El príncipe Ernesto de Hannover, de 70 años, fue ingresado de urgencia en el hospital Ruber Internacional de Madrid el pasado domingo, 25 de mayo, según ha adelantado en exclusiva la revista Semana. Se trata del segundo episodio médico grave en apenas un mes, lo que ha reactivado la preocupación en torno al delicado estado de salud del aristócrata alemán.

El exmarido de Carolina de Mónaco había recibido el alta hospitalaria el pasado 21 de abril, tras permanecer casi dos semanas ingresado, una de ellas en la Unidad de Cuidados Intensivos, por una dolencia cuya naturaleza no ha trascendido públicamente. Durante ese periodo, su hijo Christian de Hannover y su pareja, la artista Claudia Stilianopoulos, acudieron a diario al centro médico, aunque evitaron realizar declaraciones sobre la evolución clínica del príncipe o el diagnóstico concreto.

En aquella ocasión, su evolución fue favorable: reaccionó bien a la medicación y, tras varios días en observación, pudo continuar la recuperación en su domicilio madrileño, acompañado por su círculo más cercano. Sin embargo, el nuevo ingreso ha devuelto la inquietud al entorno familiar y mediático, ya que por el momento no se han facilitado detalles oficiales sobre su situación ni sobre la causa que ha motivado esta nueva hospitalización.

Los achaques de un príncipe

Claudia Stilianopoulos, hija de la socialite y embajadora espiritual Pitita Ridruejo fallecida en 2019, ha vuelto a convertirse en su principal apoyo. Este martes se la vio llegar al hospital con gesto serio, eludiendo a los periodistas y sin ofrecer información sobre el estado de Ernesto. La pareja, que mantiene una relación desde hace casi cuatro años, ha optado siempre por una discreta vida privada, solo rota por las polémicas causadas por el comportamiento en ocasiones errático y violento del príncipe alemán, aunque ella no ha dejado de estar presente en los momentos más complicados del príncipe.

Ernesto, jefe de la antigua Casa Real de Hannover y descendiente directo de Jorge III del Reino Unido, ha atravesado en los últimos años diversos problemas de salud, así como episodios personales y legales que han contribuido a deteriorar su imagen pública. Este nuevo ingreso se suma a una trayectoria marcada por la intermitencia entre la reclusión privada y la exposición mediática involuntaria.

Por ahora, no se ha emitido ningún comunicado oficial por parte de la familia ni del hospital. El hermetismo en torno al caso alimenta la incertidumbre sobre su estado y sus perspectivas médicas inmediatas.