Estados Unidos ha firmado con Reino Unido su primer acuerdo comercial desde que decidió pausar parte de sus aranceles "recíprocos" hace un mes. El presidente americano, Donald Trump, ha anunciado el pacto, que más bien es un acuerdo marco, y se ha mostrado optimista, confiado en que será el primero de muchos que darán la vuelta al comercio internacional. Para el magnate, su firma "cementa la relación entre Estados Unidos y el Reino Unido durante muchos años más", mientras que para el primer ministro británico, Keir Starmer, el anuncio supone una victoria política y la prueba de que su manera de encarar la relación con Trump era la correcta, puesto que ha dado fruto.

Pero el acuerdo está revestido de mucha más pompa que sustancia: por el momento, Estados Unidos continuará cobrando aranceles del 10%, los mismos que anunció para el país en el llamado "Día de la Liberación", y el pacto solo supone una rebaja del 25 al 10% en la tasa que EEUU cobra a los coches británicos. El presidente americano ha dicho que Reino Unido ha aceptado incrementar sus compras de productos estadounidenses por valor de miles de millones de dólares, como carne de ternera, etanol y otros productos agrícolas, y que bajarán los aranceles de productos específicos, pero ese extremo aún tiene que concretarse y por tanto todavía podría caerse.

"Este será un gran acuerdo para ambos países", ha dicho Trump desde el Despacho Oval, acompañado por varios miembros de su gabinete, e insistiendo en que "todos los países quieren llegar a acuerdos" con Estados Unidos. El presidente ha apuntado que aún no han concretado los detalles, lo harán en las "próximas semanas", pero que ambos países trabajarán como aliados y los británicos "eliminarán numerosas barreras no comerciales", e incluso que podría incluir un elemento "histórico" de seguridad nacional.

De su lado, Starmer ha asegurado desde Reino Unido que se trata de "un acuerdo realmente fantástico" que va a "impulsar el comercio entre ambos países y a "crear puestos de trabajo". "Y el momento no podía ser más adecuado", ha continuado en una llamada que se ha retransmitido por televisión, "porque aproximadamente a esta hora exactamente hace 80 años Winston Churchill [uno de los políticos favoritos de Trump] anunció la victoria de Europa" del frente aliado que terminó con la Segunda Guerra Mundial, y que unió a ambos países contra los nazis.

Se había rumoreado que con el acuerdo ambos países bajarían los aranceles que a día de hoy imponen a las importaciones a los coches y productos agrícolas procedentes del opuesto, y que además Reino Unido eliminaría los impuestos que cobra a las empresas tecnológicas estadounidenses, y que Trump considera un tipo de arancel. Nada de eso ha sido confirmado en la rueda de prensa de este jueves, pese a las repetidas preguntas de la prensa.

Hace cuatro semanas, Trump paralizó parte de los aranceles que impuso a los productos procedentes de todos los países del mundo, e implementó una tasa base y universal del 10% -que incluye a Reino Unido-. Asimismo, continúan en vigor gravámenes adicionales al acero, el aluminio y los coches, además de otro arancel del 145% a todos los productos procedentes de China, país con el que empezará a negociar este fin de semana. Reino Unido nunca llegó a estar sujeto a aranceles recíprocos más altos, como sí es el caso de la Unión Europea, algo que tiene que ver con que el país compra a Estados Unidos más de lo que le vende -EEUU ha castigado con mayores aranceles a los países con los que está en situación de déficit comercial, esto es, a los que les compra más productos de los que les vende-.

Trump necesitaba un anuncio tras semanas de vacío

Trump ha insistido en que están a punto de firmarse "muchos otros acuerdos" que están "en etapas serias de la negociación". El presidente necesitaba anunciar un acuerdo comercial con algún país después de semanas de vacío, en las que China ha desmentido que se haya sentado a negociar con el Gobierno americano pese a que Trump así lo había asegurado, y en las que otras potencias han fortalecido sus alianzas para juntos dar la espalda a Estados Unidos, si es necesario.

El lunes se conoció que China y la Unión Europea habían acordado eliminar las sanciones mutuas y otras restricciones porque ambos lados consideran "que es muy importante reforzar el diálogo y la cooperación", un acercamiento que no gustó nada a Trump. Después se conoció que el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, viajará este fin de semana a Suiza para tratar de negociar con China sobre los aranceles. "Quieren alcanzar un acuerdo, lo quieren muchísimo", ha dicho Trump.