En un mercado en el que cada vez son más abundantes los voltios sobre ruedas resulta sumamente gratificante comprobar que quedan modelos con una gran carga emocional, como este Audi SQ8 TFSI. Se trata de un SUV coupé con un marcado acento deportivo o, mejor dicho, un vehículo con alma de deportivo pura sangre en un cuerpo de SUV. Definición que queda perfectamente avalada porque bajo su capó encuentra acomodo un potente propulsor V8 de gasolina con 507 CV que autoriza unas prestaciones de primer orden. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h, en tanto acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 4,1 s. Pero la marca de los cuatro aros ofrece modelos todavía más radicales dentro de la familia Q8, como el Audi RS Q8 (600 CV) y el RS Q8 Performance (640 CV), tope de gama.

A la hora de catalogar al Audi SQ8 TFSI, pertenece a la categoría de los grandes SUV de lujo encuadrados dentro del segmento E-SUV. Con un precio de 136.950 euros, su apariencia conjuga a la perfección poder de representación y deportividad, brindando a la vez un soberbio confort de marcha asociado a un comportamiento marcadamente deportivo que enmascara totalmente un peso en vacío de 2.240 kg. Realmente muestra unas dotes dinámicas en las que el peso parece no influir, como si quedara anulado.

Las cuatro salidas de escape emiten una deliciosa melodía y dejan entrever el potencial del motor V8 de gasolina de 507 CV

El Audi SQ8 TFSI es un coche, además de grande, hecho a lo grande. Grande en lujo, en sofisticación, en calidad, en tecnología, en prestaciones y en comportamiento dinámico.  Este SUV coupé mide 5 m de largo, por 2 m de ancho y 1,71 m de altura, en tanto la batalla es de 3 m. Con un diseño que sigue unos patrones más o menos clásicos, lo cierto es que muestra una silueta algo inédita en el segmento en el que se inscribe, de ahí su originalidad. Un rasgo que le personaliza fuertemente a la par que reivindica su vocación de coupé deportivo son las ventanillas sin marco.

Suspensión neumática y dirección a las cuatro ruedas

Tanto en la carrocería como en el interior la más exquisita calidad constituye la norma, mientras el despliegue tecnológico contempla las más sofisticadas y vanguardistas tecnologías aplicadas en todas las áreas, con un equipamiento en el que ni los más exigentes, los más sibaritas o los más caprichosos echarán nada en falta. Mecánicamente no podía faltar la tracción integral permanente Quattro, que hace un reparto del par entre ejes mediante un diferencial central, todo un clásico de la marca de los cuatro aros. 

Las formas compactas de la carrocería del Audi SQ8 TFSI enmascaran su longitud de 5 m. Las llantas de 23 pulgadas con neumáticos 285/35 son de serie

La dotación de serie del Audi SQ8 TFSI contempla elementos como los faros matrix Led, las ópticas traseras de Led, los asientos delanteros deportivos con ajuste eléctrico y memoria para el del conductor, la calefacción en los asientos delanteros, la tapicería mixta en microfibra/cuero, el navegador y sistema multimedia Audi connect, el aviso de salida de carril con asistente para emergencias, etc. A nivel de exterior adopta la característica parrilla octogonal de la marca en plata mate o las carcasas de los retrovisores en aluminio, pero nuestra unidad de pruebas montaba el llamado paquete óptica negro que, entre otros elementos, incluye parrilla y carcasa de los retrovisores en negro. También forman parte del equipamiento de serie las enormes llantas de aleación 23 pulgadas calzadas con neumáticos 285/35.

Salpicadero de refinado y sofisticado diseño. A la altura del cuadro de instrumentos una gran franja con las salidas de aire recorre todo el salpicadero

Pero a nivel mecánico incluye dos componentes que van a tener especial relevancia en el sorprendente dinamismo de un vehículo de estas dimensiones y peso. Se trata de la suspensión neumática adaptativa deportiva y de la dirección a las cuatro ruedas. Esta suspensión con resortes neumáticos tiene un marcado enfoque deportivo, permitiendo que la altura libre puede incrementarse hasta 5 cm circulando hasta 30 km/h, mientras por encima de 160 km/h o seleccionando el modo de conducción Dynamic el coche reduce 4 cm esta altura con respecto al nivel normal. En  un coche de 5 m de largo y 3 m de batalla que tiene un diámetro de giro de 13,3 m, se agradece enormemente a la hora de maniobrar el eje trasero direccional. El mecanismo de dirección a las cuatro ruedas permite a bajas velocidades que las ruedas traseras giren hasta 5 grados en sentido contrario a las delanteras, lo que permite reducir el diámetro de giro 1 m. Por el contrario, a altas velocidades aumenta la estabilidad del vehículo al girar las ruedas traseras en el mismo sentido que las delanteras.

El Audi SQ8 TFSI incorpora de serie suspensión neumática deportiva y sistema de dirección a las cuatro ruedas

Pantallas táctiles mediante pulsaciones

El habitáculo del Audi SQ8 TFSI es muy amplio mientras el volumen del maletero se cifra en 605 l, ampliables hasta los 1.755 l si se abaten los respaldos de los asientos posteriores. El Audi virtual cockpit contempla un cuadro de instrumentos compuesto por una generosa pantalla TFT configurable de 12,3 pulgadas con una magnífica resolución. En la parte central del  salpicadero y consola central acaparan la atención otras dos pantallas. La de la parte superior es la del sistema multimedia y tiene 10,1 pulgadas, en tanto la pantalla inferior (8,6 pulgadas) sirve para controlar el climatizador y otras funciones adicionales de confort. Asimismo sirve de superficie táctil para escribir las direcciones que se introduzcan en el navegador.

