Alemania va a votar siete meses antes de lo previsto. Los grupos parlamentarios de los dos principales partidos, el socialdemócrata y la CDU/CSU, han acordado que se celebren elecciones legislativas el 23 de febrero, en lugar del 28 de septiembre, es decir, siete meses antes. El voto de confianza en el Bundestag tendrá lugar el 16 de diciembre.
Es el procedimiento para que se puedan anticipar las elecciones una vez que el gobierno se queda en minoría, como sucedió el miércoles 6 de noviembre cuando el canciller federal, el socialdemócrata Olaf Scholz, destituyó al ministro liberal de Finanzas, Christian Lindner, por discrepancias sobre la política económica del tripartito. Los ministros liberales, salvo el titular de Transportes, salieron de la coalición que formaron tras las elecciones de septiembre de 2021.
Socialdemócratas y Verdes defendían que había que declarar un estado excepcional para esquivar el freno de la deuda que fija la Constitución alemana. El endeudamiento no puede ser superior al 0,35% del PIB. El ministro de Finanzas se oponía. La disputa se libraba en medio de la negociación sobre el presupuesto, que tiene un agujero de 12.000 millones de euros. Scholz consideró que el rechazo de Lindner era un órdago y decidió poner fin a la relación.
A la espera del presidente
La decisión final sobre la fecha de las elecciones debe tomarla finalmente el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, según el grupo parlamentario CDU/CSU. De hecho, el presidente federal solo podría decidir hasta qué punto utiliza el plazo máximo de 21 días entre un voto de confianza negativo y la disolución del Bundestag. Recientemente había señalado que no haría pleno uso del plazo.
El líder del partido CDU, Friedrich Merz, mantuvo otro intercambio con el presidente federal el martes esta vez por teléfono. La conversación habría tenido lugar inmediatamente antes de la reunión de Steinmeier con el líder del grupo parlamentario del SPD, Rolf Mützenich, según Spiegel.
Ruth Brand, la Bundeswahlleiterin, que vigila que se cumplan con las condiciones necesarias para unas elecciones libres y justas, no se opone a que las elecciones se celebren en febrero. Considera que es "legalmente factible". Ha reconocido que es un reto anticipar las elecciones, pero asumible. Era crítica con que se convocaran en la segunda mitad de enero. Alemania rara vez adelanta las legislativas porque la estabilidad es sacrosanta. En este caso es la opción que da más certidumbre.
Merz quería que la moción de confianza se celebrara esta semana y así se pudiera votar en la segunda mitad de enero, mientras que el canciller socialdemócrata prefería que las elecciones fueran en marzo, pero se mostró abierto a un acuerdo. Si quiere aprobar alguna ley pendiente, necesita a la Unión, y también es probable que la próxima coalición sea entre los dos grandes partidos, a no ser que los liberales rentabilicen su plante y entren en el Bundestag con apoyos suficientes para pactar con la Unión. Hasta ahora en las encuestas se quedaban por debajo del mínimo del 5% pero han empezado a subir.
Qué dicen los sondeos
Según el último sondeo de INSA, la Unión (CDU y CSU) sería la ganadora de las elecciones. El candidato a canciller de la coalición de democristianos y socialcristianos es Friedrich Merz, quien se perfila como el sucesor de Olaf Scholz. En segundo lugar, figura la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) con un 19,5%. Los socialdemócratas se quedarían en el tercer puesto con un 15,5%. Los Verdes están subiendo y llegan al 11,5%. La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), la sensación de las regionales de este año, llega al 7%. Y los liberales que lidera Lindner entrarían con un 5% mientras que Die Linke se quedaría fuera con el 3,5%.
El canciller Scholz será el candidato del SPD, a pesar de que su popularidad está bajo mínimos. De hecho, en las recientes elecciones en Brandemburgo, donde está su casa familiar, el candidato del SPD, Dietmar Woidke, salvó el reto de superar a la ultraderecha gracias a su conexión con el Land, a su gestión como jefe del gobiero regional y a que Scholz se mantuvo a distancia.
En el gobierno la figura más popular es Oscar Pistorius, el ministro de Defensa, también socialdemócrata. En caso de que se forme una gran coalición es probable que sea Pistorius y no Scholz quien tenga un Ministerio clave, como Finanzas.
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