El jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, que pasó por un kibutz en su juventud, se ha convertido en el nuevo blanco de las críticas del Gobierno israelí. Sus últimas declaraciones, en las que ha acusado a Tel Aviv de “financiar durante años” a Hamás para socavar la autoridad de Fatah o su llamada a la comunidad internacional a “imponer” la solución de los dos Estados, incomoda a la sensible élite política y diplomática israelí, que le acusan ahora de tomar partido en el conflicto y posicionarse junto a los palestinos.

Borrell fue tajante en el consejo de ministros de Exteriores del lunes. “¿Cuáles son las otras soluciones que tienen en mente?”, se preguntó Borrell antes de la reunión. “¿Hacer que todos los palestinos se vayan? ¿O matarlos a todos?”, agregó sin medias tintas. A puerta cerrada la intervención del ministro de Exteriores israelí, Yisrael Katz, sembró la sorpresa y también la indignación entre los 27. Katz enseñó un vídeo sobre el proyecto de crear una isla artificial frente a Gaza como base logística y para inspeccionar la carga y los pasajeros que accedan por mar al territorio.

Una isla artificial y un tren a la India

La propuesta de Katz no incluía explícitamente planes para reubicar a los palestinos en la isla, según los funcionarios europeos, pero el equipo diplomático israelí no descartó la idea de acomodar a parte de la población. En declaraciones posteriores, Borrell no ocultó su incomodidad: “El ministro nos mostró un par de vídeos que tenían muy poco o nada que ver con la propuesta que estábamos discutiendo”. Calificó su propuesta de “irrelevante” para el tema abordado, un plan de paz que ponga fin a 75 de conflicto, y le lanzó una sugerencia al ministro: “Podría haber empleado mejor su tiempo en preocuparse por la situación de su país o por el elevado número de muertos en Gaza”. El ministro israelí también habló de la propuesta de crear una conexión ferroviaria entre Oriente Próximo a la India.

Las declaraciones no han pasado desapercibidas en Tel Aviv donde el Gobierno, cada vez más presionado por las familias de los rehenes de Hamás, considera que Borrell ha perdido cualquier capacidad de mediación al alinearse, a su entender, con las posiciones palestinas y desprecian, además, el plan presentado. Borrell se suma así a las críticas que la diplomacia israelí ha dedicado a otros altos funcionarios extranjeros como el secretario general de la ONU Antonio Guterres y el director general de la OMS Tedros Adhanom.

Apoyo de Sánchez

En respuesta a estas críticas, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez trasladó a última hora de este miércoles el "firme apoyo" del Ejecutivo español a Borrell por su propuesta de plan de paz. "Quiero trasladar el firme apoyo del Gobierno de España a la labor del Alto Representante de la Unión Europea”, señaló Sánchez en la red social X. A su juicio, "la solución de los dos Estados, Israel y Palestina, y una Conferencia de Paz para Oriente Medio son el marco de la UE para trabajar con las partes y con la comunidad internacional". "Queremos paz y seguridad para palestinos, israelíes y todos los pueblos de Oriente Medio", zanjó.

El plan elaborado por Borrell busca acabar con la histórica espiral de violencia entre israelíes y palestinos más allá de la guerra actual en la Franja de Gaza, para lo que la UE pretende celebrar "pronto" una conferencia de paz al respecto. La hoja de ruta, dividida en doce pasos precisos, tiene como objetivo principal abordar el conflicto y la ocupación que precedieron a la guerra iniciada el pasado 7 de octubre entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, para así preparar una paz integral.