"Primero de todo, quiero dar las gracias a los ciudadanos rusos. Todos somos un solo equipo. Todos los ciudadanos que acudieron a los colegios electorales y votaron". Vladimir Vladimorovich Putin (San Petersburgo, 1952) se ha consagrado como el presidente eterno. En sus primeras declaraciones se ha mostrado exultante. Puede vender un triunfo en el que solo creen sus aliados como Nicolás Maduro, que ya le ha felicitado, y del que recelan EEUU y la gran mayoría de los países de la UE. El líder ruso no descarta un enfrentamiento entre la OTAN y Rusia, según ha declarado en rueda de prensa tras conocer su victoria.

Por quinta vez ha sido elegido presidente de la Federación Rusa. Putin ha logrado un 87,34% de los votos. Es su mejor resultado en sus más de dos décadas en el poder.

La participación ha sido del 74,22%, superior a las últimas presidenciales del 67,5%, celebradas en 2018. Es la mayor participación desde 1991. "Está relacionada con que nos vemos obligados, literalmente, a defender con las armas en la mano los intereses de nuestros ciudadanos", ha dicho Putin.

El líder ruso ha presumido de que ha quedado legitimada su gestión, sobre todo, la "operación militar especial" para "desnazificar" Ucrania, como llama a la guerra que libra desde hace dos años contra el gobierno de Kiev.

Gracias a las reformas impuestas en la Constitución de 2020, Putin gobernará hasta 2030 y tendrá opción de seguir al frente del país incluso hasta 2036. Lleva en el poder desde 1999, primero por mandato de Boris Yeltsin, y después con el refrendo de las urnas. Putin, que cumple 72 años en octubre próximo, solo parece tener como enemigo el tiempo, de ahí quizá su pánico a enfermar en tiempo de pandemia. Si concluye este mandato, superará a Josif Stalin, que rigió los destinos de la URSS entre 1924 y 1953.

Cada vez más tensión con la OTAN

Con este resultado, es previsible que Putin quiera dar un impulso a la guerra contra Ucrania, con mayores avances sobre el terreno. A su vez se va a sentir reforzado frente a la OTAN, de modo que cada vez parece más probable que se atreva a lanzar un ataque contra algún país aliado, como los Bálticos. Podría ser una incursión híbrida que pusiera a prueba la aplicación del artículo 5.

De hecho, en la rueda de prensa ha asegurado que hay soldados de la OTAN en Ucrania. "Los soldados de los países de la OTAN están allí presentes. Lo sabemos", ha declarado, convencido de que mueren "en grandes cantidades". Como si los aliados pudieran esconder las muertes de soldados como lo hacen en Rusia.

Sobre un eventual conflicto entre Rusia y la Alianza Atlántica ha reconocido: "Todo es posible en el mundo actual. Todos comprenden que eso nos colocará a un paso de una Tercera Guerra Mundial a gran escala. A nadie le interesa eso", ha añadido.

Como quedó claro en el último encuentro en Berlín de los jefes de gobierno de Alemania, Olaf Scholz, y Polonia, Donald Tusk, junto al presidente de Francia, Emmanuel Macron, es hora de ayudar a Kiev para evitar que Rusia imponga su voluntad en Ucrania.

Putin se enfrentaba en esta ocasión a tres candidatos que no tenían opciones: el liberal Vladislav Dabankov, el más joven de apenas 40 años, que ha conseguido un 3,7% de apoyos; el comunista Nikolai Jaritonov, que ya fue su rival en 2004 y ha logrado un 3,8%, y el ultranacionalista Leonid Slutski, sucesor del carismático Vladimir Zhirinovkski, que ha obtenido un 2,96%.

Ninguno ha sido crítico con Putin y seguían su línea sobre la guerra en Ucrania. No así Boris Nadezhdin, el llamado candidato de la paz, y la periodista Yekaterina Duntosva, a los que impidieron participar.

