Nadie duda quién será el vencedor en las elecciones en la Federación Rusa y los territorios ocupados en Ucrania. Vladimir Vladimirovich Putin, que cumplirá 72 años en octubre, se sucederá a si mismo y seguirá al frente del Kremlin hasta 2030, con opciones de mantenerse hasta 2036, según las reformas realizadas a la Constitución en 2020. Mientras su salud lo permita Putin seguirá siendo el zar.

Más de 112 millones de rusos están convocados a las urnas, lo que no quiere decir que esta sea una convocatoria democrática. En las democracias no se sabe por anticipado quién va a ganar. En Rusia sí se sabe. El único vencedor posible es el único presidente que ha tenido Rusia en el siglo XXI.

Cuándo votan los rusos

Las elecciones en Rusia ya empezaron en las zonas de difícil acceso a finales de febrero pero la inmensa mayoría de los ciudadanos lo harán entre el viernes 15 y el domingo 17 de marzo. Es la primera vez que la votación se prolonga varios días y también la primera vez que se puede hacer también on line en 27 regiones y en la anexionada Crimea.

Si nadie superara la mitad de los votos, habría una segunda vuelta el 7 de abril. Pero Putin no solo ganará, sino que lo hará de calle. Todo está preparado para que así sea. La toma de posesión será el 7 de mayo.

La participación debería superar el 67,5% de las últimas presidenciales. Las empresas de sondeos afines al Kremlin estiman que rondará el 71% y que Putin será elegido con un 80% de apoyos. En la última encuesta del Levada Center la aprobación del actual líder ruso supera el 85%. En 2018 Putin logró un 76,7% de los votos y el segundo más votado solo llegó al 11,8%.

Putin, que se presenta como candidato "independiente", celebra las elecciones para ganarlas. Fue elegido por primera vez en el año 2000, tras ser designado por Boris Yeltsin. Es el líder del Kremlin que lleva más tiempo en el poder desde el líder soviético Josef Stalin.

A pesar de que el resultado está cantado, el gobierno se está empeñando a fondo en conseguir en primer lugar que los ciudadanos voten y que lo hagan por Putin masivamente. En las principales ciudades pueden verse carteles con V gigante, símbolo de victoria y de votación. "¡Votemos por Rusia!", clama la propaganda oficial.

En las últimas semanas está multiplicando sus apariciones públicas en fábricas, escuelas o incluso pilotando un bombardero. Según la página web estonia Delfi, el gobierno ruso se ha gastado mil millones de euros en propaganda electoral.

La guerra innombrable

El Kremlin busca legitimarse cuando ya se cumplen dos años de la invasión de Ucrania, lo que aún denominan "operación militar especial" para "desnazificar" y "desmilitarizar" el país vecino. Putin puede presumir de la última victoria rusa sobre Avdiivka y de la férrea defensa que ha hecho que la contraofensiva ucraniana sea una decepción.

Sin embargo, ha tenido que retirar al jefe de la Armada por la gran efectividad de los drones navales de Ucrania que ha conseguido neutralizar la poderosa flota rusa. Este martes Kiev ha intensificado los ataques con drones sobre nueve regiones rusas en un intento de que los rusos tengan presente la guerra. Pero los rusos, como afirma Mira Milosevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano, quieren que su país gane la guerra. De hecho, ninguno de los candidatos autorizados a competir con Putin está en contra.

El único que se mostraba más crítico, y se presentaba como "candidato de la paz", Boris Nadezhdin, descalificado por la Comisión Electoral Central en febrero, señalaba que había sido un "error fatal" y abogaba por negociar, si bien aceptaba que se celebrara un referéndum sobre ello.

Es la economía, siempre la economía

El Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia prevé que este año el PIB aumente un 2%. Es un dato positivo, teniendo en cuenta que el país lleva dos años en guerra. A los rusos, como a los europeos y los estadounidenses, les preocupa, sobre todo, el coste de la vida.

De ahí que en su reciente discurso ante las Cámaras, Putin presentara sus planes para ayudar en la lucha contra la pobreza y la desigualdad, así como anunciara inversiones en infraestructuras. A pesar de la intensa campaña de sanciones de la Unión Europea y EEUU, Rusia no se ha resentido. Han contado con la ayuda de China, y otras economías emergentes que se han negado a aplicar un castigo al Kremlin por invadir Ucrania. Sin embargo, hay millón y medio de rusos sin acceso a agua corriente, calefacción, electricidad o gas.

