Hay una línea roja que hasta ahora han respetado los países de la OTAN que prestan ayuda a Ucrania: el armamento que suministran no puede utilizarse para atacar en territorio ruso. Sin embargo, cada vez son más las voces entre los aliados partidarias de dar luz verde al gobierno de Kiev, con el fin de que Moscú no logre sus objetivos en el campo de batalla. Rusia se salta todas las reglas en esta guerra y pretende que los aliados de Ucrania se amilanen con sus amenazas de una escalada.

Primero fue el Reino Unido quien dio su luz verde a que se utilizase el armamento enviado a Kiev en atacar a Rusia en su territorio. En The Economist, el secretario general de la OTAN, el noruego Jens Stoltenberg, que concluirá en breve una década al frente de la Alianza Atlántica, dijo que es "legal" Ucrania pueda atacar Ucrania si se trata de objetivos militares. Aludió a que podría levantarse el veto al uso de armas occidentales.

El Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, pidió un "equilibrio" entre la necesidad de atacar objetivos en tierra rusa y el riesgo de escalada. En rueda de prensa en Berlín, el presidente francés, Emmanuel Macron, también pidió el fin de estas restricciones.

Desde Sofia, veinticuatro miembros de la OTAN se comprometían a no aceptar más restricciones al uso de armas occidentales contra objetivos legítimos en territorio ruso, según difundieron en un comunicado. Los británicos fueron muy activos a la hora de defender este giro de 180 grados. Lo contrario, a su juicio, es dar ventaja a Rusia, en un momento en que va ganando la guerra.

¿Cómo podemos a explicar a Ucrania que tiene que proteger sus ciudades, pero no tiene derchoa a atacar de dónde vienen los misiles?"

EMMANUEL MACRON, PRESIDENTE DE FRANCIA

"¿Cómo podemos explicar a Ucrania que tiene que proteger sus ciudades, pero que no tiene derecho a atacar de dónde vienen los misiles? Es como si les dijéramos que os damos armas pero que no podéis usarlas para defenderos", dijo Macron ante el canciller alemán, Olaf Scholz, que no ha dado su visto bueno al envió de misiles de largo alcance, los Taurus. Macron sí remarcó que una cuestión es neutralizar las bases militares desde donde les atacan los ruso y otra ir más allá.

Alemania también fue reticente a la hora de dar su permiso al envío de carros de combate Leopard a Ucrania. Tuvo que ser el gobierno polaco el que se plantó y dijo que mandarían sus Leopard con o sin el permiso de Berlín. Finalmente, Scholz cedió, una vez que EEUU dio su visto bueno.

En febrero, Macron dijo que no debía descartarse el envío de tropas occidentales a Ucrania. Salieron en tromba a desmentirle varios líderes aliados pero en realidad hay armamento del enviado a Ucrania que requiere instrucción de militares occidentales, algo que saben todos.

Washington comienza a ceder

Quienes no ceden de momento son los estadounidenses, quienes ven muy arriesgado que Ucrania use el armamento proporcionado por los países de la OTAN, que no por la OTAN en sí, para atacar a objetivos en territorio ruso. La embajadora de EEUU ante la OTAN, Julianne Smith, ha explicado este miércoles en una rueda de prensa por zoom que no hay cambios en la posición de Washington. Es decir, hay que ayudar a Ucrania pero sin violar esta línea roja. "Nos hemos de focalizar en que llegue más ayuda y sea de forma rápida. Ucrania necesita reforzar su defensa aérea y más artillería", ha dicho la embajadora Smith.

Sin embargo, el secretario de Estado, Antony Blinken, y el titular de Defensa, Lloyd Austin, son cada vez más favorables a dejar vía libre a Kiev. En Praga se celebra jueves y viernes una reunión informal de ministros de Exteriores de la OTAN, donde se abordará el tema.

