Casi con las botas puestas murió el actor y "obrero" Manolo Zarzo (Madrid, 1932) este martes 17 de junio. El pasado 23 de abril cumplió 93 años. La noticia la dio la Unión de Actores y Actrices a través de X. Se mostraba optimista hace poco ante su inminente paso por quirófano para una cirugía del corazón. Criado en la colonia de Ventas (Madrid) junto a otros siete hermanos, ex noviete de Lina Morgan y padre de cinco de dos madres diferentes, Manuel López Zarza continuó trabajado en cine y televisión hasta el final. Su madre fue la 'culpable' de que se dedicara a la interpretación. Causalidad o no, cuatro de los cinco hijos de Manolo Zarzo se dedican al audiovisual: Flavia y David son intérpretes, Mario es director de fotografía y Hugo, maquinista.
Muy querido por la profesión, a Manolo Zarzo, sin embargo, le tenía mucha manía Arturo Fernández. El coqueto actor de La casa de los líos y Truhanes, fallecido en 2019 a los 90 años, creía que el guapo Manolo, de haber sido más alto, le hubiera quitado todos los papeles, así que lo quería lejos. Y Zarzo lo sabía. "Me duele decir que no he tenido el gran papel para morir tranquilo", admitió a los 91 años tras rodar su última película, La fortaleza, donde coincidió con sus dos hijos Mario y Hugo.
El accidente que le mantuvo escayolado durante dos meses tras la muerte de su hija con 2 meses
La comedia y el espagueti wéstern fueron dos de los palos que más tocó un actor que estuvo a punto de morir con 28 años, allá por septiembre de 1960, por el impacto que recibió en el hombro tras socorrer a la trabajadora de unos talleres textiles en llamas en la calle Carretas. Algunos empleados se arrojaban desde las ventanas a unas mantas. El intérprete iba camino de hacerse el visado en Gobernación para rodar en Italia una película. Zarzo, casado un año atrás con María Luz Cañizares, acababa de enterrar el día anterior a su hija de apenas dos meses por una bronquitis capilar. Con ella tuvo a Flavia, Manolo y David. Tras divorciarse, conoció a Pilar, con quien tuvo dos hijos "maravillosos" –Hugo y Mario– y mantuvo una relación hasta su muerte.
"Estuve dos horas muerto. Me quedé sin aire. Me costó un montón recuperarme porque no movía las piernas. Si hubiese estado fijo me habría roto la columna. Estuve casi dos meses escayolado desde el cuello hasta los testículos", recordó en una entrevista para Aisge. Tras aquel incidente, Zarzo rodó Margarita se llama mi amor (1961), con guion del omnipresente Vicente Escrivá.
Los cortometrajes y las series diarias, lo último de Manolo Zarzo
Su obra póstuma será el cortometraje Sunrise; un formato –el corto– al que se entregó en los últimos tiempos con títulos como El nuevo barrio, Alimezher, Tabas, Tercera edad, Marketvita, 82 Years... Las series diarias también brindaron a Manolo Zarzo una segunda oportunidad durante la segunda década de los dos mil, y se dejó ver en el serial policíaco Servir y proteger (su guionista Tirso Calero le dirigió en el corto Blockbuster) y el clásico Amar es para siempre (Antena 3), donde fugazmente hizo de un ex militar republicano.
Décadas atrás, Manolo Zarzo formó parte de una de las primeras telenovelas de nuestro país, El súper (Telecinco), donde interpretó a Eugenio durante más de doscientos episodios. Repitió en La verdad de Laura, una de las primeras incursiones de TVE en el culebrón patrio donde permaneció durante más de un centenar de entregas.
Saura, Almodóvar y Camus dirigieron a Manolo Zarzo
El intérprete madrileño debutó en el cine a los 19 años con Día tras día (1951), intervino en 127 películas (la última, La fortaleza, estrenada en 2022) y trabajó a las órdenes de cineastas españoles ya consolidados o emergentes como Carlos Saura (Los golfos), Pedro Almodóvar (Entre tinieblas), Mario Camus (La colmena, Los santos inocentes), Vicente Aranda (El Lute: camina o revienta), Jaime de Armiñán (Stico), del que se deshacía en halagos, y Pedro Lazaga (Nuevo en esta plaza, Ambiciosa, Los guardiamarinas, El abuelo tiene un plan, Los nuevos españoles), con quien repitió hasta en siete ocasiones y del que también guardaba un estupendo recuerdo. Trabajó con los más grandes: José Luis López Vázquez, Fernando Fernán Gómez, José Sacristán...
Coincidió además con Marcello Mastroianni, Monica Vitti y Giancarlo Giannini en el filme italiano El demonio de los celos (1970), bajo la mirada del director Etorre Scola (Manuel le llamaba), con quien ya había trabajado en Angola en ¿Conseguirán nuestros héroes encontrar a su amigo misteriosamente desaparecido en África? (1968). Las coproducciones entre España y otros países fueron un trampolín para Manolo Zarzo (y sus coetáneos), que rápidamente aprendió italiano.
Pero fue principalmente la televisión el medio en que Manolo Zarzo se dejó ver y querer: la adaptación de Fortunata y Jacinta (1980) en TVE, la serie de Jaime de Armiñán con Paco Rabal como un torero retirado Juncal (1989) y las más recientes Hospital central, El Comisario, Aquí no hay quien viva, Manos a la obra y Compañeros.
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