Camino de los seis meses de guerra y los 33.000 muertos, el Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado este lunes, por primera vez y tras cuatro intentos fallidos previos, una resolución en la que se pide inequívocamente un alto el fuego en la guerra de Gaza, que ha causado la muerte a 32.000 personas en menos de seis meses.

La resolución fue aprobada por 14 votos a favor y una abstención, la de Estados Unidos, y al aprobarse suscitó los aplausos de la sala, cosa que raramente sucede. En el texto, el Consejo "reclama un alto el fuego inmediato durante el mes de Ramadán (que termina el 9 de abril) y que conduzca a un alto el fuego duradero", al tiempo que pide -pero no lo vincula- "la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes" en manos de Hamás.

Poco después, el secretario general de la ONU Antonio Guterres ha celebrado la resolución en su cuenta de X. "El Consejo de Seguridad acaba de aprobar una resolución sobre Gaza largamente esperada, que exige un alto el fuego inmediato y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes. Esta resolución debe aplicarse. No hacerlo sería imperdonable", ha declarado.

En las horas previas, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu había amenazado con cancelar la delegación del país a Washington si, como finalmente ha ocurrido, Estados Unidos no vetaba la resolución del alto el fuego.

En medio de la alarma internacional por la hambruna en el norte de la Franja de Gaza, organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch ya han exigido a Tel Aviv que "responda inmediatamente" a la adopción de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU "facilitando la entrega de ayuda humanitaria, poniendo fin a su inanición de la población de Gaza y deteniendo los ataques ilegales". "Los grupos armados palestinos deben liberar inmediatamente a todos los civiles retenidos como rehenes. Estados Unidos y otros países deben utilizar su influencia para poner fin a las atrocidades suspendiendo las transferencias de armas a Israel", ha agregado.

La resolución ha sido presentada por los diez miembros no permanentes del Consejo, entre los que hay países africanos, asiáticos, europeos y latinoamericanos, lo que da una idea de la percepción mundial de urgencia de la guerra de Gaza.

Incertidumbre hasta el final

La incertidumbre sobre su aprobación se mantuvo hasta el último minuto, pues Rusia pidió que hubiera una votación aparte para introducir la palabra "permanente" tras el alto el fuego -en el entendido de que "duradero" permitiría a Israel seguir con la guerra-, pero esa enmienda no fue aprobada.

La guerra que comenzó hace casi seis meses ha causado más de 32.000 muertos, ha dejado a un millón largo de personas (casi la mitad de los gazatíes) en estado de "inseguridad alimentaria extrema" y ha dejado en el territorio palestino un nivel de destrucción que algunos han equiparado al de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial.

El secretario general de la ONU, António Guterres, comparó ayer lo sucedido en Gaza con el apocalipsis: "Mirando a Gaza, casi parece que los cuatro jinetes de la guerra, el hambre, la conquista y la muerte galopan a través de ella”, dijo Guterres en Egipto, tras subrayar que nada justifica el castigo colectivo a los palestinos.

En las cuatro ocasiones anteriores, Estados Unidos -aliado incondicional de Israel- vetó tres resoluciones porque según Washington un alto el fuego permitiría el rearme de Hamás, mientras que el pasado viernes fueron Rusia y China las que vetaron la resolución de EE. UU. con el argumento de que no contenía un vocabulario claro y contundente para exigir un alto el fuego.

Las peticiones a Israel de un alto el fuego en Gaza habían caído hasta ahora en saco roto, pese a que cada vez más países se han sumado a estos llamados, incluidas naciones europeas -Francia, Alemania o Reino Unido- que al principio de la guerra estaban más cercanas a Israel y otras aliadas que también han ido evolucionando como Canadá o Japón, quedando Estados Unidos como el último aliado inquebrantable del estado hebreo.