Cientos de seguidores de Muqtada Al Sadr, influyente clérigo chíi en Irak, han irrumpido en el palacio de gobierno de Bagdad, poco después de que su líder anunciara que se retiraba de la política. El edificio alberga las reuniones de los jefes de Estado iraquíes y los dignatarios extranjeros, y es la sede del gobierno provisional.

El ejército iraquí había anunciado este lunes un toque de queda con el fin de sofocar las crecientes tensiones políticas que vive el país. En julio los leales al poderoso clérigo asaltaron el edificio del Parlamento para evitar que sus rivales formaran gobierno.

En un tuit, Moqtada Al Sadr anunció que se retiraba de la política y ordenó que se cerraran las sedes de su partido. Otras veces ya dio este paso. Ahora se teme que esta medida provoque disturbios, como el asalto al palacio de gobierno.

Los manifestantes han empleado cuerdas para derribar las barreras de cemento que conducen a las puertas del palacio. Luego se han congregado en las salas de espera del palacio y han coreado consignas en apoyo a Muqtada Al Sadr. También se han lanzado a zambullirse en la piscina del palacio.

El anuncio de renuncia de Al Sadr fue consecuencia de la declaración del líder espiritual chíi, ayatolá Kadhim Al Haeri, a quien siguen también partidarios de Al Sadr. El ayatolá Al Haeri dijo que dejaba de ser una autoridad religiosa y pidió a sus leales que apoyaran al ayatolá iraní Ali Jamenei, y no fueran fieles al centro religioso de Nayaf. Al Sadr consideró este anuncio como un duro golpe, según indica The Guardian.

Al Sadr obtuvo el mayor número de escaños en las elecciones de octubre de 2021, pero no consiguió formar un gobierno mayoritario, lo que ha provocado una de las peores crisis políticas de los últimos años en Irak. Su bloque dimitió y sus seguidores asaltaron el Parlamento en julio. Al Sadr había exigido la celebración de nuevo de elecciones.

El ejército iraquí pide a los manifestantes que se retiren de la zona verde (edificios gubernamentales y embajadas) con el fin de evitar un derramamiento de sangre. Como la crisis no está resuelta, brota de nuevo la violencia. Hasta dónde llegará nadie lo sabe.