuesto, se televisará todo. No solo la ceremonia de coronación, sino los eventos principales que ocurran en esos días. Todas las grandes televisiones cubrirán el fin de semana (y por supuesto, también El Independiente). Aún así no se espera que los números se parezcan lo más mínimo a los de la boda de Meghan y Harry (29,2 millones de estadounidenses, 11,5 millones en Reino Unido y 2,1 espectadores en TVE). O Guillermo y Kate (22,8 millones en EEUU, 17,6 millones en Reino Unido y 5,4 en TVE).

Rey de todos los británicos sin importar su religión

A pesar de que el rey Carlos es el jefe de la Iglesia de Inglaterra, siempre se ha mostrado abierto a otras religiones. En su coronación no será diferente. Habrá representaciones de otro tipo de creencias, como la musulmana, hindú, judía, sikh y católica, queriendo dar espacio a la multiculturalidad de Reino Unido.

Los británicos ya se preparan
Los británicos ya se preparan EFE

El ahorro: clave en la coronación

Camilla será la primera reina consorte en la historia reciente en no recibir una corona nueva para su gran día. Es una manera de mostrar la intención de ahorro y sostenibilidad, a pesar de que muchos pensaran que era un gesto por la frágil posición de la mujer de Carlos III con el pueblo británico.

A pesar de que Isabel II dejó establecido que sería la consorte, en la invitación oficial solo se la menciona como reina Camilla. Por lo tanto, parece que se olvida esa intención de diferenciar a la mujer de Carlos de otras que han reinado junto a sus esposos legítimamente monarcas.

Supuestamente, el principal interés de Carlos III es la sostenibilidad. Ese sería el motivo por el que pretende reutilizar un cinturón y unos guantes de Jorge VI, su abuelo. "Fue una decisión personal del rey", han asegurado fuentes de palacio. En cuanto a las túnicas que vestirá, eso si es tradición que se reutilicen.

Las ausencias que marcarán su reinado

Sin duda, la más polémica de las decisiones ha sido la ausencia de Meghan y sus hijos de las ceremonias. Mientras el pequeño George y sus hermanos, descendencia del príncipe Guillermo y Kate, serán parte clave de las celebraciones, ni Archie ni Lilibet formarán parte.

Los dos hijos de Meghan y Harry se quedarán en Montecito con la actriz de Suits, mientras que el príncipe volverá a Londres por primera vez tras la muerte de su abuela. Según se ha confirmado, estará solo para la ceremonia solemne en la abadía de Westminster.

Mientras tanto, el príncipe Andrés cuya polémica por el caso Epstein no se olvida, sí formará parte de la jornada principal. Estará junto a sus dos hijas, Beatriz y Eugenia, los maridos de estas y sus hijos. Eso sí, todos ellos ejercen de familia y no de figuras representativas, por lo que no estarán en el balcón de Buckingham para los saludos posteriores.

Isabel II falleció el 8 de septiembre de 2022 y solo dos días después, Carlos fue proclamado rey oficialmente, a la espera de la coronación
Isabel II falleció el 8 de septiembre de 2022 y solo dos días después, Carlos fue proclamado rey oficialmente, a la espera de la coronación EFE

Una cumbre royal inesperada

Sorprende que, por primera vez en la historia de la coronación del monarca de Reino Unido, que se remonta a 1066, habrá reyes de otros países. Se ha confirmado la presencia de Felipe y Letizia, por ejemplo, así como Guillermo y Máxima de Holanda, Federico y Mary de Dinamarca, Carlos Gustavo de Suecia y su hija la princesa Victoria, Alberto y Charlene de Mónaco y el príncipe Akishino de Japón y su mujer Kiko.

Una decisión que rompe por completo la tradición y que marca la intención del rey Carlos. Previamente se consideraba que un acto de coronación era entre un rey y su pueblo. Con este gesto el monarca deja claro su lugar en las monarquías europeas e internacionales. Y por supuesto, aumenta el interés de otros países en ver el acto, que se convierte en toda una cumbre royal inesperada.

Una estrategia de marketing y relaciones públicas digna de la Familia Real británica. Ellos quieren contar su historia y que no sea Netflix quien tenga que hacerlo en la serie The Crown o la que están preparando sobre el escándalo del príncipe Andrés.

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