Ucrania tiene que tomar sus propias decisiones sobre la mejor manera de defenderse eficazmente"

ANTONY BLINKEN, SECRETARIO DE ESTADO DE EEUU

En Moldavia, Blinken ha reconocido en público este miércoles por primera vez que Ucrania es quien debe decidir cómo emplear el armamento que recibe. En una rueda de prensa, Blinken ha señalado: "Ucrania tiene que tomar sus propias decisiones sobre la mejor manera de defenderse eficazmente. Vamos a asegurarnos de que disponga del equipo que necesita para hacerlo".

"Otro rasgo distintivo de nuestro apoyo a Ucrania a lo largo de estos más de dos años ha sido la adaptación a medida que han cambiado las condiciones y el campo de batalla, a medida que ha cambiado lo que hace Rusia en términos de cómo lleva a cabo su agresión y su escalada... Nosotros también nos hemos adaptado y ajustado, y confío en que seguiremos haciéndolo", ha añadido.

Las primeras entregas de proyectiles de artillería de 155 mm en el marco de una iniciativa liderada por la República Checa deberían llegar a Ucrania en cuestión de días, según dijo el primer ministro checo, Petr Fiala, al recibir en Praga al primer Ministro ucraniano, Denys Shmyhal. La iniciativa ha recaudado hasta ahora 1.600 millones de euros.

Mientras tanto, el Gobierno húngaro de Viktor Orbán, el líder europeo más cercano a Putin, mantiene paralizada la concesión de unos 6.500 millones de euros a Ucrania. "Eso es lo triste, que tenemos el dinero, tenemos la capacidad, pero seguimos pendientes de ejecutar" esta ayuda a Ucrania, se lamentó Josep Borrell.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha dado una gira por varios países europeo, incluida España, para recabar más apoyo, insiste en que necesitan que el armamento que les llega pueda servirle sin limitaciones. Zelenski fue muy claro sobre lo surrealista de la situación: "Nos están disparando, y no podemos devolverles los disparos porque no tenemos el permiso [de los socios occidentales]". El gobierno español anunció una ayuda de 1.000 millones en armamento con motivo de la visita de Zelenski.

La ofensiva que están llevando a cabo las tropas rusas en la región de Járkov, en la frontera con Rusia, pone de manifiesto cómo esta limitación coloca en situación de clara desventaja a Ucrania. Los rusos están a caballo entre los dos países en esta ofensiva, mientras que los ucranianos no podrían alcanzara a los rusos si cruzan la frontera. Moscú aprovecha para atacar desde esta zona ya que sabe que Ucrania no puede recurrir a los misiles Atacms proporcionados por EEUU.

Polonia y los Bálticos no se amedrentan

El líder ruso, Vladimir Putin, declaró que los aliados deben saber "a qué están jugando" a la vez que insinuaba que respondería si hay ataques con armamento proporcionado por los aliados. Y, en su línea trató de amedrentar con el miedo: "Han de recordar que, por lo general, son países pequeños, muy densamente poblados", dijo en una visita a Uzbekistán, según Interfax.

Sin embargo, son esos países pequeños como los Bálticos los que menos miedo están mostrando. Polonia y los Bálticos estarían dispuestos a enviar tropas a Ucrania, si hay señales claras de debilidad en las tropas ucranianas y son incapaces de detener el avance ruso, según ha publicado el semanario alemán Der Spiegel. De momento, el gobierno de Donald Tusk va a reforzar su frontera con Bielorrusia, Estado vasallo de Rusia.

"Si los rusos logran un avance estratégico en el este de Ucrania, porque Occidente ayuda sin mucho entusiasmo, entonces la situación podría empeorar drásticamente. En este caso, los Países Bálticos y Polonia no esperarán a que las tropas rusas lleguen a sus fronteras", afirman los políticos bálticos, según el semanario alemán. "Advirtieron que introducirán tropas en Ucrania y esto significa que la OTAN participaría en la guerra". Es lo que temen en Washington y en Berlín. Pero también en Moscú. Es un escenario de pesadilla para Putin, quien sabe que una guerra contra la OTAN sería insostenible.