Macron vive sus peores horas desde que llegó al Elíseo en 2017, a pesar de que su gobierno, liderado por Élizabeth Borne, ha superado este lunes dos mociones de censura, ligadas a la polémica reforma del sistema de pensiones. Los Republicanos, aunque divididos, han salido en ayuda del gobierno. Es un alivio tan solo momentáneo. Han votado a favor de la moción de censura transpartidaria 278 diputados. La oposición necesitaba 287 para tumbar al gobierno. Han faltado solo nueve votos.

La moción de Reagrupamiento Nacional ha contado con 94 apoyos. De esta forma, la reforma de las pensiones se ha aprobado en la Asamblea Nacional. De todas maneras, los parlamentarios de la oposición han mostrado carteles con el acrónimo RIP para indicar que el gobierno está "muerto". Y las protestas en las calles del país no van a parar. Al contrario.

Han sido Los Republicanos, el grupo de derecha moderada liderado por Éric Ciotti, con 62 diputados, la clave de esta votación. A favor de la moción transpartidaria se han mostrado los 149 diputados de Nupes (con la Francia Insumisa de abanderado), los 88 de Reagrupación Nacional, los 20 de Liot (centro y autonomistas), cuatro no inscritos y 19 conservadores (Los Republicanos). Era necesario que se desmarcarán 31 para que se aprobara la moción de censura y lo han hecho 22. De todas formas, la primera ministra Borne se ha quemado en este proceso y es previsible que sea reemplazada. También Macron, pero la moción no se plantea contra el presidente.

El líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha instado a Macron a que retire el texto, debido a que si bien la moción se ha rechazado, el apoyo del gobierno es muy frágil. Ha apelado a "la censura popular en todo lugar y en toda circunstancia". La líder de Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, ha dicho que como mínimo ha de cambiar el gobierno. "Probablemente no solucionará el problema, pero si se queda será peor porque han tratado de imponer una reforma a la que se opone la mayoría del país".

El proyecto que avalan Macron y el gobierno de Borne, descafeinado con respecto a la versión original, conserva el punto que más crispa a la sociedad francesa: aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años. También prevé que se adelante ocho años la exigencia de cotizar 43 años para percibir la pensión completa. Siete de cada diez franceses se oponen a trabajar hasta los 64 años.

Hemos ido más lejos que nunca en la construcción de un compromiso"

élizabeth borne, primera ministra

La primera ministra, Élizabeth Borne, ha acusado a la oposición de "oponerse al debate" con su "odio y brutalidad" en los debates en la Asamblea Nacional. "Nadie puede hablar en nombre del pueblo. Soy consciente del estado del espíritu del país", ha señalado, en un hemiciclo del que se han ausentado los diputados de la Francia Insumisa. Ha recordado que el proyecto es fruto de un compromiso y ha prometido buscar la vía para promover el diálogo social. "Hemos ido más lejos que nunca en la construcción de un compromiso", ha dicho en defensa del proyecto de reforma, aprobado en el Senado y con el visto bueno de la comisión mixta.

La reforma de pensiones ha provocado una crisis social que recuerda a la revuelta de los chalecos amarillos en 2018 y 2019 y la mayor crisis política desde que llegó al Elíseo en 2017. Desde el jueves, cuando Macron activó el artículo 49.3, se registran manifestaciones en las principales ciudades de Francia. La noche del domingo han sido detenidas unas 500 personas y el lunes unas 200. El jueves fueron unas 300.

Los disturbios en la Plaza de la Concordia, donde decapitaron al rey Luis XVI, fueron especialmente llamativos el primer día con unos manifestantes airados quemando contenedores mientras pedían la cabeza de Macron. Hay en curso una huelga de transportes y de basuras. En París hay unas 10.000 toneladas de residuos sin recoger. Este jueves está convocada una huelga nacional.

De Courson, en el foco

La crisis política ha quedado retratada en el debate en la Asamblea Nacional previo a la votación. Ha sido Charles de Courson, el diputado que más tiempo lleva en la Asamblea Nacional, quien ha abierto el debate, como portavoz del grupo transpartidista llamado Libertades, Independientes. Ultramar y Territorios (Liot), que ha presentado una de las dos mociones de censura debatidas este lunes. "Defendemos un Estado descentralizado, solidario y libre. Nos oponemos por ello a esta reforma del sistema de pensiones", ha dicho De Courson, que ha calificado de "desprecio a la democracia" el recurso al artículo 49.3 que ha utilizado el presidente Emmanuel Macron para intentar que la ley se aprobara sin voto en la Asamblea Nacional.

