Transnistria, ubicada en Moldavia, puede convertirse en la primera derivada bélica internacional de la invasión rusa de Ucrania. Tras el repliegue del Ejército ruso en el este del país el subcomandante del Distrito Militar Central de las Fuerzas Armadas rusas, Rustam Minnekayev, señaló el pasado viernes la intención del Kremlin de tomar todo el Donbás y el sur del país o lo que es lo mismo, extender las fronteras de Rusia hasta las de Moldavia. Allí la región al este del río Dniéster se encuentra la región autónoma -prácticamente independiente- de Transnistria, con apenas medio millón de habitantes, de mayoría rusoparlante, que lleva años dependiendo de Moscú.
Más allá de las declaraciones de Minnekayev, Rusia no ha dado más señales de que esa sea su intención militar en estos momentos, pero esto no ha evitado que la frágil estabilidad de Moldavia se haya visto afectada. Transnistria se separó de la soviética Moldavia en 1990. Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, los separatistas prorrusos libraron una guerra con las fuerzas del gobierno moldavo en la que intervino Rusia. Ningún país ha reconocido su territorio como un estado independiente.
“Transnistria es una especie de región sobrante de la Unión Soviética. Es principalmente de habla rusa y era la principal región industrial de Moldavia”, afirma Simon Schlegel, analista del centro de estudios International Crisis Group. “Hay unos pocos miles de soldados rusos desplegados allí”, añade.

En los últimos días se han producido una serie de atentados en Transnistria que dan cuenta de cómo se ha incrementado la tensión y las autoridades de la región denuncian que Ucrania está usando drones para causar estas explosiones. Según la inteligencia ucraniana, se trata Rusia prepara ataques en la región que causarían muertes de civiles para justificar la acción de conducir sus tropas hasta allí.
Riesgo de escalada
Según el centro de investigación Institute for the Study of War (IWS), Rusia está aireando los atentados de Transnistria para armar la narrativa que les permita dirigir acciones militares en la zona o meter a Transnistria en el conflicto. “Los dos batallones que Rusia ha mantenido ilegalmente en Transnistria desde el final de la Guerra Fría probablemente no sean suficientes para montar un ataque creíble contra Odesa por sí mismos, ni es probable que los rusos puedan reforzarlos lo suficiente como para permitirles hacerlo.
No es el Donbás. En el este de Ucrania no hay democracia ni sociedad civil. En Transnistria se ha votado por un gobierno que no estaba favorecido por el Kremlin
Podrían soportar ataques más limitados al noroeste de Odesa, posiblemente causando pánico y creando efectos psicológicos para beneficiar las operaciones rusas en el sur de Ucrania”, afirman desde el IWS. La OSCE que tiene una misión en esta región ha hecho un llamamiento a las autoridades de Moldavia a ambos lados del río Dniéster para que baje la tensión.
Pero, según el analista del Crisis Group, resulta difícil que la situación de conflicto vaya a mayores. “Esta tira de tierra no es como el Donbás, en el este de Ucrania no hay democracia ni sociedad civil. En Transnistria se ha votado por un gobierno que no estaba favorecido por el Kremlin y hay cierto nivel de democracia local, y cierto desarrollo de sociedad civil” asegura este experto en la región.
“Veremos más provocaciones que apuntan en la dirección de que los rusos intentan construir la narrativa que les dé un terreno para atacar a Moldavia, si así lo desean. Si es que deciden que quieren hacer eso, pero aún no lo han hecho”, afirma este experto.
Moldavia es neutral, según determina su constitución, por lo que en los cálculos de este analista hay pocos incentivos para atacar a Moldavia, lo que además implicaría que se tomara previamente la ciudad de Odesa. “El militar que amenazó con tomar el sur de Ucrania no es un militar clave; ese tipo de cosas solo las sabe Putin. Tomar Odesa es mucho más difícil que Mariupol. Es más grande y ha tenido mucho tiempo para armar sus defensas. Además, si Odesa es destruida no sería bien visto por muchos rusos que tienen una idea muy romántica de la ciudad y comprometería la idea que tienen de la guerra”, mantiene Schlegel.

Transnistria: una región a la deriva
Sin apoyos de sus vecinos, Transnistria es difícil que pueda llevar más lejos su independencia. ”Es difícil porque todas sus infraestructuras están conectadas con Ucrania y Moldavia. No tiene aeropuerto y el principal puerto de tráfico para la gente de allí tiene su base y está en Moldavia”, asegura Simon Schlegel. “Sin el apoyo de Rusia no podrían tener realmente soberanía. Y por lo tanto de todos modos el futuro de este estatus se decidiría en Moscú. Si Moscú perdiera el poder y el control sobre Ucrania, se decidiría en Bruselas".
Moldavia está atrapada por el problema de la región de Transnistria. Si no tiene solución, no podrán acceder a Europa, que constituye la ambición de la mayoría de la población. Los moldavos hablan rumano y muchos de ellos tienen doble nacionalidad.
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