"Llevo semanas sintiéndome en conflicto", asegura en su cuenta de Instagram la activista climática Hazel Thayer. En un vídeo publicado antes de la Convención del Partido Demócrata, la joven youtuber progresista contaba cómo sentía la necesidad de pedir el voto por el Partido Demócrata para evitar el regreso de Donald Trump, que entiende que pondría en peligro "demasiadas cosas". Pero al mismo tiempo Thayer no se veía capaz de hacerlo, horrorizada por el papel del Gobierno estadounidense en la guerra de Gaza y la dolorosa falta de posicionamiento de la nueva candidata. Para ella, lo realmente apetecible sería que los jóvenes castigasen a los demócratas por el “genocidio”, sin embargo, ¿no traería más sufrimiento aún para ellos, y para otras personas, una nueva presidencia de Trump?
El Partido Demócrata vive ahora un momento dulce tras la victoria de su candidata en el debate presidencial del martes. Después de semanas en las que la vicepresidenta Kamala Harris lidera las encuestas, en el día siguiente al cara a cara recaudó 47 millones de dólares por parte de 600.000 personas, que se suman a los 361 millones recopilados en agosto -frente a los 130 millones que Trump levantó ese mismo mes-. No obstante, la candidata aún no ha definido su postura en un buen número de temas y eso está decepcionando a algunos de sus potenciales votantes, que la acusan de aferrarse a la ambigüedad para abarcar un mayor espectro político; de centrarse demasiado en mostrarse como la única opción que se preocupará por la clase media frente al expresidente, en lugar de intentar atraer por sus propias propuestas.
A continuación, un repaso a todos los temas en los que Kamala Harris o bien ha cambiado de opinión -es en lo que se centró la primera entrevista que dio en televisión-, o bien está evitando posicionarse. No hay que olvidar que su ventaja por el momento es solo de dos puntos y medio frente a Trump, según la media de encuestas que realiza FiveThirtyEight. Por otro lado, hay que recordar que solo un puñado de estados decidirán las elecciones -los llamados swing states, estados balancín o aquellos que no siempre votan por el mismo partido-, y ella va ganando en dos de cinco, pero en uno lo hace solo por un punto, y en otros tres está totalmente empatada con el expresidente, por lo que su posición en estos temas podrían terminar decantando la balanza.
Palestina
Harris decepcionó a muchos con su breve referencia al conflicto Palestino en el discurso que dio en la Convención Demócrata, y desde entonces apenas ha mencionado el asunto. Cuando el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, visitó la Casa Blanca en julio y ella se mostró distante con él, parte de su electorado propalestino se entusiasmó, pero en las sucesivas entrevistas la vicepresidenta ni siquiera ha contestado a si apoyará continuar enviando ayuda militar a Israel, ni a si, en ese caso, qué condiciones pondría a la ayuda. Dado que ha recalcado que Israel tiene derecho a defenderse y que siempre se asegurará de que tiene la capacidad para hacerlo, la expectativa incluye que esa ayuda militar continúe. Sin embargo, al mismo tiempo ha mostrado empatía con el sufrimiento de los palestinos, ha dicho que hay que llegar a un alto el fuego lo antes posible y también ha dejado que está a favor de la autodeterminación… sin concretar si ayudará de alguna manera a que esta se produzca.
En el resumen de su programa que la campaña de Harris ha publicado esta semana, la guerra de Gaza se menciona de forma sucinta. “La vicepresidenta Harris siempre protegerá el derecho de Israel a defenderse y se asegurará de que Israel tiene la capacidad de hacerlo. Ella y el presidente Biden están trabajando para que termine la guerra de Gaza, de manera que Israel sea seguro, que los rehenes sean liberados, que termine el sufrimiento en Gaza y que los palestinos puedan ejercer su derecho a la dignidad, seguridad, libertad y autodeterminación. Ella y el presidente Biden están trabajando contrarreloj para conseguir un acuerdo de rehenes y un alto el fuego”, reza.