Las pantallas táctiles del sistema multimedia y de control del climatizador también ofrecen una respuesta acústica mediante un clic

Aunque estas pantallas son táctiles, también ofrecen una respuesta acústica mediante un clic. Para seleccionar una función hay que presionar como si de un mando convencional se tratara, obteniéndose una respuesta en forma de vibración con sonido incluido. Al ofrecer un tacto parecido al de un botón convencional funcionan muy bien, con mucha precisión, evitando que se accionen dispositivos de forma accidental, algo que se repite con frecuencia  al utilizar pantallas táctiles. Su manejo resulta muy intuitivo gracias a una estructura de los distintos menús muy clara.  Ambas pantallas están orientadas hacia el conductor, integrándose a la perfección en un salpicadero de refinado a la par que sofisticado diseño. Por encima de la pantalla multimedia, a la altura del cuadro de instrumentos, una franja con los conductos de aireación recorre todo el salpicadero de extremo a extremo.

Potente motor V8 de gasolina

Bajo el capó del Audi SQ8 TFSI se aloja un vigoroso propulsor V8 de gasolina con 4 litros de cilindrada y sobrealimentado mediante dos turbocompresores.  Ofrece un excepcional rendimiento, 507 CV y un par máximo de locomotora: 770 Nm entre 2.000 y 4.000 rpm. Por lo que respecta al consumo combinado en ciclo WLTP se cifra en 12,3 l/100 km. Pero hay que tener en cuenta que dado el potencial de este motor, los consumos se muestren muy sensibles al uso que se haga del coche. No obstante de cara a economizar y a obtener la máxima eficiencia ante suaves demandas de potencia (de 160 a 250 Nm y entre 950 y 2.500 rpm), adopta un sistema de desconexión selectiva de cilindros que desactiva los cilindros 2, 3, 5, y 8 en las marchas superiores, desconectando la inyección y el encendido a la vez que cierra las válvulas de admisión y escape. El proceso dura solo unos milisegundos, pasando desapercibido para el conductor.

Las plazas traseras son muy espaciosas. La tapicería en cuero Valcona es opcional

Pero la realidad es que este motor está concebido para disfrutar de sus prestaciones. El sonido que emite es delicioso, propio de un deportivo de pura raza. Para conseguirlo, una mariposa en cada tubo de escape modula el sonido en función de la carga así como del régimen de giro. Con este propulsor el SQ8 TFSI acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 4,1 s y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h (limitada electrónicamente). Lleva acoplada una caja de cambios automática de tipo convertidor con  8 velocidades que funciona de maravilla, ofreciendo una rápida respuesta con total suavidad, sin tirones. Con respecto al sistema de tracción integral permanente Quattro utiliza un diferencial central para repartir la fuerza motriz entre ejes, en una proporción del 40% para el eje delantero y del 60% para el trasero. Este reparto prefijado variará en función de la adherencia, además de las condiciones dinámicas, pudiendo llegar hasta un 70% al tren delantero y a un máximo del 85% para el posterior.

Comportamiento de auténtico deportivo

Gran parte de la responsabilidad del intachable comportamiento dinámico que brinda el Audi SQ8 TFSI, unido a un confort de marcha más bien  propio de una gran berlina de representación, hay que buscarlo en el sofisticado sistema de suspensión neumática adaptativa deportiva que incorpora de serie, además del sistema de dirección a las cuatro ruedas.  El habitáculo va muy bien aislado del ruido, y también en la misma línea el motor V8 de gasolina funciona con total suavidad. Es un coche para exprimir su potencial en todo tipo de trazados, poniéndoselo muy fácil al conductor, que tiene que asimilar que está al volante de un auténtico deportivo pese a ir sentado en una posición elevada.

Intachable comportamiento dinámico en todo tipo de trazados. El Audi SQ8 TFSI es un coche que transmite mucha seguridad a su conductor

Las curvas más cerradas a alta velocidad las negocia con extrema precisión, en tanto las inercias derivadas de los 2.240 kg que pesa en vacío parecen como esfumarse. Se tiene la percepción de estar al volante de un coche  más ligero, aunque no conviene olvidar que las leyes de la física siguen vigentes dado lo fácil que resulta ir rápido por los trazados más enrevesados con una alta velocidad de paso por cuerva.  Curiosamente en estas carreteras secundarias con abundantes curvas casi lo que hay que tener más en cuenta a la hora de negociarlas son las grandes dimensiones del  SQ8 TFSI, pues a veces hay que poner especial cuidado para que los 2 m de anchura de la carrocería no sobresalgan del carril. Los frenos son potentes y de fácil dosificación. En cualquier caso, con independencia del trazado por el que se ruede, transmite siempre una gran sensación de seguridad y de dominio al conductor que no es ni más ni menos que el fruto de la gran estabilidad que ofrece.