Tal y como planeaba, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha firmado su ley "grande y hermosa" este viernes 4 de julio, Día de la Independencia del país, en la Casa Blanca.
El líder ha aprovechado la pompa que cada año suele rodear a la celebración de esta fecha en su residencia oficial para, una vez más, sacar un despacho al aire libre y firmar la ley entre aplausos, vítores y el calor de algunos representantes del Partido Republicano. Mientras, entre el público se encontraban las decenas de militares y sus familiares de militares que habían acudido a los jardines de Casa Blanca, como es costumbre, invitados a participar en una barbacoa presidencial.
Pese a la expectativa alrededor del momento, el presidente se tomó el día con tranquilidad. A las diez de la mañana se dirigió a jugar al golf a su club de Sterling, Virginia, aproximadamente a una hora de Washington. Varios viandantes hicieron peinetas al paso del coche de Trump, según destacó la prensa que viaja con él y que envía detallados informes de color al resto de medios acreditados, mientras que otros aplaudían a su paso. Muchos, independientemente de sus sentimientos hacia Trump, vestían camisetas con la bandera americana o se cubrían con ellas, orgullosos.
A las 3:30 de la tarde, Trump estaba de vuelta en la Casa Blanca y a las 5 comenzó su show. El presidente y la primera dama Melania primero se asomaron al balcón para presenciar el vuelo de los dos aviones bombarderos B-2, el mismo tipo que los que atacaron las instalaciones nucleares de Irán hace dos semanas. Cada uno iba acompañado de sendos aviones de combate F-35.
El presidente alabó su vuelo llamando a uno de ellos "gran y hermoso avión", como su "grande y hermosa ley", mientras sonaba el himno nacional. Entre los asistentes a la barbacoa que tradicionalmente se celebra el 4 de julio en la Casa Blanca había 150 hombres que participaron en la Operación Martillo de Medianoche en Irán, en la que se usaron los aviones que con gran estruendo sobrevolaron esta noche Washington.
Después llegó el momento de la ley. "Esta ley impulsará un crecimiento económico masivo y levantará al ciudadano que trabaja duro, a los ciudadanos que hacen que este país funcione: a los trabajadores de fábricas, agricultores, ganaderos, mecánicos, camareros, camareras, policías, bomberos y mineros", dijo el presidente.
"La gente está feliz, está feliz". También presumió de bajadas de impuestos y bromeó con los recortes que los demócratas critican, porque supondrán que 12 millones de estadounidenses pierdan el acceso a la sanidad. "Es el mayor recorte del gasto y aun así, ni te das cuenta". El presidente no mencionó que la ley disparará el déficit público en billones de dólares, pese a las promesas de campaña en las que Trump aseguró que uno de sus principales objetivos sería recortar el gasto público.
Mientras, miles de personas se congregaban en el National Mall de la capital estadounidense, el gran parque en el que se sitúan la mayoría de grandes monumentos, para celebrar el festivo y disfrutar de los tradicionales fuegos artificiales una vez hubiese anochecido.
Unas horas más tarde, tras haber cenado, Trump y Melania Trump se asomaron al balcón de la Casa Blanca, se besaron ante los vítores del público y sonrieron ante los cánticos de "cuatro años más" y "ocho años más" que les dedicaban. Vieron juntos los fuegos artificiales, que llegaron a formar las letras USA, sonó la canción YMCA y Trump exhibió su ya tradicional baile mientras el público enfervorecía. Por último, sonó Glod Bless the USA.
Cinco minutos después, Trump ya estaba camino de Nueva Jersey, donde pasará el fin de semana.
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