Apenas quedan supervivientes del Desembarco de Normandía cuando se cumplen 80 años de aquella operación que marcó el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha comenzado las celebraciones este miércoles con un homenaje a los soldados extranjeros y a los resistentes franceses que combatieron contra la ocupación nazi. Más de dos millones de tropas de una docena de países participaron en la Operación Overlord. Eran estadounidenses, británicos y canadienses, pero también australianos, belgas, checos, holandeses, franceses, griegos, neozelandeses, noruegos, rhodesios y polacos.

"Un soldado polaco puede luchar por la libertad de todas las naciones; solo muere por Polonia", decía el general Stanislaw Maczek, que fue enterrado en Breda, Países Bajos, junto a los soldados que cayeron por su liberación. Estuvo al mando de la Primera División Blindada Polaca, con unos 16.000 efectivos, que dio cobertura a los desembarcos iniciales y desempeñó un papel clave en la batalla Argentan-Falaise que abrió la vía para la liberación de París. Paradójicamente en el Desembarco de Normandía apenas participaron 209 franceses, entre comandos y paracaidistas, un centenar de pilotos y varios cientos de marinos.

Un soldado polaco pude luchar por la libertad de todas las naciones: solo muere por Polonia"

GENERAL MACZEK

"Cuando llegaron las primeras tropas a Francia tuvimos envidia", explicaba a la Deutsche Welle hace una década Marian Słowiński, que formó parte de la División que comandaba el general Maczek. "Las tropas que iban primero también nos estaban esperando, porque nuestra división podría suponer un punto de inflexión en estos combates. Y así fue como sucedió. Poco después de nuestro aterrizaje, el frente avanzó más rápido", contaba Marian Słowiński, que murió en junio de 2020 a los 101 años.

Victoriosos en Falaise

Stanislaw Maczek, a quien obedecía Marian Słowiński, había nacido en 1892 en una familia de origen croata en Leópolis, que entonces formaba parte del imperio austro-húngaro. Primero se enroló en un regimiento de montaña austriaco. Una vez que Polonia recupera su independencia el joven se enrola en el Ejército y comienza a escalar escalafones rápidamente hasta que en 1938 se coloca al mando de la Décima Brigada de Caballería Motorizada. Era la unidad más moderna del Ejército polaco de la época.

En septiembre de 1939, los carros ligeros del general polaco poco pudieron hacer contra los Panzer alemanes. Evitan rendirse cruzando la frontera con Hungría. En 1940 el general Maczek está en Francia, y dos años más tarde, logra que se cree la primera división blindada polaca con 16.000 efectivos a su cargo. Son hombres bien equipados, con carros Sherman, y preparados, como recordaba Marian Słowiński. Tenían ganas de participar en primera fila en las batallas derivadas del Desembarco de Normandía. Por fin lo hicieron el primero de agosto.

El día 19, instalaron a 2.000 de sus hombres en Chambois y Mont-Ormel.
Aislados del resto de las tropas aliadas en la cima de dos colinas, los polacos sólo podían confiar en sí mismos para resistir los repetidos ataques alemanes. Durante tres días heroicos, del 19 al 21 de agosto, contuvieron a la masa enemiga que intentaba frenéticamente romper el cerrojo puesto por Maczek: lucharon con cuchillos y con las manos desnudas cuando se les agotaron las municiones. En la mañana del 21, todo había terminado, la bolsa de Falaise se había cerrado definitivamente.

En Falaise los alemanes quedaron atrapados en una botella y la Primera División P olaca era el corcho de esa botella"

GENERAL BERNARD LAW MONTGOMERY

De los 2.000 polacos que participaron, sólo 500 salieron ilesos. Pero su sacrificio había permitido a los aliados tomar entre 30.000 y 40.000 prisioneros alemanes y cerrar victoriosamente el capítulo de la batalla de Normandía que había comenzado el 6 de junio.

"En Falaise, los alemanes quedaron atrapados como si estuvieran en una botella, y la Primera División Polaca era el corcho de la botella", dijo entonces el general Bernard Law Montgomery.

