El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido “despedir” a la gobernadora de la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) Lisa Cook. Eso de que ha decidido despedirla es cierto de forma literal, pero podría no tener los efectos buscados porque no está claro que el presidente estadounidense tenga poderes para eso. 

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Pero consiga o no el mandatario su objetivo, de lo que no cabe duda es de que Trump está tratando de remodelar el banco central del país para que haga lo que él considera lo correcto. 

En este caso, el presidente cree que debería haber bajado los tipos de interés hace meses, y lleva presionando a la Fed desde entonces. Entre otros, ha pedido la dimisión de su presidente, Jerome Powell, al que él mismo designó para el cargo en 2018, y lo ha acusado por cómo gestionó las reformas en los edificios del supervisor. Y en un giro inesperado, ahora quien está en el punto de mira es Cook, la primera mujer negra gobernadora de la Fed, que fue nominada por el expresidente Joe Biden y de quien Trump ya había pedido públicamente la dimisión de Cook, acusándola de fraude hipotecario.

El movimiento del presidente no solo supone una nueva amenaza a la independencia política de la institución que debe controlar la economía estadounidense, sino que constituye la primera vez que Trump ha pasado de la teoría a la práctica, con todo lo que eso supone. Con el reemplazo de Cook, si finalmente se produce, Trump tendría a suficientes afines entre los siete miembros de la Junta de Gobernadores para echar a Powell y para bajar los tipos de interés si así lo desea, lo para muchos supondría el fin de la independencia del banco central. 

“Las implicaciones institucionales [de la decisión] pueden tener repercusiones durante años”, recoge en su artículo sobre el despido el medio económico y conservador Wall Street Journal. “Históricamente, la única influencia del presidente en la política monetaria ha sido a través del nombramiento de gobernadores. Una vez nombrados, no podía influir en cómo voten. Pero demostrando que un presidente con la suficiente determinación puede encontrar la manera de despedir a un gobernador a mitad de mandato, Trump puede limitar la independencia del banco central. A largo plazo, una Fed menos independiente puede ser más lenta a la hora de responder a las presiones de los precios y llevar a mayores tasas de inflación y, por tanto, a mayores tipos de interés a largo plazo”.

Otros dos gobernadores, Michelle Bowman y Christopher Waller, fueron nombrados por Trump durante su primer mandato y ya votaron contra la decisión de mantener los tipos de interés del mes pasado, pidiendo su bajada.

Un movimiento de dudosa legalidad

Esta es la primera vez que Trump trata de colocar a sus propios elegidos en el organismo para conseguir sus objetivos a nivel macroeconómico. A principios de mes, la gobernadora Adriana Kugler dimitió cinco meses antes de que terminase su mandato, sin especificar los motivos, y la Casa Blanca consiguió su primera oportunidad para elegir a quién nombraba para sustituirla. En dicha ocasión optó por Stephen Miran, próximo al presidente, que ahora espera la confirmación del Senado.

En este caso, Trump ha decidido poner a prueba los límites legales y no solo amenazar con hacerlo. Ahora bien, ¿puede Trump despedir a una gobernadora de la Fed?

Trump ha citado el artículo II de la Constitución de Estados Unidos y la ley de la Reserva Federal de 1913 para comunicarle a Cook que ha sido despedida. Pero esa ley permite al presidente despedir a un gobernador de la Fed por un motivo concreto, y no parece que nadie tenga claro si la razón que argumenta el presidente realmente es suficiente. La Casa Blanca dice que la economista ha falsificado documentos para poder acceder a una hipoteca en mejores condiciones, pero no ha sido formalmente acusada ni por supuesto condenada.

Por el momento, tan solo Bill Pulte, el director de la Agencia Federal de Financiación de Viviendas, ha pedido al Departamento de Justicia que estudie el caso de Cook para procesarla penalmente. Hasta el momento, nunca antes un presidente ha despedido a un gobernador de la Fed, pero lo previsibles es que el conflicto terminará desencadenando una batalla legal.

La carta de Trump

En la carta, Trump dice que la gobernadora ha sido “despedida” de su posición, una decisión con “efectos inmediatos”, según el texto que ha hecho público la Casa Blanca. “Hay suficientes motivos para creer que podría haber hecho afirmaciones falsas en uno o más acuerdos hipotecarios”, dice Trump en la misiva. 

“Por ejemplo, firmó usted un documento asegurando que una propiedad en Michigan sería su residencia principal durante el próximo año. Dos semanas después, firmó otro documento por una propiedad en Georgia afirmando que sería su residencia principal durante el año siguiente. Es inconcebible que no fuese consciente de su primer compromiso cuando hizo el segundo. Es imposible que quisiese honrar a ambos (...). A la luz de su conducta decepcionante y posiblemente criminal en un asunto financiero, no tengo confianza en su integridad”. 

En los comentarios que seguían a la publicación de la carta en X, varios usuarios señalaban la ironía de que el presidente despida a alguien por presuntamente haber cometido un delito por el que él mismo ha sido condenado. 

En respuesta, Cook ha comunicado que presentará una demanda para impugnar la decisión. “El presidente Trump ha intentado despedirme por una ‘causa’ cuando no existe ese motivo a ojos de la ley, y no tiene autoridad para hacerlo. No dimitiré. Seguiré llevando a cabo mis tareas para ayudar a la economía estadounidense como he estado haciéndolo desde 2022”, ha expresado en un comunicado.

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