Es jesuita como el Papa Francisco y uno de sus cardenales más cercanos. Pedro Barreto (Lima, 1944), purpurado desde julio de 2018, pertenece a quienes por edad no participarán en el Cónclave que comienza la tarde del próximo miércoles. Pero ha participado en las reuniones previas que ha mantenido el colegio cardenalicio y su testimonio es especialmente valioso en mitad de las apuestas sobre quién será el sucesor del argentino.

“Es uno de los cardenales cercanísimo a Bergoglio y uno de los intelectuales jesuitas de América Latina en los que más se apoyó durante su pontificado”, explica un veterano vaticanista. Rostro de la llamada Iglesia amazónica, Barreto reivindica en una entrevista con El Independiente esa otra realidad lejos de la Curia Romana, esa labor de la Iglesia de la periferia comprometida con los marginados y sensible a los estragos del cambio climático que -considera el peruano- Francisco contribuyó a hacer visible en los círculos del Vaticano.

"Un Iglesia sencilla"

“Tengo mucha esperanza y la esperanza no defrauda porque se han puesto las bases de una iglesia que tiene una actitud, yo diría, muy evangélica, propia de un Jesús que siempre está en movimiento, un Jesús que iba de un pueblo a otro anunciando el reino, anunciando la alegría y esta experiencia de un Jesús en movimiento juntamente con los apóstoles”, señala Barreto, que fue arzobispo de Huancayo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal además de presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA). “La esencia de un evangelio que siempre está atento a las necesidades de las personas. Esto se ha plasmado en la historia de la Iglesia, no solamente ahora con el Papa Francisco con una actitud de una iglesia servidora de la humanidad, una iglesia que quiere despojarse de toda la mundanidad, como decía el Papa Francisco, y que definitivamente quería vivir esta riqueza de Dios en la pobreza y en la sencillez. Dios se hizo pobre en la persona de Jesús para enriquecernos con su pobreza. Ahí está el fundamento”.

Pregunta.- Entiendo que apoya a quienes piden reformas…
Respuesta.- La iglesia siempre se está reformando. Normalmente la Iglesia, como está en una sociedad, a veces se pegan actitudes políticas o económicas e inmoralidades. Es parte de la historia. En la Edad Media ha habido casos gravísimos hasta incluso del mismo Papa. Entonces, yo creo que ahora son los abusos sexuales y todo el problema económico, pero la esencia fundamental de la Iglesia es dar testimonio de Jesús. Eso sigue muy vigente. He participado en cinco sesiones de cardenales previos al cónclave que comienza el 7 de mayo. Veo que hay posiciones diversas. Eso no lo podemos negar y que a veces nos causan un poco de escozor, de desconcierto, pero en el fondo todos hablamos del fundamento que es Jesucristo. Y la Iglesia tiene que ser fiel a Jesucristo.

El cardenal que quiera ser Papa en las circunstancias actuales tiene un desajuste emocional, psicológico e intelectual

P.- Cuando dice que hay diversas posiciones, ¿las describiría como conservadoras y progresistas?
R.- Creo que lo que hay es una visión más de una iglesia triunfalista, una iglesia que quiere seguir las tradiciones como si las tradiciones fueran parte del evangelio. Y la iglesia no vive de tradiciones. La Iglesia vive del evangelio de Jesucristo y de un Jesús siempre en movimiento. Entonces estas posiciones siempre se han dado en la historia. Incluso en el Concilio Vaticano II, que terminó hace 60 años, había posiciones, pero la gran mayoría estaban abiertos a una renovación de la iglesia, porque los tiempos cambian, la sociedad cambia, las culturas van enriqueciéndose. Y por tanto, la iglesia tiene que adaptarse sin perder la esencia del evangelio. Y la esencia del evangelio es anunciar el reino de Dios. Es decir, un Dios que se ha comprometido con la humanidad en la persona de su hijo Jesucristo, que murió en la cruz y resucitó como la exhortación del Papa Francisco Cristo vive.

P.- ¿Será el nuevo Papa continuador de la labor de Francisco?
R.- Yo no diría continuador de la obra de Francisco, sino más bien continuador de la obra del Espíritu Santo, que es el gran protagonista de la misión de la Iglesia. Los discípulos eran de caracteres diferentes, de culturas diferentes. Es verdad que la mayoría eran judíos, pero dentro de los judíos habían otras posiciones políticas e incluso Jesús escogió a uno que tenía mala fama, de personas corruptas y lo llama y esto causó también un desconcierto entre los discípulos. Entonces, podemos decir que en nuestra vida en la iglesia no debemos asustarnos por las contrariedades, por las incoherencias, sino fijarnos en esa fuerza liberadora que Jesús nos prometió de estar hasta el fin de los tiempos. Esta fuerza liberadora es la presencia del Espíritu Santo.

P.- ¿Cómo se imagina el próximo Papa?
R.- Siempre hay sorpresas. No tengo experiencia de cónclaves, pero sí de la historia de la iglesia. Ya sabe el refrán que dice claramente que el que entra al cónclave papable sale como cardenal. Y un ejemplo muy cercano es el Papa Francisco. Nadie hablaba de que él podía serlo. Nunca se pensó que un latinoamericano podía ser Papa. Estas son las sorpresas del Espíritu Santo. Hay que estar abiertos a cualquiera que sepa estar cercano a la gente, que mire las periferias geográficas existenciales y sociales a las que debemos responder. Porque decía el Papa Francisco que si la Iglesia no atiende a los pobres, deja de ser Iglesia de Jesús. Si los pobres tienen esperanza, la iglesia sigue el camino de Jesús.