Vuestra reforma apenas supone un ahorro de 1.000 millones. Francia al pie del precipicio por 1.000 millones"

charles de courson, diputado de LIOT

"Han usado como argumento la justicia social y el mantenimiento del sistema de pensiones. Pero el primer argumento se cae por sí solo. Perjudica a los más humildes, a las mujeres... Y no está probado el efecto positivo de esta reforma. Vuestra reforma apenas supone un ahorro de 1.000 millones de euros. Francia al borde del precipicio por 1.000 millones". En cuanto a la credibilidad de Francia, "es precisamente la crisis social y política es lo que nos hace perder la credibilidad". Y por eso ha instado al presidente a retirar la reforma. Liot es un grupo de 20 parlamentarios de centroderecha y centro izquierda, junto a autonomistas bretones y corsos. Han logrado que su texto sea el más votado.

La diputada Laure Lavalette, de Reagrupamiento Nacional, ha pedido la disolución de la Asamblea Nacional, mientras Aurore Bergé, de Renacimiento, el grupo de Macron, defendía la responsabilidad de Élizabeth Borne, y criticaba a la oposición por carecer de proyecto alternativo y ponía de manifiesto la heteregoneidad de los que se han manifestado en contra de la medida. En Francia, a diferencia de España, las mociones de censura no precisan un candidato a la jefatura del gobierno. Tampoco se pueden plantear contra el presidente de la República, cuyo mandato expira en 2027.

MoDem y Horizons, aliados de Macron, han defendido la necesidad de la reforma, que responde a la realidad del envejecimiento demográfico. "Es una reforma necesaria. Nuestro país precisa más que nunca estar unido", ha dicho Laurent Marcangeli.

El ambiente ha estado animado en la Asamblea Nacional con gritos de protesta cuando ha hablado la defensora de las tesis de Renacimiento, que cuenta junto a sus aliados con 250 escaños. El jueves la primera ministra tuvo que enfrentarse a los abucheos continuos, los cánticos de dimisión, y de La Marsellesa, mientras intentaba defender el recurso al artículo 49.3. Borne ya había adoptado esta fórmula otras nueve veces, pero nunca antes había recibido una contestación similar.

Macron no tiene legitimidad popular ni parlamentaria. Ha precipitado el país a la crisis. Es el único responsable de la cólera de los franceses"

mathilde pannot, la francia insumisa

Mathilde Pannot, de la Francia Insumisa, ha acusado de "traición" al presidente Macron y al gobierno de Borne. "Vuestra palabra no tiene valor", ha dicho la diputada de izquierdas. "Dos de cada tres franceses quieren que votemos contra esta reforma", ha recordado Pannot. "No tiene legitimidad popular ni parlamentaria. Usted ha precipitado al país a la crisis". Según la diputada insumisa, que ha dicho que Francia "se avergüenza" de Macron,"el gobierno de Borne está muerto". Para Panot, "el único responsable de la cólera de los franceses es el presidente Macron".

Olivier Marleix, portavoz de Los Republicanos, ha anunciado que la posición oficial del grupo es el rechazo a las mociones de censura. Sin embargo, ha criticado duramente al presidente Macron. "El problema no es la reforma de las pensiones sino el presidente de la República. Rechazamos este método que confunde la voluntad política con la ausencia de diálogo". Y le ha hecho responsable de "la fractura social" que vive el país, "entregado por la derecha a Marine Le Pen y por la izquierda a Mélenchon".

"Sí a las reformas, no a la fractura"

El presidente del grupo de Los Republicanos ha dicho que se niegan a ser "testigos de una boda bárbara entre los que asumen el caos y los que no tienen ninguna propuesta para salvar las pensiones". Y ha concluido: "Sí a las reformas, no a la fractura".

Sin embargo, como no hay disciplina de voto, hasta el último momento no se sabía si habría suficientes disidentes con la línea oficial de Los Republicanos. De los 62 diputados la moción transpartidaria, la más aceptada, precisaba al menos 31 votos del grupo conservador para progresar. Finalmente, se han desmarcado 19, casi la tercera parte.

Fueron precisamente las dudas sobre Los Republicanos las que llevaron a Macron a activar el artículo 49.3 en lugar de permitir el voto en la Asamblea Nacional, previsto el jueves pasado. Con Los Republicanos había pactado el gobierno modificaciones al proyecto pero a la hora de la verdad varios de ellos se mostraron dispuestos a votar en contra. De este modo, Macron quiso dar un golpe en la mesa que en lugar de proyectar su fortaleza dejó en evidencia su debilidad. A partir de ahora, será cada vez más difícil para Macron promover otras reformas como la ley de inmigración. Su pesadilla no ha terminado.

La última palabra sobre la reforma de pensiones no está dicha. La líder de Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, ha asegurado que irá al Consejo Constitucional, o bien promoverá la convocatoria de un referéndum para lo que precisa casi cinco millones de firmas. Los franceses tampoco dan muestra de que dejarán las calles, sino al contrario. Este jueves todos los sindicatos han convocado una huelga general. Antes, Macron se dirigirá al país en una entrevista en televisión el miércoles a las 13h. Necesitará más que palabras para convencer a un pueblo que se resiste a perder los derechos adquiridos en épocas mejores.