El mundo de la tele está muy romantizado. Lo sabe bien Paula Púa, cuyo nombre real es realmente Paula Cantó, que desde hace unos seis años ha conseguido hacerse un hueco como guionista y humorista. Esta valenciana de 31 años ha pasado por programas como Zapeando, Me resbala y hasta Tu cara me suena. También por el reality Traitors de HBO. Por eso, ahora ha decidido escribir un libro en el que ironiza con este concepto de la fama, el éxito y, por supuesto, la comedia.

Fatal, gracias (Plaza & Janés, Penguin) es la versión ficcionada de su propia historia. Una novela de lo más divertida donde su protagonista es una cómica torturada que a veces toma malísimas decisiones. Su nombre es Lola, pero Paula admite que hay anécdotas reales, otras inspiradas y otras que se ha inventado para dar lugar a una sucesión de desdichas con las que te tienes que reír.

Por supuesto, tiene casi 100.000 seguidores pero este no es el libro de una influencer más. En sus páginas se aprecia la experiencia (y estudios) que tiene su autora a la hora de escribir guiones y de contar chistes. Paula estudió periodismo en Valencia y, tras hacer prácticas en algún que otro periódico, decidió que lo suyo no era esto. Prefirió estudiar un curso de locución en radio y televisión en la Escuela Superior de Imagen y Sonido CES y el curso de monólogos en la Escuela Técnica de Comedia.

Un libro muy real... pero nada cierto

Se centró en los monólogos y le fue bien, aunque en su casa siempre confiaron en ella. Por eso hay tanto de ella en Fatal, gracias, ya que el personaje de Lola tiene un giro similar en su carrera. Pero viendo todas estas similitudes entre Paula y su protagonista, la primera pregunta de su entrevista con El Independiente tenía que ser un cuestionario de qué es real y qué no.

"¿Tuviste un ex mago? Porque también hablas de él en tus monólogos", es la primera de las preguntas. En el libro el personaje de Eloy se pasa toda la historia ejerciendo como recordatorio para la protagonista de que hay una posibilidad aún más mediocre que la vivida.

"Yo estuve de lío con un señor que era mago pero le pongo chistes para que haga gracia, porque el concepto, la premisa de la magia, tiene mucho chiste que se puede sacar. Pero a mí no me pasó lo mismo que a Lola con el mago. Amigos que se lo han leído como Xavi o Robert me han preguntado si era X persona y cada uno me han dicho gente diferente".

Ningún personaje es alguien que exista en la realidad

Paula fue escribiendo de manera sobre todo lineal, pero haciendo caso a su intuición. "Si de repente me apetecía más escribir otro me saltaba a ese, pero en general he sido bastante lineal", explica en la conversación con este periódico. Eso sí, tenía un pequeño dosier personal en el que iba apuntando las características de cada personaje para evitar que ninguno se pareciera demasiado a personas reales. Cuando se le pregunta si no le daba miedo que alguien pudiera sentirse ofendido al verse reflejado, niega con firmeza. "Yo creo que obviamente tu mente va a ir a lo que tú conozcas. Ningún personaje es ninguna persona que exista en la realidad, pero a lo mejor cumplen el estereotipo que tienes tú en tu cabeza", admite.

Cuando su madre se leyó el libro incluso pensó que su hija estaba reflejada en Trix, uno de los personajes. Paula se ríe al recordarlo porque, al fin y al cabo, se trata de una de las antagonistas principales. Pero confirma lo que estaba explicando, de que cada uno puede leer lo mismo y ver diferentes historias.

La familia de Paula ha sido un gran apoyo para ella, desde el principio de su carrera, e inevitablemente su vida personal ha marcado este libro. Recientemente su padre falleció tras una enfermedad en la que siguió encontrando el sentido del humor para hacer bromas. "Se estuvo riendo hasta el final. Es una pasada y lo pongo en la dedicatoria. Hay gente que a lo mejor es muy graciosa, tiene mucho sentido del humor, pero aquí se viene abajo. Mi padre siempre estuvo con coñas, haciendo chistes y tal. Me dio un concepto de la muerte y la enfermedad muy diferente del que yo tenía", admite la cómica. Precisamente, el libro empieza en un tanatorio, pero en este caso nada tiene que ver con su experiencia personal.

Como cómica que pone el enfoque de sus chistes en la autocrítica, Paula Púa tiene claro su opinión en el debate sobre los límites que tiene este mundillo. "Depende de dónde esté cada. Habrá cosas que no te hagan gracia hoy y cosas que sí. Por eso lo que tiene límites eres tú, no el humor", asegura muy seria. Instantes después no puede evitar reírse. La frase es grandilocuente y como ella misma habla siempre entre broma y broma casi parece que se ha salido del personaje.

La magia de la tele

Pero hay muchas facetas de Paula que todavía no se conocen públicamente. Una muestra es lo bien que lo hizo en Tu cara me suena, cuando interpretó En el coche de Aitana, caracterizada como la joven artista. Su actuación en YouTube está llena de comentarios positivos, que incluso piden que la humorista fiche por la siguiente temporada del programa. Otros de ellos se preguntan cómo se pudo hacer el cambio de traje azul a dorado que se ve en el vídeo.