Los cismas en la Iglesia han venido de grupos conservadores y tradicionalistas al extremo, no por grupos de izquierda

P.- Es un asunto de supervivencia también de la propia Iglesia…
R.- Claro. Pero no solamente eso, sino que la iglesia tiene que ser el ciclo de la esperanza. Entonces, la iglesia tiene que ayudar, no como una ONG. Anuncia Jesucristo. Pero si no ofrecemos una esperanza para los pobres, dice San Juan Pablo II, no la habrá para nadie, ni siquiera para aquellos llamados ricos.

P.- ¿Qué perfil de Papa busca?
R.- Primero que sea agradecido a Dios por la historia de la iglesia con sus luces y sus sombras y agradezcan las enseñanzas y los gestos del Papa Francisco, comenzando por la alegría del evangelio, que es la propuesta programática que ha cumplido fielmente, cuando él decía al principio que en el encuentro personal y comunitario con Jesucristo nace y renace la alegría. En un mundo triste y desanimado, la misión de la Iglesia es transmitir la alegría del evangelio. En un mundo donde no se cuida la naturaleza con el cambio climático, nos habla que tenemos esta responsabilidad de cuidar nuestra casa común con la Laudato Si. Y nos habla también de que todos somos hermanos y hermanas con la encíclica Fratelli Tutti. Él mismo dice: "Si no nos unimos los que creemos en Dios, ¿con qué autoridad podemos hablar de que otros no creyentes puedan cuidar la naturaleza?”.

P.- Hay cardenales que en los últimos días han criticado duramente a Francisco…
R.- Tenemos el ejemplo de Judas Iscariote, que lo escogió el mismo Jesús y lo vendió por 30 monedas. Esto creo que es muy claro. El mismo Jesús experimentó la traición. No nos debe extrañar que un grupo pequeño y que está muy unido al poder económico, político o ideológico diga semejantes cosas, pero un principio elemental es obedecer las normas de la Iglesia. El que critica al Papa de esa forma deja de ser un auténtico cristiano porque escandaliza a la gente. Mis hermanos cardenales que critican abiertamente al pontificado del Papa Francisco, saben, han aprendido e incluso han enseñado que el principio de unidad en la iglesia, Y si es el principio de unidad y yo critico a ese principio y fundamento, yo mismo me estoy excomulgando. Y si el Papa Francisco no ha actuado de esa forma, es porque ha practicado la misericordia con estos hermanos cardenales y con estos laico. Aparentemente creen que con su poder económico pueden torcer la voluntad de Dios frente a situaciones de inmoralidad con las que el Papa Francisco ha demostrado una fortaleza muy grande.

Trump quiere controlar el Vaticano pero aquí el único todopoderoso es Jesús

P.- ¿Hay riesgo de cisma en la Iglesia católica?
R.- No. En el Vaticano II, había 4,000 obispos, un grupo muy pequeño como el arzobispo Lefebvre se opuso e hizo una pequeña iglesia, pero no fue un cisma. Y los cismas han venido en la historia de la Iglesia por grupos conservadores, no por grupos de izquierda. No me gusta hablar de derechas e izquierdas, pero me entiende lo que quiero decir con esto. La gente tradicionalista al extremo son los que han causado los cismas y ese es el temor.

P.- Dice que es un grupo pequeño…
R.- Sí. Pequeño pero con mucho dinero y los que tienen dinero creen que pueden avasallar porque es un cónclave fuertemente mediático. Pero no puede torcer la voluntad firme y decidida de Dios de hacer que su iglesia responda a estos grandes desafíos.

P.- Parece que Trump también está interesado en ser Papa. Por su imagen en inteligencia artificial se desprende que le encantaría controlar la Santa Sede…
R.- En el fondo es eso, pero el único rey es Jesús, el único todopoderoso es Jesús. Yo creo que aquí tenemos que volver a las fuentes originales de la iglesia. Y creo que en los Hechos de los Apóstoles también narran que surgían líderes a los que seguía mucha gente, morían y se dispersaban. Ese aspecto que es de la experiencia de la primitiva iglesia lo estamos viviendo ahora.

P.- Ser cardenal mayor de 80 años y estar exento de votar… ¿lo vive con alivio?
R.- He sentido un cierto alivio porque ya a los 80 años uno quiere tranquilidad y paz, eso es verdad, pero en estas cinco sesiones ha habido momentos difíciles, pero hay mucha libertad para poder expresar con respeto, porque que tenemos que aprender a dialogar, no a insultarnos y no ha habido ese aspecto. Creo que ha habido un margen de libertad para decir cada uno lo que piensa, pero no ha habido ninguna confrontación. Lo más difícil no es el cónclave sino los días previos en que yo he participado. Y la verdad es que podría decir que esa marea ya pasó, porque en el cónclave ya no se habla, no se discute, se vota según la voluntad de Dios. Es muy importante el ser agradecidos y sobre todo el asumir el documento final del sínodo que apuesta por una iglesia sinodal con tres características: comunión, participación de todos y la misión no nuestra, sino de Cristo. Y el mejor regalo que nos ha dejado el Papa Francisco es que él, consciente de que ya estaba por morir, convocó a una asamblea eclesial para octubre del 2028 con un proceso de preparación muy firme desde las parroquias y ahí se verá la fidelidad de la iglesia.

P.- No tiene ambición de ser Obispo de Roma...

R.- No creo que ningún cardenal, aunque pueda ser posible, quiera ser Papa. El que quiera ser papa en las circunstancias actuales tiene un desajuste emocional, psicológico e intelectual.