Sucede parecido con otros asuntos de política exterior. Con respecto a Ucrania, la vicepresidenta ha dicho que continuará apoyando al país, pero no ha dejado claro cómo. Con respecto a Taiwán, no ha hablado de si continuará enviando tropas, aunque en el pasado se ha visto con su presidente. Sobre China, la ha acusado de robar propiedad intelectual estadounidense y de llenar el país con exportaciones baratas. Su programa reza que siempre defenderá los intereses de EEUU frente a las amenazas de China, y que trabajará para que la OTAN sea más fuerte que nunca. También dice que hará todo lo que sea necesario para proteger EEUU de Irán y otros grupos terroristas.
Economía
Según una encuesta del New York Times y Siena College, el 28% de los votantes dicen que "necesitan saber más sobre Kamala Harris", frente al 9% que dicen lo mismo de Trump. Quizá uno de los asuntos en los que tengan más dudas sea la economía. Harris está repitiendo siempre que tiene la oportunidad que bajará el precio de los alimentos y de la vivienda, y que impulsará el nacimiento de niños con exenciones fiscales. Pero ha concretado poco más al respecto.
Cuando en el debate se le preguntó si creía que los estadounidenses están mejor ahora que hace cuatro años, y qué medidas económicas ve necesarias, habló de cómo se crio como niña en una familia de clase media y cómo es la única candidata que va a luchar por esas mismas familias. Habló de la falta de vivienda y de su alto coste, y presumió de que propondrá bajar los impuestos en 6.000 dólares anuales por el nacimiento de cada niño. También exhibió que creará una deducción fiscal para los pequeños nuevos negocios en 50.000 dólares. Según su programa, la crisis de la vivienda pretende solucionarla construyendo tres millones de viviendas de alquiler asequible, pero el país tiene 333 millones de habitantes. Además, pretende "penalizar" a las empresas que acaparan viviendas y suben los precios, pero no se conoce de qué manera.
Su programa dice que quiere crear bajas por cuidados y médicas, pero no da números, semanas ni otros detalles. Lo mismo sucede cuando habla de que otro de sus objetivos es que las familias puedan acceder a cuidados asequibles y de calidad. El equipo de campaña de Harris está rechazando aportar detalles cuando los medios de comunicación se los están pidiendo. En el lado sanitario, no parece que esté a favor de expandir lo que hoy por hoy cubre la Seguridad Social ni de por ejemplo incluir el dentista, el oculista o el oftalmólogo, pese a que su programa dice que pretende fortalecer la Seguridad Social y Medicare.
Del lado macroeconómico, no sabemos cómo pretende reducir el déficit, por más que se queje de que Trump lo aumentará, ni cómo pretende impulsar el crecimiento económico del país, mejorar la calidad del empleo ni cuánto quiere subir salario mínimo.
El muro y la inmigración
La inmigración es uno de los temas que más en los que el Partido Demócrata ahora es más vulnerable. Primero, la vicepresidenta llamó al muro de Trump “una manera estúpida de gastar el dinero”, y en años anteriores se había mostrado a favor de descriminalizar las entradas de inmigrantes ilegales. Después, en su discurso en la Convención Demócrata dijo que apoyará el proyecto de ley que lleva consigo emplear 650 millones de dólares en la construcción de ese mismo muro, la frontera con México.
En las últimas semanas Harris no ha concretado su posición, y se mantiene en un -¿cómodo?- espacio intermedio. De acuerdo con el programa, defenderá dicho anteproyecto y lo firmará para convertirlo en ley, pero matiza que sabe que “el sistema de inmigración está roto” y que EEUU “necesita una reforma que incluya más seguridad en la frontera y un camino hacia la ciudadanía”. Preguntada al respecto en una reciente entrevista televisiva, la vicepresidenta se limitó a repetir la frase "mis valores no han cambiado”.
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hace 4 semanas
Kamala Harris lo tiene muy mal para llegar a ser Presidenta. La mayoría de las promesas que hace son ambiguas, no se define. Trump lo tiene fácil, basta con preguntarle a Harris por qué no hizo en los últimos 4 años lo que está prometiendo ahora. Eso sí, kamsla cuenta con el apoyo partidista del 90 % de los medios de comunicación estadounidenses voceros todos del Partido Demócrata