La princesa Amalia tiene especial protagonismo durante esta visita de Estado de los reyes de España a Holanda. El rey Felipe le entregará a la hija mayor de Guillermo y Máxima de los Países Bajos la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Se trata de su primera distinción internacional y la lucirá con orgullo en su primera cena de Estado.
A sus 20 años, Catalina Amalia de Orange solo va unos pasos por delante que la princesa Leonor, aunque su recorrido es muy diferente. Por ejemplo, el mismo día que cumplía la mayoría de edad publicaba un libro de sus memorias, escrito por Claudia de Breij fruto de una serie de conversaciones con la futura reina. Muy alejado de la privacidad y distancia que todavía rodea a la heredera española, pero con algo en común: su disposición a una vida dedicada a los Países Bajos. "Estoy al servicio de mi país. Doy mi vida por Holanda", recogía en 2021 la prensa holandesa.
Amenazas contra Amalia
Pero le ha salido el tiro por la culata. Amalia quiso ser una chica normal y hacer vida de estudiante, así que tras pasar un año sabático descubriéndose a sí misma y averiguando qué quería hacer, tomó la decisión de empezar Política, Psicología, Derecho y Economía en la Universidad de Ámsterdam. Además, quiso hacerlo como una más y formar parte de una hermandad dentro del sistema griego de fraternidades que los holandeses mantienen, al igual que los estadounidenses.
Pero le duró poco el sueño. Una polémica machista eliminó primero de un plumazo el sueño de la hermandad. Después, amenazas de la mafia holandesa contra Amalia y el primer ministro del país obligaron a la seguridad de la Casa Real a sacarla del piso de estudiantes al que se había mudado.
Tuvo que instalarse en el palacio Huis Ten Bosch y vivir durante un año bajo una estricta política de seguridad. Aunque no sea ninguna desgracia estar obligada a vivir en un palacio, tanto ella como el rey Guillermo Alejandro expresaron el miedo y la incertidumbre de esos momentos.
A principios de este año algunos medios holandeses han publicado que Amalia de Holanda ha vuelto a su piso de estudiantes. No es oficial, ya que desde la Familia Real pretenden protegerla todo lo posible. Sin embargo, parece que la seguridad en la zona ha aumentado, han puesto cámaras y hay más presencia policial. Por lo tanto, parece que la Princesa ha conseguido por fin lo que más deseaba.
Rompió la tradición
Además, Amalia de Orange es la primera de su familia que acude a la Universidad de Ámsterdam. La hija mayor del Rey ha roto con la tradición que marcaron su padre y su abuela, que estudiaron en la de Leiden, la más antigua de los Países Bajos. Es una muestra más, sumada al año sabático y a algunas de sus declaraciones en los últimos años, de que sigue sus propias normas.
Es una chica algo tímida a quien le encantan los caballos, que a veces va a terapia y que no se plantea la posibilidad de asumir la Jefatura del Estado en un momento próximo. De hecho, en el mencionado libro de su 18 cumpleaños decía que si ocurriera le pediría a su madre que se hiciera cargo del puesto mientras ella seguía creciendo.
Pero también sigue otras tradiciones. Precisamente la publicación del libro lo fue, al igual que los pequeños pasos que está dando de cara a su futuro. El pasado año llevó a cabo su primer viaje de Estado con sus padres, los Reyes. Esta misma semana tendrá que demostrarlo en su primera cena de gala durante una visita de Estado.
Un novio español
Los frecuentes viajes de Amalia de Holanda y su madre, la reina Máxima, a España en el último año hicieron saltar las alarmas. Sobre todo cuando fue fotografiada del brazo con un joven en Jerez. Según la revista neerlandesa Privé, la Princesa estaba saliendo con Boris de Bulgaria e incluso se aventuraban a preguntarse si la futura reina se mudaría a España por él. Lo cierto es que, según ha confirmado la Casa Real holandesa, la heredera ha estado un año estudiando en Madrid para huir de la amenaza en Ámsterdam, gracias a un intercambio con el IE.
Amalia había acudido a la boda de Victoria Hohenlohe, duquesa de Medinaceli, del brazo de Boris Sajonia-Coburgo-Gotha. Es decir, el hijo mayor de Miriam Ungría y el príncipe búlgaro Kardam y, por tanto, heredero del inexistente trono búlgaro y duque de Sajonia. La relación entre ambos nos es casualidad, sus madres son muy amigas y según aseguran los íntimos de la Princesa se mueven en los mismos círculos.
El tiempo dirá, ya que si este romance se consolida y confirma unirá a las casas reales de Países Bajos, Bulgaria y Jordania. Porque cabe recordar que actualmente Miriam Ungría está casada con el príncipe Ghazi bin Muhammad de Jordania tras la muerte del príncipe Kardam.
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