A Panero lo dejaron siempre solo o escogió él estar solo a propósito. Murió en un psiquiátrico que ya era su casa, en una isla que ya conocía de memoria y siendo el último de una estirpe que perdió el prestigio porque se cansó de fingirlo.

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

Opciones de suscripción

¿Todavía no estás seguro? Consulta aquí todas las ventajas de suscribirte a El Independiente.

¿Ya eres usuario Premium?

Identifícate