Hasta ahora el líder chino, Xi Jinping, había escenificado su cercanía al presidente ruso, Vladimir Putin, a quien visitó en Moscú en marzo pasado. A Putin le expuso entonces la posición de 12 puntos de China sobre "el conflicto" en Ucrania, donde se defiende la integridad territorial pero no se pide la retirada de tropas. Catorce meses después de la invasión rusa de Ucrania, Xi ha hablado por teléfono con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, durante una hora, en una conversación que ha derivado en la designación de un embajador ucraniano en Pekín y un enviado especial de China para impulsar las negociaciones.

"He mantenido una larga y significativa llamada telefónica con… el presidente Xi Jinping", ha escrito en Twitter, incluso en chino. "Creo que esta llamada, así como el nombramiento del embajador de Ucrania en China, darán un poderoso impulso al desarrollo de nuestras relaciones bilaterales".

La Unión Europea y Estados Unidos han acogido positivamente esta primera llamada de Xi a Zelenski. El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha dicho que este primer acercamiento "una muy buena noticia". En los mismos términos se han expresado en la Casa Blanca, lo que es un cambio, ya que hasta ahora Washington era escéptica sobre las intenciones de Pekín por considerar a su liderazgo aliado de Moscú y defensor de sus intereses.

Recientemente Borrell dijo que Xi y Lula deberían viajar a Ucrania para ver la guerra "a través de los ojos de los que han sido bombardeados" por las fuerzas rusas. Es el siguiente paso que se espera de Xi, una visita a Ucrania.

Sin embargo, Moscú ha vuelto a repetir que es Ucrania quien socava toda la posibilidades de buscar la paz. Lo dice sin dejar de bombardear y sin retirarse de los territorios que ha ocupado.

Seguridad nuclear

Xi ha subrayado que China, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y gran país responsable, no optará por ser un espectador de la crisis ucraniana, ni "echar leña al fuego", ni utilizar la crisis como una oportunidad para obtener beneficios, de acuerdo con portavoces de Pekín.

"En cuanto a la crisis de Ucrania, China siempre está del lado de la paz, y la posición central de China es promover la paz a través de conversaciones", ha indicado el líder chino.

Coincidimos en que no se pueden usar las armas nucleares como amenaza"

serhiy nikiforov, portavoz de la presidencia ucraniana

En lo que coinciden claramente Xi y Zelenski es en la necesidad de seguridad nuclear, una cuestión recogida tanto en el plan de paz de Zelenski como en la posición china. "Coincidimos en que no se pueden usar las armas nucleares como amenaza", ha señalado el jefe de prensa de la Presidencia ucraniana, Serhiy Nikiforov. China ha aludido al Memorándum de Budapest, por el que Ucrania cedió sus armas nucleares a la Federación Rusa a cambio de garantías de seguridad, que también comprometían a Moscú. "En las guerras nucleares no hay vencedores", ha dicho Xi. China defiende que "el diálogo y la negociación" como el único camino viable.

La parte ucraniana está comprometida con la política de una sola China y espera avanzar en la cooperación bilateral integral con China. Xi ha insistido en que el respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial es la base de las relaciones entre China y Ucrania.

"La disposición de China a desarrollar las relaciones con Ucrania es coherente y clara. Independientemente de cómo evolucione la situación internacional, China trabajará con Ucrania para avanzar en una cooperación mutuamente beneficiosa". China ha brindado ayuda humanitaria a Ucrania, lo que agradeció Zelenski.

Según dice en Global Times Wang Xiaoquan, experto del Instituto de Estudios de Rusia, Europa Oriental y Asia Central de la Academia China de Ciencias Sociales, "China se ha convertido en un mediador influyente reconocido por Ucrania y Rusia, así como por Francia y Alemania".

Será fundamental a partir de ahora la labor que realice el enviado especial para asuntos euroasiáticos para buscar la forma en que las dos partes puedan aceptar sentarse a la mesa de negociaciones. De momento, no parece que vaya a ser inminente.

China ha mediado con éxito en las tensiones entre Arabia Saudí e Irán, que permitió la reanudación de las relaciones diplomáticas a principios de este año. Este éxito ha motivado a China que cada vez se afirma más como potencia global decidida a un papel más activo. Sin embargo, Arabia Saudí e Irán eran enemigos pero no estaban en guerra.

Y la paz no se logra solo con desearla. China cuenta a su favor con que tanto Rusia, que ha visto cómo la ayuda de Pekín ha sido vital para que su economía no se hundiese por las sanciones, como Ucrania, que sabe de la relevancia de Pekín, respetan su papel como mediador. Ahora Zelenski sabe que Xi conoce su posición.

Antes de hablar con Zelenski, el líder chino se ha entrevistado con varios dirigentes europeos en las últimas semanas, entre ellos el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el francés, Emmanuel Macron. Todos le habían pedido que escuche a Zelenski. Y por fin lo ha hecho.

Tanto Xi como Lula, que en su gira europea ha recalado en España, aseguran que buscan la paz. También lo desean los líderes europeos, pero tienen claro quién es el agresor y quién el agredido, quién ha violado el orden internacional y quién es la víctima. Por eso, aunque Lula crea que no ayuda a la paz, sí es relevante quién empezó y quién tiene razón. Si no, se legitima el abuso y se ponen las bases para nuevas agresiones. El acercamiento de China es más pragmático: la guerra impide el progreso y en un mundo globalizado eso afecta a sus planes de desarrollo.