La Primera División Blindada Polaca se cobró una victoria tras otra y ayudó a liberar Bélgica y Países Bajos. Su recorrido triunfal terminó con la toma del puerto alemán de Wilhelmshaven, donde se concentraban 200 buques de guerra.

La orden del Águila Blanca, poco antes de morir

A pesar de haber demostrado con creces su heroísmo, el general Maczek perdió sus derechos civiles por decisión del gobierno comunista. Tampoco se reconoció su labor en el Reino Unido. Una vez terminada la guerra, el general polaco tuvo que vender periódicos y trabajar de barman en un hotel de Edimburgo para ganarse la vida.

En 1965 se levantó el Monumento Montormel y luego se erigió el Memorial con el mismo nombre justo en el corazón de la Bolsa de Falaise, la última batalla por la liberación de Normandía. En la cima de la colina, cerca de la entrada del museo, hay un tanque Sherman que perteneció a la legendaria División Blindada de Polonia y un busto del general Maczek.

En 1989, cuando se celebran las primeras elecciones que dan lugar a un gobierno no comunista en Polonia, el gobierno polaco le presenta sus excusas públicas. A principios de 1994 le otorgan la Orden del Águila Blanca, la más alta distinción polaca. Falleció el 11 de diciembre de ese mismo año sin haber vuelto a pisar su país.

Nunca en la historia de los conflictos humanos tantos debieron tanto a tan pocos"

SIR WINSTON CHURCHILL

La traición de Yalta

Polonia fue el único país que combatió a la Alemania nazi desde el primer día de la invasión en 1939 hasta el final de la guerra. Sin embargo, en la Conferencia de Yalta, en febrero de 1945, el líder soviético Iosif Stalin acabó imponiendo sus demandas sobre Polonia, que para su gobierno "era una cuestión de honor" y seguridad porque el territorio había servido de corredor a los nazis para entrar en la URSS.

Los soviéticos se quedaron con el territorio de Polonia oriental anexionado a cambio de que ganara por el oeste a Alemania. Prometió que hubiera unas elecciones libres que nunca se dieron. Stalin obvió decir que en Polonia la resistencia fue feroz y que millones de polacos fueron asesinados por el régimen nazi.

En 1946, el gobierno laborista británico no invitó a las Fuerzas Armadas polacas a celebrar el Día de la Victoria en Londres por presión de Stalin, a pesar de que el escuadrón 303 había sido clave en la liberación de la capital británica. "Nunca en la historia de los conflictos humanos tantos debieron tanto a tan pocos", dijo Winston Churchill sobre el papel de los pilotos polacos.

Biden, Zelenski y el presidente de Polonia

En este 80 aniversario, con los ecos de la guerra en Ucrania, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el estadounidense, Joe Biden, evocarán la lucha por la libertad que comenzó aquellos días en Normandía. Estarán 25 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el rey Carlos III y el primer ministro británico, Rishi Sunak. También está invitado el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pero no habrá representación de Rusia.

Asiste a los actos de este jueves el presidente de Polonia, Andrzej Duda, que va a visitar el cementerio de guerra de Urville-Langannerie, donde fueron enterrados 696 soldados polacos, principalmente de la 1.ª División Blindada del general Stanisław Maczek que cayeron en los días del Desembarco.

El general Maczek, en Breda

Los restos del general Maczek, el héroe polaco de las batallas que comenzaron con el Desembarco de Normandía, están, sin embargo, en Breda, junto a los soldados de su División que cayeron en la liberación de esta localidad de los Países Bajos.

El destino del general que tanto hizo por acabar con el régimen nazi se asemeja al de su nación, que combatió al invasor alemán, que ocupó su territorio y estableció campos de concentración y de aniquilación como Auschwitz o Treblinka, para acabar bajo la égida de la URSS.

El espíritu de lucha que animó a quienes se levantaron en Varsovia hace 80 años se mantuvo vivo e hizo posible que fuera el primer país de su órbita donde la URSS tuvo que permitir la creación de un sindicato libre, Solidarnosc, en 1980, y nueve años más tarde, la celebración de las primeras elecciones que darían lugar a un gobierno no comunista. El Telón de Acero se resquebrajó en Polonia. Lo llaman justicia poética.