Una campaña multimillonaria de anuncios de televisión, radio, internet, en varios países, idiomas y dialectos. Por SMS, redes sociales y otros medios online. Cartas a todos y cada uno de aquellos que tenían permiso de residencia y ahora lo han perdido. Ruedas de prensa, sesiones informativas, carteles en las calles. La Administración del presidente estadounidense Donald Trump está haciendo todo lo que está en su mano para tratar de convencer a los inmigrantes sin papeles de que se “autodeporten”, esto es, de que se presenten voluntarios a ser deportados antes de que los agentes de inmigración sean quienes los arresten y expulsen del país.

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La campaña informativa de las autodeportaciones lleva en marcha desde febrero, pero no está consiguiendo los números previstos y en consecuencia el Gobierno ha decidido mejorar los incentivos: ahora, a todos aquellos que se ofrezcan voluntarios a salir del país la Administración les perdonará las multas impuestas por permanecer ilegalmente, tal y como han explicado fuentes del Departamento de Seguridad Nacional a este periódico, quienes están a cargo de los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) que se encargan de llevar a cabo las deportaciones masivas. Al mismo tiempo, también aseguran de que irse voluntariamente es la mejor manera de conseguir regresar, pese a que no detallan cómo se produciría ese regreso.

Pero la realidad detrás de estos incentivos es que el Gobierno estadounidense no está siendo capaz de deportar a tantas personas como había prometido, y por tanto le interesa innovar para que los expulsados no tengan que ser primero identificados, después detenidos, atravesar un proceso judicial con el que conseguir una orden de deportación para luego trasladarlos a sus países o a terceros países, en el caso de que los suyos de origen no los acepten. Todo, con el pertinente coste económico. Con las autodeportaciones, según promulga la propia Administración, los residentes sin papeles pueden descargarse una aplicación (CBP Home) y expulsarse a sí mismos a través de ella, recibiendo a cambio no solo billetes de avión de regreso gratuitos sino también 1.000 dólares.

"Queremos que el mayor número de personas posibles use esto porque es la mejor alternativa", explica Harry Fones, subsecretario en el Departamento de Seguridad Nacional. "Es una alternativa mucho mejor, especialmente no solo porque existe un beneficio fiscal, sino porque está el beneficio de que esto podría ayudarte a mantener un camino de vuelta a Estados Unidos en el futuro, mientras que si te deportan, no podrás volver a este país". 

“Esto podría ayudarte a mantener un camino de vuelta a Estados Unidos en el futuro, mientras que si te deportan, no podrás volver a este país"

El Departamento de Seguridad Nacional -que ahora rechaza comunicar cuántos deportados espera conseguir con la última campaña publicitaria ni en general con las autodeportaciones- ahora ha decidido insistir en la idea de que “deportarse” a uno mismo es la única manera de conseguir regresar a Estados Unidos. De lo contrario, es decir, si un migrante es deportado a la fuerza, volver a entrar en EEUU sería mucho más difícil, aseguran. Pero no hay ninguna prueba ni ningún detalle que respalde esta correlación, y de hecho, los expertos han expresado sus dudas al respecto.

“La realidad es que la posibilidad de regresar legalmente depende en gran medida del caso particular, y no está demostrado cómo podría conseguirse. Por ejemplo, todos aquellos que han estado en el país ilegalmente durante más de 180 días pero menos de un año están sujetos a que se les prohíba la entrada durante tres años. Aquellos que hayan estado más de un año se enfrentan a una prohibición de diez años, e intentar entrar a Estados Unidos mientras uno está sujeto a cualquier prohibición puede llevar a una prohibición permanente para el regreso. Esas prohibiciones también aplican a la gente que sale del país voluntariamente”, han explicado Muzaffar Chishti y Colleen Putzel-Kavanaugh, del Migration Policy Institute, en un artículo reciente.

Entre los nuevos incentivos también está el perdón a las multas impuestas a migrantes por no haber salido del país cuando les correspondía, que desde hace unas semanas son muy elevadas, y ahora Seguridad Nacional promete perdonarlas hasta una cuantía máxima de 10.000 dólares. "Esto le perdonaría si no cumple con una multa por orden de expulsión final, que puede ser de hasta 998 dólares por día", explica Fones. Son multas que desde el pasado junio se han reforzado en un nuevo intento de expulsar al mayor número de inmigrantes posible.

