Es la primera decisión del nuevo jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Oleksander Syrskyi. Ucrania se retira de Avdiivka, la localidad oriental donde se han librado intensos combates las últimas semanas, para evitar una carnicería. El comandante Syrskyi reemplaza al popular Valeri Zaluzhni, a quien el presidente Zelenski destituyó la semana pasada. Zaluzhni había reconocido a los medios internacionales que la situación sobre el terreno estaba estancada.

En un mensaje publicado en Facebook, el comandante Syrskyi asegura que con este repliegue de Avdiivka busca "preservar la vida y la salud de los militares", estabilizar la situación y ubicar las tropas en líneas de defensa más favorables.

"Nuestros soldados cumplieron su deber militar con dignidad, hicieron todo lo posible para destruir las mejores unidades militares rusas, infligieron pérdidas significativas al enemigo en términos de mano de obra y equipamiento", ha escrito. "La vida del personal militar es de máximo valor".

Un día antes, el comandante ucraniano responsable de las fuerzas en el sureste del país, Oleksaner Tarnavskiy, había dicho que las fuerzas de Kiev se habían retirado de algunas posiciones en la ciudad. Este sábado este comandante ha dicho: "En una situación en la que el enemigo avanza sobre los cadáveres de sus propios soldados con una ventaja de diez a uno en proyectiles, bajo un bombardeo constante, la retirada es la única solución correcta."

El presidente estadounidense, Joe Biden, había advertido el jueves de que Avdiivka corría el riesgo de caer en manos de las fuerzas rusas debido a la escasez de municiones. El Congreso de EEUU sigue bloqueando el paquete de ayuda. Los rusos llevan meses bombardeando Avdiivka, pero sólo en las últimas semanas han logrado avances significativos, con pequeños grupos de tropas de avanzada en la ciudad, según informa The Guardian.

Una derrota simbólica

La pérdida de la ciudad, casi dos años después de la invasión rusa a gran escala, puede dar al Presidente Volodymyr Zelenskiy argumentos más sólidos para pedir a Occidente una ayuda militar más urgente en su discurso del sábado por la mañana en la Conferencia de Seguridad de Múnich.

El control sobre Avdiivka, que ha quedado destrozada por los combates, daría a Rusia el control total de la zona que rodea Donetsk, tomada por las tropas ucranianas leales a Moscú en 2014. Tras la caída de Donetsk, Avdiivka era el bastión militar ucraniano en esa zona del este del país, pero ya solo quedaba un millar de personas, la mayoría ancianos, de una población de 32.000 personas. Tiene un fuerte poder simbólico que se dé esta retirada justo en vísperas del segundo aniversario de la invasión, que todavía Putin llama "operación militar especial destinada a desnazificar Ucrania".

El anuncio del comandante coincide con la conferencia de seguridad de Múnich, dedicada al desafío que plantea el líder ruso, Vladimir Putin, a Occidente. Este sábado empieza también la campaña electoral en la Federación Rusa de unas presidenciales que tienen un ganador seguro, Vladimir Putin, quien ha eliminado a todos sus competidores tuvieran o no posibilidad de ganar.

La primera jornada, el viernes, estuvo marcada por la muerte del disidente ruso Alexei Navalni en una remota prisión del Ártico. Decenas de personas en Moscú y San Petersburgo han depositado flores en recuerdo de Navalni, en un gesto que refleja cómo Navalni puede vencer a Putin después de muerto. EEUU y la UE responsabilizan a Putin de esta muerte, para muchos un asesinato con todas las letras.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski interviene este sábado en Múnich, tras firmar garantías de seguridad con Francia y Alemania. Es un primer paso pero aún insuficiente para vencer a Rusia. Y está mucho en juego.