Con la operación militar israelí a punto de cumplir 21 meses y tras semanas de vértigo por la agresión israelí contra Irán, Donald Trump recibe este lunes en la Casa Blanca al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Sobre la mesa, dos asuntos clave: las negociaciones indirectas que acaban de comenzar en Qatar con Hamás para alcanzar un alto el fuego y el reto de mantener la actual e incipiente tregua con Irán. El encuentro tiene como antesala una serie de ataques aéreos israelíes contra los hutíes de Yemen.

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Unas inciertas negociaciones en Qatar

La reunión, la tercera desde que Trump tomara posesión hace medio año, se produce en un momento en que las negociaciones indirectas entre Israel y Hamás se reanudan en Qatar. Fuentes conocedoras de las conversaciones admiten a El Independiente que la delegación israelí llegó ayer por la tarde a Doha y las negociaciones indirectas con Hamás a través de mediadores comenzaron entonces. Se prevé que prosigan este lunes. Uno de los problemas es que la delegación israelí tiene escasos poderes para ejercer su representación, lo que limita cualquier avance.

A pesar de los obstáculos persistentes y la ruptura unilateral de la tregua previa en marzo por parte de Israel, ambas partes han expresado un “espíritu positivo”. Existe cierto optimismo, aunque muy matizado por las experiencias previas. Los desacuerdos clave persisten, como la exigencia de Hamás de un cese total de hostilidades y la retirada israelí del territorio. Israel controla militarmente el 80% de la Franja de Gaza y Hamás quiere garantías de que Netanyahu no retomará la guerra cuando logre el regreso a casa de los rehenes -20 de los 50 con vida-.

¿Funcionará la presión de Trump sobre Netanyahu?

Netanyahu, por su parte, sigue insistiendo en la derrota total de Hamás y su nulo rol en el futuro de Gaza. Para ello, ha llegado a apostar por clanes e individuos vinculados con el autodenominado Estado Islámico en mitad del caos que viven los gazatíes.

La principal incógnita es si Trump, que no parece interesado en mantener la guerra ni asumir sus costes para su público, logra forzar a Netanyahu a aceptar el alto el fuego. El presidente estadounidense está visiblemente impaciente por cerrar un capítulo en su política exterior antes de afrontar otras prioridades en Oriente Medio. En sus declaraciones previas al encuentro, ha asegurado ser "muy firme" con Netanyahu y mostró optimismo: "Creo que llegaremos a un acuerdo esta semana".

La propuesta estadounidense contempla un cese de fuego de dos meses, la liberación gradual de 28 rehenes (10 vivos y 18 fallecidos), la retirada parcial de tropas israelíes del norte y sur de Gaza, y una ampliación significativa de la ayuda humanitaria. A cambio, se liberarían también cientos de palestinos detenidos sin cargos por Israel.

“Sería un error decir que los objetivos de Estados Unidos e Israel en la región están perfectamente alineados. Lo único que le importa a Trump es Trump. A eso se reduce todo. En general, son muy similares. Lo han sido hasta este punto”, señala a El Independiente John Bolton, ex asesor de seguridad nacional de Trump.

Presiones internas y juego político en Israel

Netanyahu llega a Washington con más margen para negociar. Sin embargo, enfrenta la resistencia de su coalición de extrema derecha, que se opone firmemente a cualquier retirada israelí o cualquier concesión política a Hamás.

El creciente número de soldados muertos —más de 20 en el último mes— y las protestas de familiares de los rehenes aumentan la presión interna sobre el primer ministro. “Es el momento de salvar vidas”, dijo Ilay David en una manifestación en Jerusalén. Su hermano sigue en manos de Hamás. Pero son componentes que han estado sobre la mesa durante meses y que hasta ahora no han torcido el brazo de Netanyahu.

Debilidad de Hamás y agonía en Gaza

Mientras Netanyahu y Trump negocian, la situación humanitaria en Gaza sigue deteriorándose. La ONU advierte sobre el colapso de los servicios esenciales: sin combustible desde hace cuatro meses, hospitales, sistemas de agua potable y telecomunicaciones están al borde del colapso. La malnutrición infantil aguda se halla al alza.

Y la situación organizativa y estructural de Hamás es muy precaria. En declaraciones anónimas a la cadena británica BBC, un alto mando de las fuerzas de seguridad de Hamás reconoce el colapso del sistema de mando y control de Hamás tras una operación israelí que ha diezmado el  liderazgo político, militar y de seguridad del movimiento. “Seamos realistas: apenas queda nada de la estructura de seguridad. La mayor parte de los líderes, alrededor del 95 %, están muertos… Todas las figuras activas han sido asesinadas, Entonces, ¿qué impide a Israel continuar esta guerra?”, se pregunta. “Lógicamente, tiene que continuar hasta el final. Todas las condiciones están alineadas: Israel tiene la ventaja, el mundo guarda silencio, los regímenes árabes guardan silencio, las bandas criminales están por todas partes, la sociedad se está derrumbando”, se responde.

Irán y el tablero regional

Aunque la guerra de 12 días entre Israel e Irán pareció aumentar el riesgo de una conflagración regional, algunos analistas sostienen que ese mismo episodio creó un nuevo equilibrio de poder. El debilitamiento de Hamás, tras los ataques a infraestructuras iraníes, ha llevado al grupo islamista a moderar su postura en las negociaciones.

La duda ahora es si Trump logrará detener los impulsos de Netanyahu de mantener su guerra en los siete frentes o se verá arrastrado a esa contienda

Trump, por su parte, busca aprovechar este momento para avanzar en otras iniciativas regionales: normalización entre Israel y Arabia Saudí, diálogo fronterizo con Siria y el esbozo de un posible nuevo acuerdo nuclear con Teherán, del que no hay nada aún avanzado.

Además, el republicano ha logrado escenificar cierta independencia con Netanyahu y sus objetivos después de que parara los últimos intentos de represalias de Israel sobre Irán tras la entrada en vigor del frágil alto el fuego. "Creo casi con toda seguridad que Netanyahu va a presionar para que continúen los ataques", vaticina Bolton. La duda ahora es si Trump logrará detener los impulsos de Netanyahu de mantener su guerra en los siete frentes o se verá arrastrado a esa contienda.

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