La señora británica, con 90 años y pijama de niño, esa niñez socarrona de los viejos, no parecía que se estuviera vacunando para su virus o para su perlesía, sino que nos salvaba a todos, como salvan las cosas las abuelas, igual el mundo que un asado, sin darle importancia. Las primeras vacunas no han sido para los niñatos de escupitajo de futbolista ni para los runners con aliento de velociraptor, claro, sino para los ancianos, quizá por frágiles o quizá porque, para devolvernos la vida a todos, hay que punzar la vena más dura y vivida de la especie, como si lo más científico fuera empezar por la memoria antes que por el cuerpo.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Gaslow, la petrolera con vínculos con 'Los Miami' y que sirvió para delatar a Koldo
- 2 Quiénes son 'Los Miami', el clan condenado de la Reina de la Coca
- 3 Marlaska nombrará a dedo a los policías que investiguen asuntos judicializados
- 4 La Oreja de Van Gogh, un despido por burofax y una cita con Amaia en el Bernabéu
- 5 La ministra de Vivienda salta contra Iglesias y Montero: "Con mis tres propiedades no tengo ni para pagar la mitad del chalet de Galapagar"
- 6 Denuncian enchufismo en los procesos de selección de personal en la embajada de España en Mauritania
- 7 KIA EV3, un eléctrico con mucha chispa
- 8 No, los votantes de Trump no son imbéciles
- 9 La poderosa máquina del contrarrelato