"Esta app es una gran alternativa a que te deporte el Gobierno de Estados Unidos"

La cifra del perdón puede parecer elevada, pero se han dado casos en los que inmigrantes indocumentados y residentes en EEUU han recibido multas de casi dos millones de dólares por no haber abandonado el país cuando recibieron una orden de deportación, en algunos casos hace 20 años. La cantidad es el resultado de sumar 500 dólares por cada día que los extranjeros han residido en EEUU sin permiso desde que se les notificó que debían salir del país. Desde abril, el Gobierno anunció que multaría a los inmigrantes que no abandonen EEUU tras recibir las mencionadas órdenes de deportación (las cuantías pueden consultarse aquí).

Trump intenta aumentar las deportaciones al tiempo que crea más ilegales 

El objetivo de Trump, según promulgó desde su campaña electoral y también durante su primer mandato, es expulsar de Estados Unidos al mayor número posible de inmigrantes sin permiso de residencia. Pero a la vez que trata de incrementar las deportaciones, su propia Administración está creando más sinpapeles, porque el pasado junio su Gobierno declaró que un millón de migrantes que hasta el momento tenían permiso de residencia en Estados Unidos ya no lo tenían. 

En abril, EEUU canceló el Estatus de Protección Temporal (TPS) del que disfrutaban unos 350.000 venezolanos y a finales de junio hizo lo mismo con el permiso de medio millón de haitianos, un permiso con el que el expresidente Joe Biden buscaba proteger a los ciudadanos del país que huían de los secuestros, tiroteos y mafias de ambos países. Según el Gobierno de EEUU, la situación en Haití "ha mejorado lo suficiente como para que sea seguro para los ciudadanos haitianos regresar a su país", pese a que el propio Departamento de Estado estadounidense pide a sus ciudadanos no viajar allí y salir del país si es donde se encuentran por la "grave situación de inseguridad". El pasado 7 de julio, el Gobierno canceló también la protección temporal para decenas de miles de nigaragüenses y hondureños, que se hará efectiva en 60 días.

Las tres órdenes de Trump fueron bloqueadas por diferentes jueces, pero el Tribunal Supremo ha terminado fallando que la Administración sí puede revocar estos permisos de residencia temporal (de dos años) que se habían concedido a algunos extranjeros por las condiciones de inseguridad en sus países de origen.

El “efecto bumerán” de las deportaciones

¿Pueden las deportaciones de Trump volverse en su contra? Desde hace unas semanas parece evidente que sucederá así, independientemente de qué decisión tome el presidente. El dilema es el siguiente: si continúa adelante con las redadas, detenciones y deportaciones, un buen número de sectores económicos podrían quedarse sin trabajadores, y la falta de mano de obra no solo provocaría problemas de suministro (sobre todo, de alimentos) sino que también podría llevar a subidas de precios.

Ante esta posibilidad, la Casa Blanca llegó a ordenar detener las detenciones en sectores como la agricultura, los restaurantes y los hoteles… pero las bases de Trump entienden esta opción como una traición a su promesa de llevar a cabo la mayor deportación masiva de la historia de EEUU. El propio Trump reconoció la semana pasada que "los más radicales de derechas" no están "felices" con sus últimas iniciativas. "Me metí en un pequeño lío porque dije que no quería quitarles gente a los agricultores", dijo, añadiendo que cree que al final lo entenderán. 

En consecuencia, a lo largo de los últimos días la parte más dura de los MAGA como el exasesor de Trump Steve Bannon y el influencer Charlie Kirk, entre otros, están asegurando que el presidente ha prometido una "amnistía" a algunos inmigrantes sin papeles, obligándolo a decir en público que no hay nada de eso. “No habrá ninguna amnistía”, se ha visto obligado a repetir este jueves el zar de la frontera, Tom Homan, al ser preguntado por los periodistas. No ha sabido aclarar, no obstante, a qué se refería Trump esta semana cuando aseguró que los agricultores serán “responsables” por sus trabajadores sin papeles, y que establecería “un sistema para que no tengan que irse, para que puedan estar aquí legalmente, pagar impuestos y todo”. 

En una entrevista en la cadena de televisión Fox, el presidente aseguró que su Gobierno está desarrollando "un tipo de permiso temporal con el que la gente pueda pagar impuestos, donde los agricultores puedan tener algo de control en lugar de que entres y te lleves a todo el mundo".

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