Era una ruptura anunciada. La coalición semáforo ha saltado por los aires por sus diferencias sobre la política económica. El canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, ha destituido a los ministros del Partido Liberal, entre ellos al titular de Finanzas, Christian Lindner. También formaban parte del gobierno los Verdes. A continuación ha anunciado que su gobierno se someterá a una moción de confianza en el Bundestag el 15 de enero.
Será entonces cuando los diputados decidan si prefieren anticipar las elecciones, previstas para el 28 de septiembre, o bien dar su apoyo a un gobierno en minoría que aguante ese tiempo. Lo más probable, salvo sorpresas, es que el gobierno pierda la moción de confianza, al no contar con los liberales, y se anticipen las elecciones seis meses. Se celebrarían en marzo.
Sin embargo, el principal partido de la oposición, la Unión de CDU y CSU, quiere que sean antes. Friedrich Merz ha dicho que hay que acortar los plazos al máximo, de modo que la moción de confianza se celebre la semana que viene y las elecciones puedan celebrarse en la segunda quincena de enero. Después tendrían lugar las conversaciones para formar una coalición, ya que en la República Federal de Alemania el sistema político hace casi imposible un gobierno monocolor. Y ese proceso también lleva su tiempo.
"No es el fin del mundo"
En una intervención este jueves, el presidente federal alemán, Frank-Walter Steinmeier, ha tratado de lanzar un mensaje de calma: "No es el fin del mundo". Ha explicado que la Constitución ha previsto cómo abordar esta crisis. "El fin de una coalición no es el fin del mundo, es una crisis que debemos dejar atrás", en una intervención de dos minutos y medio.
Ha dicho que los ministros destituidos van a ser reemplazados. "Mucha gente mira al mundo con preocupación. No es el momento de tácticas y escaramuzas, es el momento de la razón y la responsabilidad. Espero que todos los responsables hagan justicia a la magnitud del desafío", ha remarcado.
Órdago de Lindner
Scholz ha culpado de esta decisión al ministro de Finanzas, Christian Lindner, que proponía recortes del gasto y subidas de impuestos, a lo que se oponen socialdemócratas y ecopacifistas. "Así no es posible gobernar en serio", ha dicho Scholz a Lindner ante sus exigencias. Los liberales están en caída libre en las encuestas y ni siquiera llegan al 5%, el mínimo para contar con representación en el Bundestag. Por ello, Lindner no está dispuesto a concesiones. No tiene ya nada que perder.
De los cuatro ministros liberales, hay una excepción. El titular de Transportes, Volker Wissin, ha decidido seguir en su puesto como independiente. En el puesto de Lindner estará Jörg Kukies, muy cercano a Scholz.
El propósito del canciller es que se sometan a votación antes de Navidad todas las leyes que no puedan retrasarse, lo que incluye la estabilización de las pensiones y medidas de ayuda a la industria. Volkswagen, el puntal de la industria automovilística alemana, está en plena crisis con previsibles despidos y cierre de fábricas.
Scholz ha sido muy crítico con el ministro de Finanzas, el líder de los liberales, Christian Lindner. Coincide con Scholz el ministro de Economía, Robert Habeck. La noticia se ha conocido al finalizar una reunión entre los dirigentes de la coalición.
"Con frecuencia ha bloqueado leyes de forma irrelevante". Incluso le ha acusado de llevar a cabo "tácticas partidistas mezquinas". Y ha sentenciado: "Ha perdido mi confianza". Lindner propuso al canciller que convocara elecciones anticipadas, una opción que en Alemania no agrada porque refuerza la idea de inestabilidad e incertidumbre. Y esa salida de tono ha terminado con la conocida serenidad de Scholz.
El ministro de Economía, Robert Habeck, también ha sido crítico con Lindner. "Había opciones sobre la mesa", ha señalado, al tiempo que daba por hecho que habría elecciones en primavera.
Sin embargo, Lindner ha culpado al canciller Scholz. "Desgraciadamente, Olaf Scholz ha demostrado que no tiene la fuerza necesaria para dar a nuestro país un nuevo comienzo", ha declarado. "Está llevando a Alemania a una fase de incertidumbre". Según Linder, Scholz le exigió que suspendiera el freno constitucional a la deuda. y acusó a Verdes y SPD de no escuchar sus propuestas para evitarlo.
Diálogo con el opositor Friedrich Merz
El canciller socialdemócrata alemán también ha anunciado que va a conversar sobre el líder de la Unión (CDU y CSU), Friedrich Merz, a quien va a ofrecer que colaboren en los temas "cruciales para nuestro país, como el fortalecimiento de nuestra economía y nuestra defensa", según informa Tageschau. Pero Merz quiere elecciones ya.
Los partidos que forman la coalición semáforo (por los colores de las formaciones, rojo del SPD, amarillo de los liberales y verde de los ecopacifistas) llevan meses de capa caída. En las últimas elecciones en tres Länder del este de Alemania sus resultados han sido dramáticos, mientras que Alternativa para Alemania ha registrado éxito tras éxito, aunque sin opciones de gobernar por el llamado cordón sanitario (el pacto de los otros partidos para que no entren en las coaliciones). En Turingia fueron los primeros, y en Brandemburgo estuvieron a punto de arrebatar el primer puesto a los socialdemócratas. También quedaron en segundo lugar en Sajonia.
Sea como sea, con vistas a las legislativas, el canciller Scholz parece muy debilitado como para volver a ser candidato. En el Partido Socialdemócrata cuenta con más popularidad el actual ministro de Defensa, Boris Pistorius, que está acometiendo una transformación de las Fuerzas Armadas con mucha solvencia.
Los sondeos dan como claro ganador de las elecciones legislativas en la República Federal a la Unión (CDU y CSU). El candidato a canciller ya fue designado: sería Friedrich Merz. Los conservadores alemanes, que volverían al poder tras haberlo perdido en 2021 después de 16 años de la era Merkel, necesitarían buscar socios de coalición. No es descartable otra gran coalición, con los socialdemócratas. Los liberales aspiran a capitalizar su pulso con el canciller Scholz, entrar en el Bundestag y ser los socios de los herederos de Merkel. Veremos si el órdago de Lindner no se convierte en un bumerán.
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hace 1 mes
Podría imitar Sánchez a su admirado amigo Scholz. Tiene muchos más motivos que él para hacer lo mismo. Pero el canciller alemán piensa en el Estado por encima de cualquier otra cosa. En cambio nuestro ególatra presidente solo piensa en sí mismo por encima de cualquier otra cosa.