"Al matar a Alexei, Putin mató la mitad de mí, la mitad de mi corazón y la mitad de mi alma. Pero todavía tengo la otra mitad, y me dice que no tengo derecho a rendirme. Continuaré con la causa de Alexei Navalni". Con estas palabras Yulia Navalnaya (Moscú, 1976), viuda coraje del disidente muerto el pasado viernes en el penal del Ártico donde le recluyó el Kremlin, ha prometido dar la batalla contra el líder ruso, Vladimir Putin en un video difundido este lunes. Yulia Navalnaya, que vive desde hace años fuera de Rusia, asegura que Putin "mató" a su marido.
La Unión Europea y Estados Unidos también responsabilizan al presidente ruso. La primera dama de la disidencia rusa ha recogido el testigo y se ha comprometido a luchar por el legado de quien era la bestia negra de Putin. En su mensaje, difundido en redes sociales, Yulia asegura que sabe por qué Putin acabó con la vida de su marido. "Pronto lo sabréis", añade con cierto misterio. Navalni creó en 2011 la Fundación Anticorrupción que ha desvelado casos escandalosos en los que está implicada la élite rusa, incluido Putin.
Yulia Navalnaya impresionó a la comunidad internacional el viernes cuando intervino en la Conferencia de Seguridad de Múnich poco después de difundirse la noticia de la súbita muerte de su marido. Este lunes se ha reunido en Bruselas con los ministros de Exteriores de la Unión Europea.
El Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Josep Borrell, ha anunciado que quieren poner el nombre del disidente ruso al marco legal comunitario para sancionar las violaciones de derechos humanos, similar a la Ley Magnitsky de EEUU, llamada así por el abogado Serguei Magnitsky, muerto en prisión en 2009 tras denunciar una trama de corrupción que implicaba a funcionarios rusos de alto rango.
Quiero que Putin y su equipo sepan que serán castigados por lo que han hecho a mi país y a mi familia"
yulia navalnaya en la conferencia de seguridad de múnich
"Estoy segura de que Alexei en mi lugar habría decidido estar en este escenario (...) Si es verdad lo que dicen ahora los medios oficiales, quiero que Putin y su equipo sepan que serán castigados por lo que han hecho a mi país y a mi familia. Serán llevados ante la justicia. Ese día llegará pronto. Llamo a toda la comunidad internacional a unirse y combatir ese régimen horrible", dijo el viernes la viuda.
Los servicios penitenciarios de la remota cárcel donde estaba recluido desde diciembre, situada a 1.900 kilómetros de Moscú, en el Ártico, anunciaron que el preso más conocido de Rusia se había sentido indispuesto tras dar un paseo y había fallecido sin que pudieran hacer nada por reanimarlo. Su familia no ha podido aún recuperar su cuerpo ni se ha facilitado un examen independiente que permite saber qué le pasó realmente.
"No me casé con un abogado prometedor, ni con un líder de la oposición. Me casé con un joven llamado Alexei", declaró en 2020 al semanario ruso Sobesednik. Se habían conocido en 1998 en unas vacaciones en Turquía. Dos años después se casaron. Cuando recibió una de sus múltiples condenas, dijo de su marido. "Es fuerte, decidido, sabio y decente e increíblemente valiente".
Carta a Putin tras el envenenamiento
Fue precisamente en 2020, como consecuencia del envenenamiento de Alexei, cuando Yulia Navalnaya empezó a ganar protagonismo. Hasta entonces llevaba una vida discreta, dedicada a sus hijos, Daria, nacida en 2001, y Zahar, adolescente.
Daria, que ha estudiado Psicología en Stanford, tiene vocación política y admira fervientemente a su padre, a quien dice parecerse como dos gotas de agua. Fue Daria quien dio el discurso de aceptación del Premio Sajarov ante el Parlamento Europeo en diciembre de 2021.
Nacida Yulia Ambrosimova, su padre era el científico Boris Ambrosimov. Aunque Yulia estudió Económicas y trabajó en el sector financiero, se dedicó a sus hijos después del nacimiento del menor.
En el verano de 2020 Yulia Navalnaya movió cielo y tierra para que su marido recibiera tratamiento en Alemania. Había sido envenenado y al sentirse mal en un viaje en avión lo internaron en un hospital en la ciudad siberiana de Omsk. Entonces Yulia escribió a Putin para que le dejara salir del país. Finalmente el líder ruso dio su luz verde y gracias a una organización benéfica alemana le trasladaron a Berlín, donde le curaron. Allí quedó claro que habían intentado intoxicarle con Novichok, un agente químico con el que el Kremlin ya había liquidado a varios agentes incómodos.
Después de meses de tratamiento, Alexei Navalni decidió regresar a Rusia. Sabía lo que le esperaba. También era consciente de lo que se estaban jugando Yulia. Nada más aterrizar en Moscú en enero de 2021 fue detenido por violar las condiciones de su libertad condicional. Ya nunca más recuperó su libertad. Las acusaciones contra él se multiplicaron hasta sumar una condena de 30 años, 19 de ellos en régimen especial. En diciembre pasado su equipo jurídico le perdió la pista y volvió a aparecer en la prisión de Jarp, en el distrito de Navalo-Nenets, donde recluyen a los reos más peligrosos en condiciones extremas, tanto por el frío como por los castigos arbitrarios.
Aún así a Alexei se le vio en los días previos a su muerte comparecer por videoconferencia sin perder su sentido del humor. Su último mensaje en instagram se dirige a Yulia, en el Día de San Valentín. "Nena, toda nuestra vida es como una canción: tenemos ciudades entre nosotros, luces de la pista de aeropuerto, ventiscas azules y miles de kilómetros. Pero siento que estás cerca de mi cada segundo, y sigo amándote cada vez más", dejó escrito Navalni junto a una imagen en la que se ve a la pareja mirándose a los ojos, como unos recién enamorados. Llevan 24 años casados.
En marzo de 2023, el documental Navalni, dirigido por Daniel Roher, mereció el Oscar al mejor documental. En la gala, Yulia dijo: "Mi marido está en prisión porque quería defender la democracia. Sueño con el día en que mi país sea libre. Manténte fuerte. Te amo, Alexei".
En el video difundido este lunes, Yulia Navalnaya asegura: "Lo que necesitamos es una Rusia libre, pacífica y feliz. La maravillosa Rusia del futuro co la que soñaba mi marido. Es el país que quiero construir con ustedes. El país que imaginó Alexei Navalni. Es la única manera en la que el sacrificio que hizo no será en vano".
Uno de los aliados de Alexei Navalni ha dicho: "Alexei y Yulia eran uno. Ella nunca se echará atrás ni traicionará sus ideales". Yulia hará que Alexei siga vivo porque mantendrá viva su lucha. Evocando a Pablo Neruda, Putin podrá acabar con todas las flores, pero no podrá detener la primavera.
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