El papa Francisco ha muerto a los 88 años en su residencia de la casa Santa Marta. El camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel, ha anunciado en un vídeo la muerte del santo padre: "Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados".

Orígenes del papado

La tradición católica destaca que el apóstol Pedro, cercano discípulo de Jesús, fue el elegido para encabezar la primera Iglesia. Se sostiene que Pedro residió en Roma y allí lideró su ministerio hasta su martirio. Este lazo particular con Pedro proporcionó a la comunidad cristiana romana una distinguida estatura entre las iglesias iniciales. Progresivamente, el obispo de Roma se identificó como heredero de Pedro, asumiendo así el papel de líder espiritual supremo en la Iglesia. A medida que los siglos avanzaron, la figura papal ganó prominencia, consolidando la estructura eclesial que se conoce a día de hoy.

¿Qué es el cónclave?

El procedimiento conocido como cónclave es utilizado por la Iglesia Católica para elegir al próximo Papa. Este antiguo ritual se lleva a cabo en la Capilla Sixtina, situada en el Vaticano, donde los cardenales votantes se aíslan rigurosamente para preservar su independencia y privacidad. La palabra 'cónclave' deriva del latín cum clave, que se traduce como 'bajo llave', aludiendo al encierro completo de los participantes durante el periodo de votación.

Funcionamiento del cónclave

La llamada Sede Vacante es proclamada tras el fallecimiento o dimisión de un Papa, instando al Colegio Cardenalicio a reunirse para el cónclave. Este evento incluye a cualquier cardenal que sea menor de 80 años, y todos los participantes deben estar completamente desconectados de cualquier influencia exterior. Dentro de este periodo, los cardenales participan en liturgias y rondas electorales hasta que se logre un acuerdo unánime.

Se requiere que un candidato reciba dos tercios de los votos para ser consagrado como nuevo Papa. Si no se alcanza consenso tras múltiples votaciones, se permite un máximo de cuatro elecciones por día. Los votos son incinerados después de contarlos, y el color del humo comunicará al público el progreso de la elección: "fumata negra" denota falta de elección y "fumata blanca" declara que un nuevo Papa ha sido escogido.

Antecesores de Francisco

Antes de que Francisco fuese elegido como sumo pontífice, le precedieron dos papas muy reconocidos por su consistente tarea al frente de la iglesia católica.

Juan Pablo II, pontífice desde 1978 hasta su muerte en 2005, fue uno de los líderes más carismáticos y viajeros de la historia papal, visitando 129 países durante su pontificado. Desempeñó un papel crucial con su enfoque teológico y filosófico, junto con su ferviente defensa de los derechos humanos y la dignidad, lo convirtieron en una figura central en la transición hacia la democracia en muchos países postcomunistas.

Su sucesor, Benedicto XVI, fue Papa desde 2005 hasta su renuncia en 2013, una decisión sorprendente, ya que fue la primera renuncia papal en casi 600 años. Su papado se centró en la profundización de la doctrina católica, enfatizando la importancia de la tradición y la liturgia. Durante su tiempo como Papa, enfrentó diversos desafíos, incluidos los crecientes escándalos de abuso sexual dentro de la Iglesia. Benedicto XVI es conocido por su erudición teológica, dejando una vasta obra que continúa influenciando al pensamiento católico.

Ambos papas, con sus enfoques únicos, han dejado legados duraderos que han modelado la dirección de la Iglesia en el siglo XXI. El Papa Francisco ha dejado su huella también durante su pontificado, como promover una Iglesia más cercana a los marginados, con mayor apertura al diálogo y reformas en la administración vaticana. Su énfasis en la misericordia y la transparencia ha marcado una era distinta dentro del catolicismo. En caso de que su estado de salud lo llevase a considerar una renuncia, la elección de su sucesor podría determinar si estas transformaciones se consolidan o si la Iglesia toma un rumbo diferente en los años venideros.