Apenas unas horas antes de recibir por tercera vez a Volodimir Zelenski en la Casa Blanca, Donald Trump ha conversado por teléfono con el líder ruso, Vladimir Putin. El presidente de Estados Unidos está sopesando si enviar misiles Tomahawk a Ucrania, dado el inmovilismo de Putin, así que el presidente de la Federación Rusa se jugaba mucho en esta charla. Donald Trump calificado como "muy productivo" el encuentro telefónico y ha señalado que se verán los dos de nuevo en Budapest, tras citas previas de sus equipos, "para ver si podemos poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania". No han concretado cuándo sería esta nueva cumbre.

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"Al final de la llamada, acordamos que la semana que viene se celebrará una reunión de nuestros asesores de alto nivel. Las reuniones iniciales de Estados Unidos estarán dirigidas por el secretario de Estado Marco Rubio, junto con otras personas que se designarán. El lugar de la reunión está aún por determinar. El presidente Putin y yo nos reuniremos en un lugar acordado, Budapest, Hungría, para ver si podemos poner fin a esta 'infame' guerra entre Rusia y Ucrania", ha escrito en su red social.

En los últimos días se ha advertido que ha crecido la tensión entre Trump y Putin después de la fallida cumbre de Alaska, en la que el presidente de Estados Unidos había depositado grandes expectativas. Trump ha reconocido recientemente su decepción con Putin, a pesar de que creía que tenía sintonía. Putin, que cumplió 73 años el pasado 7 de octubre, no recibió la felicitación de Trump. El líder ruso sí envió un mensaje al estadounidense el 14 de junio en su 79º aniversario.

También llamó a Rusia "tigre de papel" por no haber podido derrotar a Ucrania, y más recientemente ha subrayado que los rusos tienen problemas económicos. El Kremlin ha replicado que son osos, no tigres, y los osos no son de papel, pero no han roto la baraja con Trump. No les interesa.

Más de dos horas al teléfono

Donald Trump tampoco quiere cortar los lazos con Putin porque sabe que solo habrá paz en Ucrania si termina cediendo. Y, tras el éxito pacificador en Gaza, ahora quiere lograr que la guerra en Ucrania pare. Como Putin sabe que Trump quiere algo que él puede darle, juega una y otra vez con él. Si Trump es un comerciante, él es un trilero del KGB.

El recurso a los Tomahawk, misiles de largo alcance que pueden llegar a objetivos en Rusia, obedecía a la estrategia de Trump de incrementar la presión para que Putin cediera, pero finalmente vuelve a la casilla de salida, nuevas conversaciones sin concesiones previas, como un alto el fuego. El asesor del Kremlin Yuri Ushakov ha indicado que Putin le ha dicho a Trump que los Tomahawk no cambiarán la situación en el campo de batalla y sí dañarían las relaciones entre Rusia y EEUU.

Como si se tratara de un thriller, el presidente de Estados Unidos ha dado cuenta del inicio de la conversación en su red social, Truth Social. "La conversación está teniendo lugar ahora. Va a ser larga y os informaré de los contenidos cuando concluyamos", ha escrito Trump a las 11:21 de Washington, siete horas más en España. El Kremlin ha confirmado la charla telefónica, la séptima desde que Trump asumió la Presidencia el pasado 20 de enero. Dos horas más tarde, Trump lanzaba sus primeras conclusiones.

La Casa Blanca ha señalado que Trump está convencido de que es posible sentar a Putin y a Zelenski juntos. Trump cree que ha habido avances en este sentido tras conversar con el líder ruso y dice que quiere hablar de ello con Zelenski.

Zelenski por tercera vez en la Casa Blanca

El presidente ucraniano se ve este viernes en la Casa Blanca con Donald Trump por tercera vez desde enero. La primera vez Trump le reprochó que no tenía las cartas para exigir nada y la cita acabó en intento de humillación a Zelenski. En la segunda ocasión, después de la cumbre de Alaska, Zelenski estuvo arropado por los principales líderes europeos y se desarrolló en un tono muy diferente.

En esta ocasión la delegación ucraniana ha preparado una estrategia con el fin de "elevar el coste de la guerra al agresor". De la misión forman parte el jefe de la oficina presidencial, Andrí Yermak, y la primera ministra, Yulia Sviridenko. Van a plantear el envío de los Tomahawk más la producción conjunta de drones y defensas aéreas. El papel de los aliados europeos es crucial porque son ellos los que pagan la factura.

Según reveló recientemente la publicación Financial Times, la administración de Trump ayuda desde julio a Ucrania en los ataques a refinerías y fábricas militares rusas con información de inteligencia y otros elementos necesarios para la planificación.

Sin embargo, con esta conversación de última hora todos los avances de Ucrania pueden haberse ido al garete. Trump no ha cedido porque sigue bombardeando. Vuelve a aceptar conversaciones con la Administración Trump pero no con Zelenski. Es el eterno día de la marmota.

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