Sánchez se va ahora de gira por España, una gira en realidad como británica, entre reina de Inglaterra y los Stones. Los Stones se iban de tournée con sus morritos, su avión güisquería, sus sacos de huesos y su sangre perfundida (decía la leyenda urbana que se cambiaban la sangre de vez en cuando, en ceremonias entre lo vampírico y lo egipciaco). Por su parte, Isabel II se iba a dar moral a las colonias animándolas con sus graciosos sombreritos, lo único gracioso que ha tenido. Los Stones conseguían hacer diabluras con sus huesos de arena y sus labios de hierro candente, e Isabel II conseguía mantener unido lo que quedaba de Imperio, tozuda, sosa y ceremonialmente, como sus rodillitas. Eso quiere hacer Sánchez, aunque él sólo pone los morritos. Lo demás lo aportamos nosotros, del avión a los huesos, de la sangre a las reverencias de camello.

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