Igual que en la Feria de Sevilla te cruzas subiendo al tendido con Éric Cantona y cuando rebuscas le encuentras en un vídeo en el campo -ganadero- con una muleta en la mano, en la de Madrid, siempre tan personal, divisas al fondo a Morante de la Puebla en una fila 3 o 4 del tendido del 7 aplaudiendo a rabiar brazos en alto.

El sentido común invita a reflexionar sobre qué pinta ahí Morante que no está en el ruedo. No me imagino a Griezmann, Neymar o Isco en una grada lateral animando a los suyos estando en plenitud de facultades en unos cuartos de final de la Champions League. Y de verdad que me gusta muy poquito comparar los toros y el fútbol, lo hago por eso tan manido de que "San Isidro es la Champions del toreo".

Al día siguiente, ayer jueves, Morante volvió a aparecer por la plaza sin el traje de luces. En un burladero esta vez, entre García-Trevijano y Sánchez Dragó. Si el miércoles el Morante del 7 batía las palmas por todo lo alto con los triunfos de Roca Rey y Perera, el jueves se acopló al rigor del callejón y ya nos contará Emilia Landaluce, que estaba al ladito, lo que dijo el Genio de la meliflua corrida de Juan Pedro Domecq, en la que debí ser de los pocos que me atrajo por pinturerillo Joaquín Galdós, otro joven limeño evidentemente sin el carisma popular del citado Roca.

Morante sí hablaba mucho en el 7. Qué envidia de no ser vecino de localidad, aunque nos dejó dos pinceladas Madueño en El Español, que le cogió al vuelo al salir entre la multitud en la boca del tendido. "He venido a ver qué dicen de los toreros" y "mañana te lo cuento". Obvio referir qué se suele decir de los toreros en el 7, y el sublime y ya un clásico de las respuestas "mañana te lo cuento" era la contestación a qué sensaciones tenía para su única tarde... el próximo pero lejano y cuasiveraniego 17 de junio. "Mañana te lo cuento": cumbre.

Cristina Cifuentes, en un burladero de Las Ventas.
Cristina Cifuentes, en un burladero de Las Ventas. EFE

Adivino que debe ser muy complicado contratar a Morante tres, cuatro o cinco tardes en San Isidro. Verle de luces, toreando. Administrativamente, la plaza es propiedad de la Comunidad de Madrid -Cristina Cifuentes, de rojo, emergía desafiante en otro burladero del callejón-, la empresa recibe la concesión por concurso y, de acuerdo al pliego de condiciones, tiene que ajustarse a un número y calidad de festejos. Pensarán ustedes que lo lógico sería que, como sí hace Talavante, el resto de figuras se multiplicara en los carteles, con el correspondiente desembolso porque los buenos cobran mucho, claro. Y había esperanza en que los nuevos empresarios lo conseguirían. Es, con todo, su primera temporada.

El doblete en Las Ventas de este Morante de paisano apartado de la liturgia que representa cual sumo sacerdote que es -para mí, el más sumo- conduce a cierta melancolía. En Costa Leandro -calle Londres- cuando empieza a refrescar un poquitín la noche y se escuchan con asombro las campanas allí por la avenida de los Toreros, casi siempre se acaba hablando de Morante reverencialmente.

El torero ha estado en la plaza pero no le hemos visto. San Isidro no tiene rival.