Sobre el papel, las mociones de censura están concebidas como un mecanismo para derribar al gobierno presentando un candidato alternativo a la presidencia. Por lo tanto, para salir adelante, es necesario que recabe el apoyo de la mayoría absoluta del Congreso (176 escaños). Unidos Podemos ha anunciado una moción contra el gobierno de Mariano Rajoy basándose en los recientes casos de corrupción y en la supuesta actuación torticera de la Fiscalía. Pero Pablo Iglesias sabía cuando la ha anunciado que no iba a contar con el respaldo suficiente como para cumplir su objetivo. Si la opción fracasa, como es seguro, Podemos ya no podrá presentar otra moción en este período de sesiones, según establece el artículo 113 de la Constitución.

Entonces, ¿por qué Iglesias ha decidido apretar el botón rojo de la censura a sabiendas de que Rajoy no será removido de su cargo? El objetivo es doble:

-1º Situar a Podemos ante la opinión pública como el partido más dispuesto a luchar contra la corrupción.

-2º Poner al PSOE entre la espada y la pared. Si apoya la moción, Podemos llevaría la iniciativa política de la izquierda frente al gobierno del PP. Si no la apoya, puede afear su conducta y situar a los socialistas como una pieza más de "la trama".

La propuesta forma parte de la misma campaña que se inició con el llamado "tramabus". Como dijo ayer el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, es "puro fuego de artificio". Ni siquiera Pedro Sánchez ha caído en la trampa de hacerle un guiño a Iglesias.

Pablo Iglesias quiere situar al PSOE entre la espada y la pared, pero corre el peligro no sólo de perder la moción, sino de quedar en ridículo

Hasta ahora en España se han presentado dos mociones de censura (una contra Suárez y otra contra González) que resultaron fallidas.

Sin embargo, una y otra tuvieron efectos políticos muy diferentes. Mientras que en la de González contra el gobierno de la UCD, el líder de la oposición se consolidó como una verdadera alternativa frente a los ciudadanos, en el caso de la de Hernández Mancha contra el propio González significó la tumba política del máximo dirigente de AP.

Aceptando que la presentación de la moción de censura por parte de Iglesias tiene esencialmente un objetivo propagandístico, la cuestión es cuál será su resultado final.

A sabiendas de la división interna que vive Podemos, bien podríamos apostar a que, tras el fogonazo inicial, a Iglesias se le puede quedar cara de Hernández Mancha, aunque su intención sea la de parecerse a González.