Las empresas europeas y españolas con presencia en las islas británicas se preparan para la incertidumbre del Brexit, al igual que las bolsas, castigadas durante este año, los trabajadores dudan sobre su futuro laboral en Inglaterra y las oportunidades que históricamente nos han ofrecido, mientras que los comerciantes europeos cruzan los dedos esperando que el turismo no se vea tan afectado por una salida sin acuerdo.

Pero, ¿debe preocuparse el turismo español? Según las cifras oficiales, a nuestro país llegaron 18,5 millones de británicos durante el pasado año (por trabajo, por turismo o por una mezcla de ambos), representando casi la cuarta parte del total de visitantes internacionales, que Frontur situó en 82,6 millones en 2018. Reino Unido es el principal mercado emisor para nuestra industria turística y, sin duda, a los británicos les gusta España: de los 71 millones de viajes al extranjero que realizan, 15 millones eligieron nuestro país, convirtiéndonos en el destino más popular sobre todo cuando se trata de sus vacaciones.

¿Dejarán los británicos de venir de vacaciones a España?

Todas las previsiones dicen que con el Brexit el turismo se verá afectado, más si se tiene en cuenta la devaluación de la libra frente al euro. Estamos de acuerdo en que, posiblemente, los primeros meses haya fluctuaciones a causa de las dudas y el desconocimiento, pero ¿dejarán los británicos de venir de vacaciones a España? Esperamos que no y no lo creemos. Es verdad que, según el INE, el pasado mes de julio vinieron un 1,3% menos de turistas a España (9,9 millones de extranjeros en total), pero el gasto subió un 2,3% y Reino Unido sigue siendo el principal país de procedencia, con casi 2,2 millones de turistas, lo que representa el 21,9% del total, aunque haya descendido un 2,2% respecto a julio de 2018.

Con el posible Brexit, el comercio tiene una gran oportunidad para incrementar sus ventas, porque una vez que se haga efectivo, los 66,5 millones de británicos se convertirán en visitantes extracomunitarios y, por tanto, tendrán derecho a reclamar su devolución de tax free por sus compras en España.

Los británicos se convertirán en visitantes extracomunitarios

Gracias a esto, para ellos nuestro país puede convertirse, no sólo en el paraíso de sol y playa que ya conocen, sino en un nuevo destino de compras por parte de unos turistas que ahora se verían atraídos por unos ‘descuentos’ de hasta el 15,7% en cualquier compra que realicen, sea cual sea su importe (desde un souvenir de unos pocos euros hasta ropa de diseño o equipos electrónicos) gracias a la devolución de tax free. Según el INE, en 2018 los turistas británicos realizaron un gasto de casi 18.000 millones de euros (17.976 millones) y si se les devolviese el IVA, recibirían cerca de unos 3.000 millones en total. ¿Se imaginan multiplicar esas cifras de ventas gracias a clientes atraídos por esos precios ‘más bajos’?

La oportunidad de ‘devolver’ dinero

La gran pregunta es, ¿está el pequeño comercio preparado para ello? No es un proceso complicado, pero sí puede resultar algo farragoso para algunos: documentación específica, explicar los procesos, idiomas… Además, desde el cambio de normativa del pasado 1 de enero, todos los comercios tienen que estar listos para ofrecer y emitir digitalmente este proceso, lo que les puede suponer complejas implantaciones de software, formación del personal, o incluso modificar algunos procesos.

Un 70% del pequeño comercio no está preparado para ajustarse a esta nueva regulación

Además, desde hace un año no existe importe mínimo de compra para poder realizar el tax free. Y más ahora, que el turismo se disgrega y se atomiza. Los viajeros ya no se concentran solo en las grandes ciudades, sino que empiezan a acudir también a localidades más pequeñas atraídos por los vuelos de bajo coste, las recomendaciones de internet y el boca a boca. Si aproximadamente se estima que un 70% del pequeño comercio no está preparado para ajustarse a esta nueva regulación, el comercio alejado de los grandes núcleos turísticos está más desprotegido. Esto no sólo juega en contra de los turistas, que pierden el importe de esa devolución, sino también del propio comercio, que puede perder la oportunidad de vender al no ofrecerlo.

Por eso, la tecnología se presenta como una herramienta para salvar esa barrera y evitar a los comerciantes sufrir con este proceso. Una aplicación como la de Woonivers permite cumplir con la normativa, y ofrece tanto al viajero como al comerciante una solución totalmente digitalizada.

Hay estudios que aseguran que los cambios que promueve la nueva normativa pueden hacer crecer la facturación anual del comercio entre 87 y 120 millones de euros con los actuales 12 millones de turistas extracomunitarios que nos visitan hoy. Este aumento de la demanda se traduciría en un crecimiento estimado para el conjunto de la economía de al menos entre 320 y 477 millones de euros, sin tener en cuenta el Brexit. Además, se incentivaría el empleo, ya que se calcula que se generarían entre 5.000 y 7.500 nuevos puestos de trabajo. Si a esa cifra le sumamos los 18,5 millones de británicos que nos visitan, sólo hay que hacer cuentas.

Abel Navajas es cofundador y coCEO de Woonivers