Desde su primer día en el cargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere doblegar a lo que en el país se conoce como "ciudades santuario", tanto limitando la financiación que reciben del Gobierno como asegurándose de que no continúan oponiéndose a sus políticas migratorias. No es casual que el mayor enfrentamiento hasta la fecha entre el Ejecutivo de Trump y uno de los estados de la nación haya tenido lugar en California: en abril, el presidente ya publicó una lista de ciudades que "obstruyen la aplicación de las leyes federales de inmigración", y Los Ángeles era una de ellas.

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El Gobierno del republicano ha comprobado que la presión a las ciudades demócratas que tradicionalmente protegen a los inmigrantes le beneficia políticamente. El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, lleva años demostrándolo: en 2022 empezó a enviar a solicitantes de asilo a ciudades de otros estados, siempre gobernadas por demócratas, con el objetivo de llevar al límite su capacidad de recepción de migrantes y también de poner en evidencia lo que calificó como la hipocresía de los políticos de izquierdas.

En total, Abbott envió a 102.000 inmigrantes a Nueva York, Chicago, Denver, Filadelfia, Los Ángeles y Washington. Le costó 148 millones de dólares pero le salió a cuenta. "Ahora, el resto de Estados Unidos entenderá exactamente qué está pasando", dijo entonces. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, desbordada, pidió al presidente Joe Biden que enviase a la Guardia Nacional para ayudar con la gestión de los inmigrantes, mientras el Partido Republicano se frotaba las manos.

El gobernador de Texas abrió el camino que Trump ha seguido después con su campaña de deportaciones masivas. Pero no solo eso: para el escritor y periodista especializado en migraciones Jonathan Blitzer, entrevistado recientemente por El Independiente, este fue el punto de inflexión que llevó a Trump a ganar por segunda vez las elecciones.

Activistas muestran pancartas en una protesta contra las redadas contra inmigrantes en Los Ángeles, California. EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN

Una de las primeras órdenes ejecutivas de Trump tenía como objetivo doblegar la ley de esas ciudades santuario -no solo es una manera de llamarlas, ser un santuario también limita cómo la policía local interactúa con los agentes federales de inmigración-. La orden, titulada Protegiendo a los estadounidenses de la invasión, denegaba fondos a las ciudades santuario de todo el país, sin especificar exactamente qué financiación se les retiraba.

Y ya en su primer mandato Trump intentó algo similar, pero California lo demandó en los tribunales y el estado terminó ganando. Asimismo, antes de que el presidente jurase el cargo por segunda vez, su asesor Stephen Miller envió cartas a cientos de alcaldes y políticos locales para avisarles de que se enfrentarían a "consecuencias legales" si sus políticas de protección de inmigrantes chocaban con la actividad de los agentes de migración federales.

Las detenciones sin órdenes judiciales en oficinas y supermercados se hacen virales

Desde hace semanas, se han viralizado vídeos de redadas y detenciones por parte de los agentes de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés) en todo tipo de supermercados, tiendas o lugares de trabajo como restaurantes. Trump prometió llevar a cabo la mayor deportación de la historia del país con el objetivo de echar a criminales, traficantes de drogas, violadores y ladrones, pero los manifestantes de Los Ángeles le reprochan que está sembrando el terror entre ciudadanos que, si bien pueden no tener permiso de residencia en el país, estaban trabajando y no están acusados de ningún delito.

En uno de esos vídeos, se aprecia cómo los agentes del ICE piden a una mujer latina que baje de su coche para ser detenida, y cuando ella se niega a hacerlo si no le enseñan una orden judicial de arresto, ellos rompen el cristal de la ventana del vehículo, le quitan el cinturón y la arrestan mientras su hija graba. Su familia ha asegurado a los medios de comunicación que su madre no tiene antecedentes criminales y que tiene permiso para residir en Estados Unidos.

En otro vídeo, previo a las protestas y disturbios de Los Ángeles, se ve cómo un pequeño grupo de vecinos blancos grita repetidamente "¡vergüenza!" y "¡atrás!" con los puños en alto a al menos siete agentes del ICE enmascarados que intentaban hacer una redada en un restaurante en San Diego. Finalmente los agentes optan por subirse a sus vehículos y retirarse de la zona. "¡Cobardes!", les gritan en lo que parece ser un suburbio. El alcalde de San Diego, Todd Gloria, dijo que estaba "profundamente molesto" por la redada, diciendo que las acciones de este tipo en teoría deberían buscar garantizar la seguridad de la población "pero están teniendo el efecto completamente opuesto".

Otras redadas se han llevado a cabo en tiendas de artículos para el hogar como Home Depot, donde los parados suelen acudir para encontrar trabajo. En algunos de los vídeos compartidos por la Casa Blanca en redes sociales, se ve cómo los agentes del ICE embisten y tiran al suelo a hombres latinos que estaban cerca de esas tiendas, los esposan mientras los empujan contra el asfalto y presumen de los arrestos. "Una sola pista al ICE. Cinco inmigrantes ilegales menos", reza el texto con el que acompañó el vídeo la Casa Blanca.

La lista de ciudades santuario

Las ciudades santuario son aquellas que permiten a los inmigrantes sin permiso de residencia en Estados Unidos conseguir documentos como tarjetas de identificación locales o carnés de conducir, para que puedan acceder a recursos como educación o bancos de alimentos. Para tenerlas identificadas -y dejar claro contra qué ciudades dirigiría sus esfuerzos este segundo mandato- Trump publicar una lista en la última semana de abril con el objetivo de identificar no solo los lugares que están activamente remando en dirección contraria a la de sus políticas sino a las que poder castigar quitándoles fondos federales.

Algunas de esas ciudades santuario limitan la cooperación entre sus agentes de policía y los federales del ICE, o prohíben que existan centro de detención de inmigrantes, o la policía no puede preguntar a los ciudadanos por su estatus migratorio, entre otros. Las ciudades santuario están en contra de las "retenciones" del ICE, que tiene permiso para detener y mantener a personas en la cárcel incluso en casos en los que otras policías estarían obligados a liberarlos

Este tipo de políticas de protección a los inmigrantes se extendieron sobre todo durante el primer mandato de Trump, pero existen desde hace décadas. El presidente opina que este tipo de ciudades son las culpables de que los crímenes estén aumentando en Estados Unidos, pero medios estadounidenses remarcan que varias investigaciones no han encontrado correlación entre estas políticas y mayores tasas de delitos.

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