A instancias el disidente Alexei Navalni, fallecido en una lejana prisión cercana al Ártico el pasado 16 de febrero, tenían que presentarse en los colegios electorales a mediodía y votar por cualquiera que no fuera Putin o bien no votar. Decenas de rusos han sido arrestados por participar en estas demostraciones pacíficas que han enturbiado la jornada de votación para el Kremlin. La viuda de Navalni, Yulia, quien se ha erigido en la nueva cara visible de la oposición, se ha manifestado en la embajada rusa en Berlín.

En su comparecencia ante los periodistas, Putin ha hablado de Navalni por primera vez. Ha asegurado que se había aprobado su canje cuando "pasó lo que pasó". Y lo que pasó fue que apenas dos meses después de su traslado a una de las cárceles más severas del régimen penitenciario ruso Navalni, de 44 años, murió de forma fulminante.

Por primera vez los rusos podían votar de forma telemática, una modalidad que según los expertos facilitar la manipulación de los resultados. También es la primera vez que entre los 114 millones de ciudadanos convocados a las urnas están los habitantes de las cuatro provincias ocupadas en Ucrania (Donestk, Lugansk, Jersón y Zaporiya) así como en Crimea, la península anexionada por el Kremlin en 2014.

Simulacro electoral para Occidente

En su discurso nocturno, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se ha referido a la convocatoria en Rusia. "El dictador ruso está simulando otras elecciones... Putin está enfermo de poder y está haciendo todo lo posible para gobernar para siempre".

Como los líderes occidentales, Zelenski ha dejado claro que "no hay legitimidad en esta imitación de elecciones y no puede haberla. Esta persona debería ser juzgada en La Haya. Eso es lo que tenemos que garantizar".

Desde la Casa Blanca la Administración de Biden ha destacado que las elecciones rusas "obviamente ni han sido libres ni justas", dado que el líder ruso ha encarcelado a los disidentes o bien ha impedido que se presenten. Como aviso a los rebeldes, el disidente Alexei Navalni murió en una remota cárcel en la que era sometida a severas condiciones.

Su familia, sus seguidores, EEUU y la UE apuntaron al Kremlin. En un mensaje póstumo, Navalni indicaba que si finalmente el régimen acababa con su vida, sería una señal de su debilidad, no de su fortaleza. "No tengáis miedo", dijo en esta alocución difundida tras conocerse su fallecimiento. Cuando fue enterrado en Moscú, después de que su madre sufriera un calvario para conseguir recuperar el cuerpo de Alexei, miles de rusos acudieron a despedirle aún a riesgo de ser encarcelados.

Desde varias cancillerías se han emitido comunicados en los que se calificaban las elecciones como un simulacro. El Ministerio alemán de Exteriores ha señalado que "las pseudoelecciones en Rusia no son ni libres ni justas, el resultado no sorprenderá a nadie. El gobierno de Putin es autoritario, se basa en la censura, la represión y la violencia. Las elecciones en los territorios ocupados de Ucrania son nulas y otra violación del derecho internacional".

El Ministerio de Asuntos Exteriores británico también ha subrayado cómo "al celebrar ilegalmente elecciones en territorio ucraniano, Rusia demuestra que no está interesada en un camino hacia la paz". Desde Varsovia, el Ministerio que dirige Radoslaw Sikorski ha recordado que las elecciones han tenido lugar "en condiciones de extrema represión contra la sociedad, lo que hace imposible una elección democrática y libre".

La incógnita ahora es saber si los gobiernos de la Unión Europea y Estados Unidos van a reconocer la victoria de Putin.

En la comparecencia ante los medios, un periodista de la cadena NBC aludió al arresto del periodista estadounidense Evan Gershkovich, de The Wall Street Journal, detenido desde hace meses en Rusia, y a Boris Nadezhdin, el candidato que no pudo competir con él, para preguntarle si es así cómo concibe la democracia. "Así es la vida", ha replicado Putin. Navalni murió justo cuando iba a ser objeto de un canje. Así es la vida. Ucrania fue invadida para "desnazificarla". Así es la vida. La OTAN juega con fuego por defenderse de la amenaza rusa. Así es la vida. Según Putin.