El Mar Rojo se ha convertido en otro espacio de tensión en Oriente Próximo. Desde mediados de noviembre los hutíes, un grupo rebelde chií que lucha en Yemen contra una alianza saudí en Yemen, han lanzado más de un centenar de ataques en el Mar Rojo. Utilizan drones y misiles, o realizan secuestros. Solidarios con la causa de Hamás en Gaza, dicen que sus objetivos son Israel y sus aliados, pero no siempre es así. La zona es fundamental para el comercio mundial: un 10% del transporte marítimo pasa por el estrecho de Bab al Mandab, entre África y la Península Arábiga.

Dado el riesgo, varias compañías internacionales decidieron evitar la zona. Cuatro de las cinco grandes empresas de transporte marítimo internacional, Hapag-Lloyd, Maersk, MSC y CMA CGM, detuvieron sus actividades a mediados de diciembre. Un portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, ha asegurado que los ataques continuarían "hasta que la agresión militar contra nuestros hermanos en la Franja de Gaza se detenga". Los hutíes saben que la calle en los países musulmanes está con los gazatíes.

Esta permanente amenaza de los hutíes, aliados de los iraníes y enfrenados a Israel, llevó al secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, a anunciar el pasado 18 de diciembre "la creación de la Operación Guardián de la Prosperidad, una iniciativa de seguridad multinacional bajo el paraguas de las Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF), lideradas por la Task Force 153, según el comunicado oficial. Su objetivo es restablecer la seguridad en el Mar Rojo.

En este anuncio Lloyd Austin citaba como países que formarían parte de la coalición al Reino Unido, Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles y España. Sin embargo, España, Francia e Italia se han desmarcado de esta iniciativa, que Estados Unidos considera vital para impedir que los hutíes impongan su voluntad en esta región. Tampoco se unirá Australia. Sin embargo, Reino Unido participa con el destructor HMS Diamond y Grecia también se ha comprometido.

El primer triunfo de esta operación tuvo lugar el domingo 24 de diciembre, cuando un buque militar de la Marina de EEUU escoltó con éxito a un convoy de la compañía Maersk que logró atravesar el estrecho de Bab el Mandeb. A menos de un día del estrecho hay una treintena de buques de guerra, y EEUU, China, Japón, Italia y Francia cuentan con bases militares en la zona. China, que se vería perjudicada si el comercio está seriamente afectado, rechaza formar parte de una coalición así.

Doce países en lugar de 39

Washington ha buscado que la coalición fuera internacional para que no se interprete este paso como una forma de combatir a favor de Israel en una guerra que se desarrolla en varios escenarios, el principal en la Franja de Gaza. Irán participa a través de proxys en mayor o menor medida en este enfrentamiento con Israel.

Sin embargo, tan solo 12 países de los 39 de la CMF han dado su visto bueno a la coalición, mientras se han mostrado reticentes España, Italia o Francia, que tiene una fragata, Languedoc, en el Mar Rojo, pero que seguirá operando bajo órdenes galas, es un golpe a sus objetivos.

EEUU introdujo a estos países en la lista sin consulta previa, lo que no gustó especialmente a los europeos. Entre los árabes, solo Bahréin secunda a EEUU. No lo hace Egipto, aunque se verá claramente perjudicado si los tránsitos se interrumpen o se reducen, quiere hacer ninguna señal que pueda interpretarse como favorable a Israel.

España, que insiste en que el alto el fuego ha de se inminente y permanente, tampoco quiere posicionarse como aliado en el campo de operaciones de Israel en ninguno de sus frentes, y este conlleva serios riesgos. El gobierno de Sánchez, y aún más sus aliados de Sumar, apuntan que han de concentrarse los esfuerzos en que acabe la sangría en Gaza. Esta coalición podría dar aún más alas al gobierno de Netanyahu para mantener la ofensiva en la Franja, cuando el número de muertos ya supera los 21.000.

Por lo general, España nunca es beligerante y se posiciona en función de lo que haga el bloque, la OTAN o la UE"

jesús manuel pérez triana, analista militar

"La política española por lo general es evitar antagonismos. Desde 2020 funciona una fuerza multinacional europea que opera en el Golfo Pérsico. España no participa. Por lo general, España nunca es beligerante y se posiciona en función de lo que haga el bloque, la OTAN o la UE", apunta Jesús Manuel Pérez Triana, analista militar y cofundador de Guerrasposmodernas.com. "Era de esperar que España no participe en esta coalición y si hay un mandato claro haría algo pero no va a estar en primera fila. España nunca ha tenido un incentivo para enfrentarse con Irán, en este caso".

La ministra española de Defensa, Margarita Robles, dejó claro que España solo iba a participar en misiones lideradas por la OTAN o coordinadas por la UE. "No participaremos unilateralmente", aseveró Robles.

En una comparecencia ante los medios este miércoles, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha confirmado estas declaraciones. "Estamos abiertos a que se plantee esta operación por parte de los aliados, pero la Operación Atalanta no tiene estas características", ha dicho. El presidente de EEUU, Joe Biden, y el español, Pedro Sánchez, hablaron el 22 de diciembre y coincidieron en condenar los ataques de los hutíes a las embarcaciones en el Mar Rojo.

Hay varias misiones internacionales en la región, y una de ellas es la Operación Atalanta, creada por la Fuerza Naval de la Unión Europea en Somalia (EUNAVFOR). Opera frente al Cuerno de África y en el Océano Índico occidental en apoyo de las resoluciones de la ONU para proteger los mares de la piratería.

Está dirigida desde Rota por el vicealmirante Ignacio Villanueva de modo que si se modificase su mandato, España seguiría al frente y esto no lo desea el gobierno de coalición. Ahora participa con la fragata Victoria, pero si se cambiara la misión necesitaría una fragata como la Blas de Lezo. Tal y como está concebida ahora la misión nada tiene que ver con la protección del tráfico de barcos en el Mar Rojo y la lucha contra los hutíes.

La Operación Agenor, dirigida por Europa, tiene por objeto garantizar la libertad de navegación en el estrecho de Ormuz, una de las principales rutas marítimas para las exportaciones de petróleo desde el Golfo. Francia plantea fusionar Atalanta y Agenor.

A su vez, las Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF) son una asociación marítima multinacional dirigida por Estados Unidos desde Bahréin, base de la Quinta Flota de la Armada estadounidense. Cuenta con 39 miembros, entre los que figuran Estados de la OTAN y de Europa, países de la región y otras naciones. Una de sus misiones es la Task Force 153. En este marco se desarrollaría la coalición del Mar Rojo que ha anunciado Estados Unidos.

Hasta ahora las tropas de EEUU han respondido a los ataques por las milicias aliadas de Irán en Siria o Irak en otoño, pero no ha ido tan lejos con los hutíes.

Según The New York Times, de momento EEUU ha creado la coalición para facilitar en paso a los cargueros, o bien ha eliminado drones, pero no ha pasado al ataque. Hay varias razones: por un lado, EEUU no quiere que se eche al traste la frágil tregua entre Arabia Saudí y los hutíes, que han librado una guerra cruenta en los últimos ocho años. A su vez, la Administración Biden está seriamente preocupada por la posibilidad de que el conflicto se expanda por la región. Si EEUU golpea a los hutíes en Yemen, la escalada incluso podría llevar a que Irán interviniera directamente.