Cada vez que Trump habla con Putin, queda en evidencia hasta qué punto el líder ruso maneja la relación. Tras las dos horas de conversación del lunes, Putin logró ganar tiempo de nuevo. Su falta de compromiso con un alto el fuego no tiene consecuencias para Trump. Putin logró luz verde para seguir la guerra en realidad. Trump ha dejado tirados a los ucranianos y también a los europeos, que se quedaron estupefactos al escuchar las valoraciones del presidente de EEUU de una conversación que solo demostraba su claudicación ante el Kremlin. Europa y Ucrania están solas frente a Putin. EEUU no va a presionar a Putin para que deje de bombardear.
"Los magros resultados de las conversaciones entre Rusia y Ucrania, así como entre Trump y Putin, no son sorprendentes. Está claro que Rusia aún no está dispuesta a hacer concesiones. Sigue insistiendo en que Ucrania acepte sus exigencias maximalistas de concesiones territoriales y neutralidad futura", señala Stefan Wolff, de profesor de la Universidad de Birmingham en un artículo en The Conversation.
Trump se desvincula
Donald Trump no escucha a los líderes europeos, aunque algunos como el presidente francés, Emmanuel Macron, hayan hecho denodados esfuerzos por explicarle que Putin no es de fiar y que Ucrania es el país agredido. Tampoco hace caso de diplomáticos estadounidenses que conocen bien la guerra sobre el terreno. Es el caso de la ex embajadora Brigdet Brink, que estaba en Kiev cuando empezó la invasión el 24 de febrero de 2022, que acaba de revelar que dejó su puesto por discrepar con la política de Trump sobre Ucrania.
En el Detroit Free Press, Brink escribe: "La paz a cualquier precio no es paz en absoluto: es apaciguamiento". Según Brink, la guerra de Rusia en Ucrania es "la agresión más sistemática, generalizada y horripilante en Europa desde la Segunda Guerra Mundial".
Sin embargo, Trump ha pasado de ver la paz en Ucrania como una oportunidad de presentarse ante el mundo como un hombre de Estado capaz de conseguir lo que parece imposible a darse cuenta de que para lograrlo tendría que enfrentarse a Vladimir Vladimirovich Putin, que no quiere acabar la guerra hasta someter a su voluntad al gobierno de Kiev.
Apenas hace unos días, tanto Trump como su secretario de Estado, Marco Rubio, decían que solo se alcanzaría la paz si el presidente de EEUU se ponía manos a la obra con Putin. El líder ruso parece haberle convencido de que es mejor de que se ponga de perfil. Así las relaciones entre EEUU y Rusia no se verán perjudicadas y podrán hacer negocios juntos. Sorprende que Trump no se dé cuenta de que así fortalece también a China, la potencia sobre la que se sustenta la debilitada Rusia.
De este modo, a pesar de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha pedido a Trump que no se distancie de las conversaciones para no beneficiar a Putin, lo que suscriben sus aliados europeos, el presidente de EEUU prefiere dedicar su tiempo a que le agasajen las monarquías del Golfo o simplemente al golf. Incluso ha aconsejado a rusos y ucranianos que acepten la oferta de El Vaticano de alojar los próximos encuentros. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se ha ofrecido también de anfitriona. Meloni estaría dispuesta a no hacer caso de la orden del Tribunal Penal Internacional si Putin quiere viajar a Roma.
Más sanciones de la UE y Reino Unido
Para Zelenski es obvio que Rusia lo que busca es "ganar tiempo para continuar su guerra y la ocupación". Por ello, el líder ucraniano está trabajando con sus socios europeos en "asegurar que haya medidas de presión sobre las fuerzas rusas que les lleve a cambiar su comportamiento".
En esa línea, el Reino Unido y la Unión Europea han anunciado este martes más sanciones contra Rusia, dirigidas a las empresas que ayudan a Moscú a eludir las restricciones occidentales. El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Lammy, ha dicho que los continuos ataques de Putin contra Ucrania muestran "su verdadera cara de belicista".
La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, ha dicho que las últimas sanciones, el paquete 17º, contra la petrolera rusa Surgutneftegas y casi 200 buques de la flota fantasma pretenden demostrar que "quienes permiten a Rusia se enfrentan a graves consecuencias". Reino Unido también anunció un centenar de nuevas saciones. Kallas mantiene que los europeos "no tenemos elección, tenemos que presionar más".
Fue lo que acordaron el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro polaco, Donald Tusk, el canciller alemán, Friedrich Merz, y el premier británico, Keir Starmer, cuando acudieron a Kiev el 10 de mayo a mostrar su solidaridad con los ucranianos. Habría más sanciones si Putin no cumplía con el alto el fuego. Incluso Trump estaba de acuerdo. Pero el presidente de EEUU tiene un criterio oscilante y escasa memoria.
Ya se está preparando el siguiente paquete de sanciones, que tendría mayor alcance. Esta vez, la clave está en reducir los ingresos de Rusia procedentes de exportaciones de petróleo y gas, que representan el 60% de los ingresos del presupuesto ruso.
Bruselas pretende rebajar de 60 dólares por barril a quizás 50 dólares el precio permitido al que puede ser comprarse el crudo por terceros países. Este precio se propondrá a los países del G7 en los próximos días. Si se aprueba, los petroleros que transporten crudo a un precio superior no podrán hacer escala en los puertos europeos.
Al mismo tiempo, la UE quiere congelar los activos de la empresa que explota los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Nord Stream 1 no funciona desde 2022, y Nord Stream 2 nunca ha estado operativo pero se trata de garantizar que los posibles inversores extranjeros no se involucren en Rusia por miedo a perder también sus activos. También se endurecerán las restricciones al sector financiero ruso.
La economía rusa, debilitada
¿Detendrá todo esto a Putin? A corto plazo, no parece porque no se llega a una solución nuclear. Se trataría de imponer aranceles del 500% a los países que, como India y China, importan petróleo ruso. Esta medida, que está viéndose en el Senado de EEUU pero que no saldrá adelante por Trump, desencadenaría una guerra comercial global.
Lo que juega en contra de Putin es el estado de la economía rusa. Su crecimiento se desplomó del 4,3% del año pasado al 1,4% en el primer trimestre de este año. Según expone el economista sueco Anders Aslund en Business Insider, Moscú agotará el llamado fondo para las generaciones futuras a finales de año. Ya se ha reducido de 117.000 millones de dólares a 31.000 millones.
Putin debe utilizarlo para financiar el esfuerzo bélico porque le resulta muy difícil obtener préstamos en los mercados financieros debido a las sanciones ya en vigor. Moscú destina hoy el 40% del presupuesto del Estado a la guerra. Si tiene que imponer sacrificios a la población, su poder puede empezar a resentirse.
Te puede interesar
Lo más visto
Comentarios
Normas ›Para comentar necesitas registrarte a El Independiente. El registro es gratuito y te permitirá comentar en los artículos de El Independiente y recibir por email el boletin diario con las noticias más detacadas.
Regístrate para comentar Ya me he registrado