Tres rivales oficiales de Putin

Son tres los candidatos que compiten por la Presidencia además de Putin: un comunista, un ultranacionalista y un liberal. Ninguno tiene opción de hacer sombra a Putin y por eso participan en esta escenificación. El mejor situado apenas llega al 6% en los sondeos. Las comparsas de Putin son:

Vladislav Davankov, el joven liberal. Es candidato de Gente Nueva, un partido liberal autorizado por el Kremlin y que fue fundado por su padre, en hombre de negocios. Davankov, de 40 años, es empresario y diputado desde 2021. Ahora ocupa el cargo de vicepresidente de la Duma. En 2023 fue candidato a la Alcaldía de Moscú pero apenas superó el 5,3%. Rechaza la excesiva intervención del Estado en la libertad personal del ciudadano. "Sí a los cambios. Es la hora de la gente nueva", son sus eslóganes. Aunque llegó a criticar la posibilidad de ir a la guerra, antes de la invasión, cuando ya era inminente se puso del lado de Putin. "Tomó la decisión correcta", aseguró sobre la "operación militar especial". Defiende, sin nombrar Ucrania, "la paz y las negociaciones", pero "en nuestros términos, sin vuelta atrás". En febrero tenía un apoyo de cerca del 6% en los sondeos.

Sí a los cambios. Es el tiempo de la gente nueva"

vladislav davankov, gente nueva

Nikolai Jaritonov. "Estuvimos jugando con el capitalismo, basta ya", dice este veterano comunista. Ex presidente de un sovjoz en Siberia occidental, Jaritonov ya compitió contra Putin en 2004, la primera vez que optaba a la reelección. Promete nacionalizar los activos extranjeros, los principales bancos y las empresas clave en la economía. También quiere rebajar la edad de jubilación y aumentar el salario mínimo. Mantiene que la única manera de acabar con la operación militar en Ucrania es con "una derrota aplastante" de los ucranianos.

Estuvimos jugando con el capitalismo. ¡Basta ya!

Nikolai jaritonov, comunista

Leonid Slutksi, el ultranacionalista

Doctor en Economía, Leonid Slutski ha recogido el testigo del carismático Vladimir Zhirinovksi, el fundador del Partido Liberal Democrático de Rusia. Zhirinovski murió en abril de 2022 por coronavirus. Su lema es "la causa de Zhirinovski sigue viva" en un intento de aprovechar el tirón del líder ultranacionalista. Varias periodistas le acusaron en 2018 de acoso sexual. Ve la operación militar en Ucrania como una lucha geopolítica necesaria para aplastar el nazismo.

La causa de Zhirinovski sigue viva"

Leonid slutksi, partido liberal democrático de rusia

Los aspirantes descartados

De todos los aspirantes eliminados por la Comisión Nacional Electoral había dos que destacaban: Boris Nadezhdin, el llamado candidato de la paz, ya que era el más crítico con la guerra contra Ucrania, y la única mujer, la periodista Yekaterina Duntsova. Ninguno de los dos contaba con un apoyo superior al 5%, pero aún así no eran del gusto del Kremlin.

Doctor en Físicas y Matemáticas, Nadezhdin, de 60 años, recurrió su eliminación como candidato al Supremo sin éxito. Lleva tres décadas en política. Su lema era: "Putin debe irse". Demasiado directo para el líder ruso. En 2020 se opuso a las reformas en la Constitución que finalmente fueron aprobados y permitieron a Putin presentarse de nuevo en las presidenciales. La ex periodista de televisión Yekaterina Duntsova también pedía el fin de la guerra y la liberación de los presos políticos. Fue descalificada en diciembre y luego apoyó a Nadezhdin.

El candidato en la tumba

En realidad, los rusos se enfrentan a un dilema: ¿estás con Putin o contra Putin? Lo que más temen las autoridades rusas es que en las jornadas de votación se produzcan manifestaciones o protestas. O haya ciudadanos que se acerquen a la tumba de Alexei Navalni, el disidente muerto en una prisión del alta seguridad en Siberia el pasado 16 de febrero. Miles de personas acudieron a su entierro, a pesar de que eran sometidos a un severo escrutinio y cientos fueron detenidos.

La esposa de Navalni, Yulia Navalniya, ha prometido que seguirá con la misión del disidente. En un video en YouTube, se preguntaba: "¿Qué hacer ahora? La opción es vuestra. Podéis votar a cualquier candidato mientras que no sea Putin. Podéis tachar la papeleta, podéis escribir Navalny en mayúsculas. Incluso podéis ir al colegio electoral y daros la vuelta sin votar". Poco antes de morir en prisión, Navalni pidió a los rusos que expresaron su descontento de una manera que no podrían impedir las autoridades. "Para Putin es un referéndum sobre sus acciones, sobre la guerra. Rompamos sus planes y vayamos el domingo 17 a mediodía a las urnas", dijo el disidente ruso. Navalni compite con Putin incluso desde la tumba.