Lo que pasa con el franquismo es que ya no existe. Franco se murió envuelto en mantillones y crucifijos como un recién nacido viejo, con toda España llena de un incienso de coroneles, notarios y tatas, y ahí se acabó el franquismo, como si se hubiera muerto una folclórica, dejando sólo grabaciones de pizarra y panoplias de peinetas y abanicos. Al franquismo no lo mataron ni lo vencieron, simplemente se murió porque el franquismo era Franco, su fascismo de bizcotela y su nacionalcatolicismo de hermana fea de cura.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí