Entre 30 y 35 cirugías al día. Es la media de las intervenciones que realiza Aldo Rodríguez, un cirujano de Médicos Sin Fronteras que trabaja en el hospital Al Aqsa de la Franja de Gaza, bajo los intensos bombardeos israelíes. "Tratamos de hacerlo lo mejor posible. Básicamente son cirugías de guerra, desbridamientos (eliminación de tejido muerto), y curaciones. Tenemos muchos pacientes con amputaciones que necesitan varias intervenciones antes de la cirugía final", relata el médico.

Una semana después del fin de la pausa humanitaria, los ataques aéreos se suceden sin tregua. En las últimas 24 horas, al menos 350 personas han perdido la vida bajo el plomo. "En Al Aqsa todos los días recibimos una gran afluencia de pacientes, la mayoría heridos de guerra. Muchos de ellos son niños, niñas y mujeres. El hospital está desbordado. Hay gente, familias por todos los lados, en los pasillos, adentro y afuera del centro dado que la gente utiliza los hospitales como refugio ya que piensan que es un lugar seguro", cuenta Rodríguez.

Se nos están acabando los medicamentos para administrar anestesias

El cirujano, de nacionalidad mexicana, accedió a Gaza a mediados del pasado noviembre enrolado en un equipo de 15 profesionales extranjeros y palestinos de Médicos Sin Fronteras. Desde entonces trabaja en unas condiciones cada vez más precarias entre las llamadas de la ONU a un alto el fuego. El miércoles el hospital Al Aqsa, ubicado en la zona media de Gaza, recibió más muertos que heridos por primera vez desde el inicio de la guerra.​

"La mayoría de los pacientes han perdido familia, sus casas. Se viven situaciones muy tristes, muy dramáticas cada día en el hospital. Por ejemplo, ayer [por el miércoles] tuvimos más de un centenar de pacientes que llegaron al hospital y la mayoría de ellos lamentablemente murieron en el camino o en el servicio de urgencias a causa de los severos bombardeos que tienen lugar día tras día", apunta.

Los casos más terribles son los que afectan a los menores de edad. Entre los más 17.000 muertos desde octubre, figuran más de 7.000 niños. "Son situaciones complicadas como bebés de dos años con amputaciones traumáticas de las piernas. El día de ayer me tocó realizar una amputación a un niño de dos años con una herida muy grave en la extremidad inferior Son historias muy tristes, muy dramáticas que se repiten día tras día. La única forma de terminar con esto es que paren los bombardeos. Los bombardeos deben terminar ya", reclama Rodríguez.

No solo los bombardeos complican su labor, también la escasez de suministros. "Se nos están terminando los medicamentos para administrar anestesias, se está terminando el material para las curas", admite. "Es una situación lamentable lo que está pasando aquí en la Franja de Gaza. Estamos haciendo lo mejor que podemos para ayudar a la población palestina que está siendo víctima de bombardeos indiscriminados".

La situación también escala en Cisjordania. Al menos seis palestinos, entre ellos un menor, murieron este viernes en un campo de refugiados de Cisjordania en enfrentamientos con fuerzas israelíes, informó el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).