En la cercana Tel Aviv la corniche es en este tiempo un hervidero de bañistas, que disfrutan del Mediterráneo mientras se dan un chapuzón o practican voleibol o calistenia. Por su costa pasan los aviones camino de la guerra. A unos kilómetros, en la Franja de Gaza, sus habitantes que han sobrevivido a 21 meses de continuos bombardeos se apiñan en sus playas en mitad de repetidos desplazamientos forzados y entre un laberinto de tiendas de campaña.

Allí el Mediterráneo es una realidad cercana, uno de los últimos alivios de un enclave reducido a escombros. Pero en los últimos días también una vía de escape vetada. Otra más. El ejército israelí insiste en la prohibición de acceder al mar a lo largo de toda la costa de la Franja, una orden que técnicamente rige desde el 7 de octubre de 2023, pero que apenas se había aplicado hasta ahora.

"Se han impuesto estrictas restricciones de seguridad en la zona marítima"

Esta vez, sin embargo, las advertencias son serias. "Se han impuesto estrictas restricciones de seguridad en la zona marítima adyacente a Gaza: está prohibido el acceso al mar", anunció en su cuenta de X el portavoz militar israelí en árabe, Avichay Adraee. "Este es un llamamiento a pescadores, nadadores y buceadores: absténganse de entrar en el mar", recalcó.

"El mar era la única salida que nos quedaba. Si nos matan por ir allí, quizá sea más fácil que esta muerte lenta", murmura una gazatí. "¿A dónde más podemos ir? ¿Nos van a prohibir el aire también?".

En una Gaza carcomida por más de año y medio de ofensiva militar israelí, con más del 90% de la población desplazada, según datos de la ONU, el mar había quedado como el único respiro. En un territorio donde el agua potable escasea, las desalinizadoras están fuera de servicio y las temperaturas rozan los 40 grados, bañarse en el Mediterráneo era más que una costumbre: era una necesidad vital.

Pero ahora, en pleno julio, con la Franja convertida en un territorio de ruinas, campos de tiendas y hambre, también el mar está vetado. Ya no se puede nadar, ni pescar, ni siquiera mojarse los pies. La medida, según fuentes militares israelíes, responde a razones de "seguridad", aunque no se han detallado los riesgos concretos que motivan la restricción ni cuánto tiempo se mantendrá. Desde enero, durante un breve alto el fuego, Adraee ya había advertido de esta posibilidad, pero la prohibición se centraba en los pescadores. Ahora, incluye a todos.

Palestinos juegan en una playa de Gaza. | Efe

Un Mediterráneo vedado

Antes de la guerra, más de 6.000 personas dependían directamente de la pesca para sobrevivir. Hoy, las redes llevan meses en tierra. Según datos de la ONU, al menos 210 pescadores han sido asesinados desde el inicio de la ofensiva israelí.

El cierre de la costa agrava una situación ya al borde del colapso. Según fuentes gazatíes, el 95% del agua disponible en Gaza no es apta para el consumo humano. Las pocas plantas desalinizadoras que funcionaban han dejado de operar por falta de electricidad o daños estructurales. Las cisternas, cuando llegan, lo hacen a precios prohibitivos.

Y mientras la ayuda humanitaria sigue atrapada en la frontera, los hospitales se vacían, las enfermedades proliferan y la frustración se convierte en rutina. La ONU ha advertido de una emergencia de salud pública ante el aumento de casos de deshidratación y enfermedades transmitidas por el agua.

Familias disfrutan de la playa en Gaza. | Efe

La muerte lenta

Este domingo, según la cadena qatarí Al Yazira, varios civiles fueron atacados mientras hacían fila para llenar bidones de agua. Entre las víctimas, seis niños. Las Fuerzas de Defensa de Israel admitieron haber atacado a un supuesto militante, aunque un “error técnico” desvió la munición.

En las redes sociales se viralizó un vídeo de un padre que carga el cuerpo sin vida de su hijo. “¿Por qué saliste a buscar agua?”, grita su hermano menor mientras lo sigue, llorando. “Llevamos tres meses sedientos. No queremos agua”​.​ Entretanto, israelíes y Hamás negocian un alto el fuego que, según EEUU, podría materializarse como tarde la próxima semana.