"¡Se hizo en posproducción!", desvela Paula. "Yo fui de azul todo el rato, de hecho me dijeron si prefería el azul con pantalones o el traje de baño que lleva Aitana. Yo pensando en mis 102 complejos diferentes dije que prefería el pantalón", recuerda. "No vi el resultado final hasta que salió. Porque me había visto la actuación, uno de la sala vip grabó la pantalla y me lo enseñó porque si no no te ves hasta que sale y te entra una ansiedad… agradecí muchísimo que me lo grabara, no sé quién era pero gracias, estés donde estés", bromea la cómica.

Por supuesto, la siguiente pregunta tenía que ser, precisamente, sobre Aitana: ¿realmente la conoce en persona? En el libro esa pregunta forma parte de un arco argumental mucho más grande y bastante divertido. Por desgracia, Paula aún no la conoce. No la conoce, y tampoco sabe si ha visto la actuación. "Yo creo que si es inteligente no la habrá visto", bromea.

Otro de los temas que trata en el libro es el de las drogas en el mundo de la televisión. Hay un momento clave en el libro en el que la cocaína (que se menciona varias veces) es protagonista: ¿hay tanta sustancia como siempre se ha dicho? "No. Que yo haya visto yo, de hecho, si fuera verdad no lo hubiera puesto porque estaría señalando a gente", admite. Sobre todo a sabiendas que el público identificaría a sus personajes con famosos varios.

Paula Púa, cuyo nombre real es Paula Cantó, tiene 31 años y una amplia lista de créditos en televisión. Pero ahora se lanza a la literatura con su primer libro.
Paula Púa, cuyo nombre real es Paula Cantó, tiene 31 años y una amplia lista de créditos en televisión. Pero ahora se lanza a la literatura con su primer libro. | MOG

La salud mental, eso no es broma

En su caso, ella necesitaba un giro de la trama para colocar el futuro de Lola, por lo que tomó la decisión de tirar de ese cliché. La mejor herramienta para hacer humor. Pero la realidad es algo más... humana. "Con el tema de la droga y la tele precisamente, si tú te estás medicando para algo tipo ansiedad o depresión no te puedes drogar. Bueno, puedes, pero igual no te despiertas, ¿sabes?", comenta entre risas, consciente de que aunque sea broma, una bastante oscuro, es totalmente la verdad. Una vez más, se aprecia que hay mucha más Paula que la de los chistes.

La salud mental es un tema que ella mismo se toma en serio. Vivió una época nada divertida en la que comenzó a tratarse para intentar salir del escollo. "Se me juntó una época en la que yo era guionista en un programa diario -que es muy duro, sobre todo si es de actualidad- con la pandemia. "Supongo que siempre he sido un poco propensa, siempre he sido muy nerviosa", admite.

A día de hoy ya ha recibido el alta de su psicóloga (aunque bromea que es que se ha jubilado) y planea dejar (como se indica) a dejar de tomar la medicación que le habían recetado. Según explica, en televisión hay mucha concienciación y hay gente responsable.

Y ahora que el tema está sobre la mesa en tantas conversaciones, resulta un alivio poder llegar a trabajar y admitir que estás superada por la ansiedad. La profesión no ayuda, y por eso forma también parte de su libro: "A lo mejor tienes tres meses de curro hasta arriba, agobiado, otros dos con un solo programa. Entonces afecta bastante el no tener una rutina".

Ser mujer en la industria

Una de las bromas más simpáticas (y que tienen varios asaltos) en Fatal, gracias es la de los sujetadores. En el programa de zapping diario en el que colabora Lola le hacen ponerse dos sujetadores "para que la llamen más". Una broma que Paula admite que tiene algo de verdad.

"Una vez me lo pidieron, pero porque quedaba mejor dos con ese vestido. Mira, yo al final soy una persona que ha sucumbido a las presiones sociales porque he crecido así, me veo más guapa de una forma normativa. Pero sí me acuerdo que dije que era muy gracioso. Da para un bloque esto de ser tan plana que te hagan llevar dos sujetadores", explica.

Todo el mundo que haya visto un programa de entretenimiento en televisión puede leer ese fragmento e imaginarse que siempre es así, por lo que se convierte en algo aún más divertido. Y más aún cuando otro personaje del libro continúa con la broma. El mundo de la comedia, hasta hace nada, era terriblemente masculino. Así que resulta todavía más fácil asumir que algo así podría pasar.

Precisamente, Paula recuerda que hace no mucho las cómicas mujeres y famosas que había en España se podían contar con los dedos de una mano. "Gracias a ellas las que venimos después hemos podido trabajar de esto y saber dónde estamos", confiesa. "Había veces que tú eras la única tía en un open, era como la pantalla del Street Fighter en donde son todo tío y luego una chica ahí", añade.

El libro de Paula Púa sale a la venta este 23 de mayo.
El libro de Paula Púa sale a la venta este 23 de mayo. | MOG

Pero en 2015 o 2016 surge un boom en respuesta a esa ausencia. Lo que empieza como una tirita se convierte en una moda. "Entonces todas las empresas querían a mujeres en los shows porque era lo que se llevaba", comenta. Ahora "ya se ha estandarizado", reclama, sin embargo. En su experiencia nunca ha tenido un público que sea 100% masculino… ni todo lo contrario. Suele haber mezcla. "Si yo me lo he pasado bien en monólogos de compañeros hombres, ¿por qué no se van a reír ellos en uno de una mujer?", finaliza.