
El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.
Ximo Puig está condenado a vivir entre un nacionalismo de Papa Luna y un internacionalismo fallero, y a lo mejor por eso le ha dado por inventarse la Commonwealth mediterránea, una mezcla de medievalismo y línea de cruceros. Al socialismo borderline, ése que está siempre haciendo equilibrios entre la moderna España repensada y el cromañonismo nacionalista, seguramente le parecía demasiado fuerte mencionar aquello de los Països Catalans, pero en realidad no se refiere a otra cosa. Disimulada como economicismo multilateralista o quizá sólo como proyecto hotelero polinesio, lo que está es esa alianza santa, guerrera, sentimental y marinera contra la España mesetaria con su corazón de imperio y queso. Diría uno que también contra Ayuso, a la que han tomado por Isabel la Católica.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El Gobierno buscará desincentivar el cobro de los subsidios de paro
- 2 ¿No hay nadie más? Por Victoria Prego
- 3 Sectores de Sumar quieren a Marta Lois en Galicia y a Errejón de portavoz en el Congreso
- 4 El aguacate andaluz, entre la sequía y el mito de la burbuja: "No hay demasiados árboles, es que no llueve"
- 5 Detenido un hombre que con un detector de metales consiguió más de un millar de piezas de patrimonio arqueológico
- 6 Guerra total Sánchez-Ayuso por el "veto" de la madrileña a la inauguración del Ave a Asturias