El fútbol es lo más parecido que tenemos a la guerra aquí, así que los que no quieren paz pero tampoco guerra, o sea que quieren sólo gamberreo, adoquines, colchones ardiendo, gente que pierde las maletas, turistas espantados y reporteros también espantados igual que turistas, van a trasladar por supuesto el conflicto al fútbol. El fútbol me parece un sitio muy natural para vándalos en pijama, para adultos infantilizados, para cobardes de manada y para los memos que se emocionan con las coreografías chinas de las patrias de merchandising. Y para los que creen que la democracia es algo así como hacer la ola con el porrón y el fuet. O sea, un sitio muy natural para el independentismo.

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